El Índice de precios de consumo (IPC) que engloba los alimentos, las bebidas y el tabaco (el grupo que toma la Fundación de las Cajas de Ahorros -Funcas- en sus previsiones) encadena 22 meses de subidas. La pregunta es cuánto durará esta resistencia a la baja en los precios de la cesta de la compra. Las previsiones de Funcas apuntan a que, en términos generales, no tocarán techo hasta junio de 2024.
“Nuestra previsión es que los precios de los alimentos toquen techo a mediados del año que viene", comenta Mª Jesús Fernández, economista senior de Funcas, a Vozpópuli. En otras palabras, esto significaría que, en conjunto, los precios de los alimentos no experimentarían ni una bajada mensual hasta esa fecha, cuando alcanzarían su nivel más alto para, en el mes siguiente, descender.
Hasta junio de 2024, Funcas contempla en sus previsiones variaciones mensuales de mayor o menor intensidad, que oscilan entre el 1,4% y el 0% (sin cambios). En todo caso, en la segunda parte del próximo año los precios podrían alcanzar otro pico, al producirse alguna otra subida seguida de más bajadas.
"No se puede descartar que toquen techo antes, dado que las presiones por el lado de los costes de los inputs han tocado ya techo, y que incluso luego desciendan algo, pero lo hacemos así considerando que los incrementos salariales se van a transmitir a lo largo de toda la cadena de valor, igual que suponemos con los servicios", explica Mª Jesús Fernández.
El Banco de España (BdE) ya advirtió a mediados de mayo, en la presentación del Informe Anual 2022, que la caída que ahora se está produciendo en los precios de la energía (y que abarata los costes de producción de las empresas) se tiene que filtrar a los precios de los alimentos, pero lo hará con cierto retraso. "Más en 2024 que en 2023", apuntó Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística.
A esto se suma también un factor añadido de incertidumbre en las previsiones, que es el impacto de la sequía sobre los precios de los alimentos, tal y como destaca Funcas en su actualización de previsiones.
Con todo, la cesta de alimentos que compran los españoles fue en mayo un 12% más cara que en el mismo mes de 2022. Si se comparan los precios actuales con los de mayo de 2019, la subida acumulada es del 27%. Y si se cumplen las previsiones de Funcas, en diciembre de 2024 los alimentos serán ya un 34% más caros que cinco años antes (diciembre 2019).
Medidas para aliviar el encarecimiento
El Gobierno reconoció ya a finales de marzo por primera vez esta "fuerte resistencia a la baja" en el precio de los alimentos. La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, mencionó entre las causas de la persistencia en la inflación alimentaria el aumento de los costes energéticos, fertilizantes, las malas cosechas o la reducción de oferta en grandes productores agroalimentarios mundiales.
La subida de precios de la alimentación afecta de lleno a las familias y especialmente a las más vulnerables, que destinan una mayor parte de sus ingresos a llenar la nevera. Actualmente la principal medida del Gobierno para aliviar a las familias es la rebaja del IVA en los alimentos, que vence el próximo 30 de junio pero que previsiblemente se prorrogará.
Pese a que se ha constatado que los supermercados están trasladando esa rebaja a los precios finales, han sido varios los organismos económicos que han puesto en evidencia el limitado impacto de la medida. Según los cálculos de EsadeEcPol, durante los seis meses que estará vigente en inicio, ahorrará a los hogares más pobres un 0,15% de su gasto anual en el supermercado (un 0,3% si se extendiese hasta diciembre). En todo caso, con las elecciones poco más de un mes, se esperan medidas adicionales.
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