Francisco González soltó la voz de alarma. "Algunas entidades están aflojando en los criterios de riesgo", problema "al que hay que prestar atención", reflexionó en una entrevista al diario El País. En tromba, sus competidores negaron la mayor. Incluso, el propio ministro Luis de Guindos le lanzó un claro reproche esta misma semana en el Congreso. "Quien vea ahora una burbuja crediticia e inmobiliaria, se equivoca", proclamó el titular de Economía. Sin embargo, los datos del Banco de España se alinean más con la tesis de FG.
En su último informe de estabilidad, publicado esta misma semana, los técnicos de Cibeles constatan esa relajación del riesgo que advierte el número uno de BBVA. Las entidades españolas ha vuelto al mismo ritmo de aceptación de operaciones que se registraba antes del inicio de la crisis. Así, hasta marzo pasado, el 40% de los préstamos solicitados por los clientes lograban el beneplácito de los departamentos de riesgos. Un volumen de 'síes' que no se registraba en España desde finales de 2007. Lejos aún del hundimiento de Lehman Brothers, el punto de partida de la crisis mundial.
La tasa tocó suelo en enero de 2012, uno de los momentos álgidos del cierre del grifo del crédito por parte de las entidades. Entonces, los banqueros proclamaban que no existía demanda solvente de crédito para explicar las voluminosas caídas en todos los segmentos: hipotecarios, consumo, empresas, autónomos... Entonces, las entidades sólo aceptaban 28 de cada 100 solicitudes de nuevas operaciones de crédito.
En apenas 14 meses, desde que comenzó la tímida (ahora ya ha cogido velocidad) guerra hipotecaria, trasladada después al segmento de pymes, y durante el último trimestre al consumo (varias entidades compiten por la financiación para la compra de automóviles), el volumen de aceptación del sector financiero se ha incrementado en 8 puntos hasta alcanzar ese nivel del 40%, no muy lejos de los máximos registrados en pleno 'boom' del ladrillo. Entonces, los bancos y cajas aprobaban casi el 50% de las operaciones que se planteaban.
"Los datos relativos a los volúmenes concedidos y los tipos de interés de las operaciones nuevas, así como a las tasas de aceptación de solicitudes de préstamos por parte de las entidades, apuntan en la dirección de una mejora en la evolución del crédito. Aún así, a nivel agregado, cabe esperar que en los próximos meses continúe el proceso de reducción del endeudamiento de familias y empresas en términos relativos (sobre el PIB), aunque a diferente velocidad (de forma selectiva por ramas de actividad)", explican los técnicos del organismo que preside Luis Linde.
En esta línea se manifiesta el sector. Algunos banqueros, como Jaime Guardiola, consejero delegado de Sabadell, hablan de "explosión" controlada del crédito nuevo. En su opinión, las advertencias realizadas por González, sobre la vuelta de las malas prácticas a la hora de conceder préstamos en el sector son "prematuras". "No tengo la sintomatología que puede tener el presidente de BBVA", señaló hace unas semanas en la presentación de los resultados trimestrales del grupo.
Sin embargo, la caída de los márgenes y el exceso de liquidez de las entidades por la política expansiva del Banco Central Europeo es un cocktail sugerente para abrir la barra libre de crédito. Los crecimientos ya comienzan a notarse. El crédito nuevo concedido por las entidades españolas al sector privado residente y no residente ascendió a cerca de 280 millones de euros entre marzo de 2014 y enero de 2015.
Si bien la financiación nueva a empresas baja un 9,5%, la de las pymes sube un 8,6%. Son las grandes empresas las que —inmersas en procesos de reducción de deuda— reciben un 19% menos de nuevos préstamos. En los hogares, la mejora relativa (aún temprana) de las expectativas y del consumo se deja ver en un aumento de préstamos nuevos para vivienda, de 5.138 millones que, aun siendo moderado, es un 23,5% mayor que en 2013. Y también subieron las operaciones nuevas de financiación al consumo, un 18,6% más.
Según la última encuesta de préstamos bancarios del Banco de España, el crédito al sector privado tiene mejores perspectivas en España que en la Eurozona en 2015. Esta encuesta señala mejoras en las condiciones de oferta para financiación al consumo y mejoras en la calidad de la demanda en general para empresas y hogares.
"Con estos ingredientes 2015 puede traer la vuelta del crédito nuevo compatible con la bajada de la deuda privada. Hacía falta estabilidad financiera y ya está. Hacía falta oferta y está llegando. Hacía falta demanda solvente y está creciendo. El mecanismo crediticio vuelve a ponerse en marcha", reflexiona el economista Santiago Carbó.
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