El frenazo que ha experimentado la subida del euríbor a raíz de las dudas existentes sobre la evolución economía europea sugieren que las angustias de la banca, que desde hace años busca alternativas de ingresos para lidiar con un escenario de bajos tipos de interés que lastra su negocio tradicional, podrían prolongarse más allá de lo previsto.
En concreto el euríbor interrumpió el ascenso que venía experimentado desde meses atrás a finales de octubre coincidiendo con la última reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Tras el encuentro, Mario Draghi, reconoció en rueda de prensa que los últimos datos, así como la mayor incertidumbre, mostraban una evolución de la economía "ligeramente más débil de lo previsto".
Desde entonces, el euríbor -el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España y que refleja el precio al que se prestan dinero entre sí los bancos- se mantiene estancado en el entorno del -0,148%.
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Retraso en las subidas de tipos
Como muestra la evolución de este índice, las palabras de Draghi han suscitado algunas dudas en el mercado, que ya no tiene tan claro que el BCE vaya a efectuar en 2019 las primeras subidas de los tipos de interés desde 2011.
"Creo que las subidas de tipos no se van a dar en 2019. Se van a retrasar por la situación actual de incertidumbre que hay en Europa", asegura un alto directivo del sector financiero español, mientras que ayer el director general de negocio de la Sareb, Alfredo Guitart, aseguró en un evento celebrado en Madrid que no espera subidas de los tipos de interés hasta 2021.
De cumplirse estos pronósticos se materializaría uno de los escenarios que más teme la banca: un nuevo retraso en la normalización de la política monetaria. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, lo ha manifestado en más de una ocasión: "Nos gustan los tipos de interés bajos, pero no los negativos".
Y es que la actual política monetaria del BCE lastra los márgenes de la banca, que han experimentado caídas significativas en los últimos años, lo que repercute sobre su rentabilidad.
Preocupación por Italia
Una de las mayores preocupaciones del mercado actualmente es Italia y sus tensiones con Bruselas por la senda presupuestaria que ha emprendido el Gobierno del país transalpino, aunque el Brexit, la amenaza de una guerra comercial y la crisis que están experimentando algunos países emergentes también añaden dosis de incertidumbre al escenario económico.
Esta situación provocó que el BCE revisase el pasado septiembre en una décima a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euro en 2018 y 2019, hasta el 2% y el 1,9%, proyecciones que se volverán a revisar en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del organismo monetario, que se celebrará el 13 de diciembre en Fráncfort, y que podrían cuantificar el impacto del actual escenario de incertidumbre económica.
Así, un deterioro de las condiciones macroeconómicas más fuerte de lo previsto podría retrasar las subidas de tipos. En cualquier caso, lo que parece claro es que en diciembre el BCE pondrá fin a su programa de compra de activos -seguirá reinvirtiendo los vencimientos de activos ya adquiridos-, aunque la banca está negociando con el organismo una nueva inyección de liquidez, según Expansión.
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