La subasta de Novagalicia vive enmarañada desde hace semanas. Por los vetos de unos, los bancos. Las quejas de los otros, los fondos, incluso ante Bruselas por tener mayores exigencias que Santander, BBVA o Caixabank. Y, especialmente, por el enorme brete en el que está inmerso el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB): prometer que recuperará parte de las ayudas con la venta cuando las entidades españoles le están exigiendo un esquema de protección de activos (EPA) para hacer la operación. En medio de este complicado guiso financiero, la institución que dirige Antonio Carrascosa ha contratado a Mediobanca para promover la venta de una cartera de fallidos valorada en 4.600 millones, según confirman fuentes conocedoras de la operación.
Precisamente, el mismo activo que también promueve BNP Paribas, como banco de inversión designado por el FROB para vender Novagalicia en su totalidad. El fondo de rescate ha decidido sacar esta cartera de activos de la subasta porque los bancos interesados (los tres españoles, más el venezolano Banesco) lo han valorado a cero. No es el caso de los fondos que estudian la operación (Guggenheim, JC Flowers, Anchorage o Wilbur Ross) que estarían dispuestos a pagar por un activo por el que también se han interesado Savia, Fortress, Centerbridge o Lindorff.
En el sector ha causado extrañeza la contratación de Mediobanca por parte del FROB, que pagará a BNP un total de 700.000 euros por la venta de Novagalicia. Este medio no consiguió ayer contactar con ningún portavoz del fondo de rescate. "No parece lógico que teniendo a un banco de inversión para un proceso global se contrate a otro específico para enajenar una parte que, quizás, no sea finalmente vendida por este segundo banco de inversión contratado. Con el conocimiento que tiene BNP de Novagalicia, la firma francesa debería haber atendido a algún nuevo interesado, en caso de que no esté en la venta global de la entidad", razonan desde el sector.
El FROB considera que esta cartera de fallidos tiene un precio positivo. En lo que va de año, se han logrado recuperar un total de 90 millones. De ahí que el fondo de rescate quiera utilizar las ofertas de los fondos bien para aumentar la cifra de venta global de Novagalicia o bien para utilizar esta cartera de activos como moneda de cambio en las negociaciones que mantendrá con las tres entidades finalistas, en caso de que no haya ninguna oferta sustancialmente positiva en el plazo que expira el próximo 13 de diciembre.
Buena parte de los fondos interesados en esta cartera de fallidos están ya estudiando la situación de Novagalicia a través del proceso promovido por BNP
La institución que preside Carrascosa ha trasladado a los fondos interesados por este paquete de fallidos que no les concederá ningún tipo de garantía por estos créditos. Sin embargo, el FROB cada vez tiene más asumido que tendrá que apoyar con un EPA al comprador de la entidad si quiere finalizar con éxito la operación.
Esta diferencia de criterio entre las exigencias a bancos y fondos ha empezado a cuestionarse desde la prensa internacional. La semana pasada, el Financial Times criticó en un artículo la estrategia política del Gobierno en la venta de Novagalicia. El FT criticó que "los ofertantes extranjeros se enfrentan a mayores obstáculos para comprar el banco español" y daba a entender que Luis de Guindos ponía más requisitos a los posible compradores internacionales que a los nacionales, porque la exigencia de depositar el 3% de los activos ponderados de Novagalicia que se exige a los extranjeros y otras medidas "amenazan con echar por tierra el interés internacional en la subasta de la entidad".
A esta corriente se unió este martes el diario New York Times que asegura que “España podría querer aferrarse” a conservar Novagalicia y añade que si la subasta de este banco sale bien podría suponer una inyección de moral tras el fin de rescate, al mismo tiempo que recuerda a Guindos que "él no tiene que vender". El diario neoyorquino sentencia que "las garantías estatales beneficiarían solo a los accionistas no a los contribuyentes”. Afirma que el Gobierno español “podría conseguir un mejor precio” si se vende a un fondo de inversión, ya que éstos tienen “menos restricciones regulatorias” y podrían necesitar menos garantías públicas”.
Antonio Carrascosa, director general del FROB, aseguró el 3 de octubre que había mucho apetito inversor en esta subasta, y que se esperaba ingresar unos 1.500 millones que se corresponderían con el 55% del valor de la entidad en libros. Además, el FROB podría ingresar otras 300 millones por la venta de esta cartera de fallidos.