España puso en marcha el tope al precio del gas con el que se produce electricidad a mediados de junio. Una medida que ha contenido los precios del mercado mayorista de la luz en el mercado español frente al repunte en el resto de Europa. Francia, que ha sufrido una crisis en la producción eléctrica en su red de centrales nucleares en este período, ha disparado su importación de luz en la frontera con España. Una necesidad que le ha costado 448 millones de euros hasta septiembre, según las primeras estimaciones.
Los datos que ofrece la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) muestran que sólo en seis de las 1.872 horas hubo un flujo importador de electricidad procedente de Francia, el resto de horas el flujo partió desde España. Los datos que ofrecía recientemente el Ministerio para la Transición Ecológica añade que, entre el 1 de agosto y el 31 de octubre, España había vendido a Francia un total de 4.115 gigavatios hora de electricidad, que contrasta con la media de los últimos cinco años en ese período de 2.554 gigavatios hora que había comprado España a Francia.
Con el mercado de la electricidad francés siendo de media un 27% más caro que el español en este 2022, se generan las denominadas rentas de congestión. Unas rentas que son los ingresos que se generan en aquellas horas en las que, como resultado de la casación de precios, se ha producido un desacoplamiento de dos zonas de precio, siendo el precio de la zona exportadora inferior al de la zona importadora. Aunque las rentas de congestión están presentes siempre que hay diferencias de precios entre los dos lados de una frontera, la diferencia con respecto al pasado es que ahora está condicionada a que los consumidores españoles son los que asumen el coste del tope al gas que diferencia ambos mercados.
Fedea, utilizando los flujos físicos de energía entre ambos países y el coste unitario, puede estimarse que las rentas de congestión “adicionales” que se han transferido a Francia hasta el 31 de septiembre ascendieron a 448 millones de euros. Los meses de agosto y septiembre de 2022 son en los que se habrían generado más rentas de congestión, con 164 y 137 millones de euros, respectivamente. “La diferencia adicional con el precio francés surge de ese coste unitario”, matizan desde el prestigioso think thank.
Unos 448 millones que sólo ha pagado Francia a España que es diez veces menor de los 5.000 millones de euros de su coste. Una estimación de la factura total que han tenido que pagar los consumidores españoles para compensar a los productores de electricidad con gas hasta septiembre que compartió el Gobierno recientemente, tal y como adelantaba El Confidencial. De forma oficial, el Ministerio sólo ha compartido que, desde la puesta en funcionamiento del mecanismo ibérico, los consumidores han ahorrado un total de más de 2.800 millones de euros.
No sólo Francia
Como recuerdan también desde Fedea, a estas rentas hay que añadir las que se generan con otras fronteras como Portugal, Marruecos y, en muy pequeña medida, Andorra. En consecuencia, el volumen de la transferencia de rentas hacia el exterior, que inevitablemente va asociada a este mecanismo ibérico, está también afectado por el incremento de la demanda exterior.
Un incremento que surge por el hecho de que la electricidad generada en el mercado doméstico se torna “artificialmente”, a excepción de Portugal que comparte el mecanismo, más competitiva que la de otros mercados como consecuencia del tope al precio del gas.
"Este aumento de la demanda externa genera, por tanto, un encarecimiento del propio coste del mecanismo ya que esa energía implica un mayor uso de las centrales térmicas que usan gas y carbón, y por tanto un mayor coste a cubrir por los consumidores domésticos", concluye Fedea.
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