Francisco González, uno de los mayores referentes de la banca española declarará como investigado por espiar, presuntamente, la vida de políticos y traficar con datos bancarios.
Era de esperar. El antiguo presidente del BBVA, Francisco Gonzalez, ha sido imputado por los presuntos trabajos de espionajes que la entidad encargó a la empresa del comisario jubilado José Manuel Villarejo.
'FG', como se le conoce en el sector financiero, siempre se ha mostrado abierto a colaborar con la justicia y él mismo ha salido a decir que las investigaciones en el banco comenzaron en su mandato. Pero la “buena fe” no le ha servido para librarse de declarar en la Audiencia Nacional.
Su trayectoria al mando del segundo mayor banco de España pasará a la historia por haber sido el impulsor de la digitalización financiera. Pero su impecable currículo ha termino manchado debido a esta supuesta trama de espionaje, que de haberse dado en otro banco, el propio Gonzalez hubiera sido implacable con el implicado.
Su trayectoria
El banquero fue un hombre puesto por el PP al frente del BBVA. O eso es lo que se decía en sus comienzos y se recordaba en la época de Zapatero. No obstante, su perfil empresarial hizo que rápidamente se olvidara este mantra, que hoy vuelve con fuerza a la memoria de todos los que vieron la carrera meteórica del gallego en la entidad.
Gonzalez fue nombrado en 1996 presidente de Argentaria, donde estuvo hasta 1999. En esos tres años hizo un lavado de cara al grupo público que le sirvió para ganarse una reputación en España. Tras la fusión con BBV, el banquero estuvo compartiendo el poder con Emilio Ybarra, que saldría despedido de la entidad tras el estallido de las cuentas secretas. Esto le dejó el camino libre a 'FG' para presidir el segundo banco español.
En noviembre de 2004, Sacyr intentó hacerse con el control de BBVA. Y en ese entonces parecía que la compra del 3% del banco por parte de la constructora respondía más a una estrategia política que empresarial, con el único fin de sacar a 'FG'.
El banco consiguió ganarle la batalla a la constructora, que tras más de tres meses terminó por cancelar la opción de compra. En esos 90 días, hasta Zapatero tuvo que hacer declaraciones públicas alegando que el Estado no estaba detrás de este movimiento empresarial. Tras su victoria, 'FG' aseguró que el banco había salido reforzado.
A finales de 2017 ya existían rumores de una posible salida de Francisco González de la presidencia del banco. Pero no fue hasta comienzos de 2018 que se confirmó. Saldría un año antes de lo planeado, pero tampoco era de extrañar dada su edad. Aún así, consiguió salirse con la suya, incluso pasar por encima del BCE, tras obtener una presidencia de honor.
Daniele Nouy, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, se negaba en rotundo a que Torres fuese presidente ejecutivo de BBVA, según las fuentes consultadas. Francisco González logró imponer su criterio, designando a Torres como presidente ejecutivo, pero, en contraposición, la institución con sede en Fráncfort impedía al banquero gallego mantenerse como presidente de honor.
El banquero siempre se ha mostrado muy crítico con la corrupción. De hecho, en los últimos resultados anuales de la entidad lo dejó claro: “Nunca me ha gustado la relación de políticos y empresarios. En este país se ha visto una corrupción brutal. Cosas muy graves. Cualquier cosa de éstas en otro país hubiera acabado con todos en la cárcel, y no ha pasado. El político que haga su trabajo, nosotros el nuestro, y que gane el mejor. No que gane el que paga una cena o una comisión. Eso destruye la sociedad”. Todo un palo para el ‘establishment’, aunque sin nombres. Ahora es él el que está en el ojo del huracán y tendrá que predicar con el ejemplo que tanto ha defendido en estos casi 20 años de poder.
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