La cadena de supermercados de origen gallego Froiz ha comprado la tienda de Collado Villalba (Madrid) de Supersol, uno de los establecimientos que preparaba su cierre tras el anuncio de la crisis de la compañía. El nuevo propietario se compromete a mantener los puestos de trabajo y rebaja de esta manera el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que preparaba Supersol.
El número de afectados por el ERE de la cadena de origen andaluz se reduce hasta los 265 empleados. Froiz se ha comprometido a mantener 19 de los 21 puestos de trabajo de este establecimiento, mientras que los dos trabajadores restantes se trasladarán a otra tienda de Supersol después de la compra.
La cifra de la operación no se ha hecho pública. "Lo importante es que esta venta salva a la plantilla del centro que se iba a ver afectada por el ERE", explican fuentes sindicales a este medio. En total, Supersol cuenta con una plantilla en España de cerca de 4.500 trabajadores y un 6% se verán afectos por esta "reestructuración" que tiene como objetivo reducir las pérdidas progresivas de la compañía.
Su plan prevé adelgazar 20 supermercados de los cerca de 200 con los que cuenta en toda España. Nueve de estos centros están en Cádiz (Rota, Puerto Real, Sanlúcar, Algeciras, San Fernando, Avenida del Perú y tres en Jerez); cinco en Granada (Motril, Cartuja, La Zubia, Santa Fe y Martínez Campos); tres en Huelva (Paseo Chocolate, Alanis y Galaroza); uno en Madrid (Moralzarzal); una en Guadalajara y una en Melilla (San Lorenzo).
Por su parte, Froiz añade este centro de Collado Villalba a su red de 248 tiendas repartidas por Portugal, Castilla La Mancha, Castilla y León, Madrid y Galicia, en este último mercado cuenta con una posición dominante. La cadena cuenta con una plantilla de 5.300 trabajadores e ingresó en el último ejercicio 657 millones de euros, frente a los 476 millones que facturó Supersol en este mismo período.
Cinco años en rojo en Supersol
Máxima Group, el dueño lituano de Supersol, busca soluciones para una compañía con la que no ha logrado salir de números rojos desde su llegada en 2013. Según adelantaban desde la compañía, el próximo ejercicio las pérdidas se elevarán hasta los nueve millones de euros, un dato similar al registrado en 2017, donde la compañía presentó unos números rojos de 1,3 millones de euros tras los 6,5 millones que perdió en 2016.
Por su parte, los tres primeros años completos de Máxima al frente de Supersol, sus pérdidas se situaron en 25 millones en 2013, 41,6 millones en 2014 y 13 millones en 2015. Una 'sangría' que el inversor lituano decidió frenar inyectando capital por valor de 123 millones de euros.
Fuentes de Supersol explican a este medio que desde Máxima Group han decidido poner en marcha un plan de reducción de costes por la continúa situación de números rojos en la que está instalada. "El dueño de la compañía mantiene su intención de respaldar con su capital la compañía, pero ningún inversor está preparado para perder dinero eternamente", declaran.
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