Unicaja y Liberbank trabajan contra reloj para cerrar su fusión antes de que finalice el año porque las cuentas con las que se ha realizado la 'due dilligence' dejarán de ser validas el próximo 1 de enero, lo que les obligaría a comenzar de cero todo el proceso, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Esto supone tomar como nueva referencia las cuentas del ejercicio entero, actualizar los estudios y cambiar todas las referencias contables, lo que provocaría un nuevo retraso. Las negociaciones llevan varios semanas encalladas porque las entidades no se ponen de acuerdo en las funciones ejecutivas que tendrán el futuro presidente (Manuel Azuaga) y el consejero delegado (Manuel Menéndez).
En un principio ambos bancos contaban con una hoja de ruta que situaba el cierre al proceso de negociaciones a finales de noviembre, pero fuentes conocedoras de la situación han reconocido a este medio que se trataba de una fecha "ambiciosa" pues el proceso de 'due dilligence' se retrasaría más de un mes.
A pesar de los desencuentros anteriormente mencionados, esta vez los equipos negociadores sí se han puesto de acuerdo en la ecuación de canje. Unicaja controlará el 59,5% y Liberbank el 40,5% restante, lo que aseguraría a la Fundación Unicaja mantener el 30% del banco resultante y no perder así las ventajas fiscales de las que goza actualmente.
El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, no estaba dispuesto a diluir su peso por debajo de este nivel y por este mismo motivo se cancelaron las negociaciones el pasado año. No se llegó a un acuerdo en la ecuación de canje porque Unicaja no quería -o no podía- bajar del 60% para que la fundación no perdiera las ventajas fiscales. Lo mismo sucedió en la fusión de Bankia y Caixabank. En este caso, era CriteriaCaixa, presidida por Isidro Fainé, la que no quería diluirse por debajo del nombrado umbral.
El Banco Central Europeo (BCE) permitió a Criteria aumentar su participación en Caixabank de manera temporal para que ésta no perdiera el peso requerido y dar, por consiguiente, el tamaño que pedía el principal accionista de Bankia en la entidad fusionada.
No será necesario realizar una ampliación de capital
En el caso de que consigan llegar a un acuerdo, Unicaja y Liberbank no tendrán que hacer una ampliación de capital, tal y como especulaba el mercado. Según fuentes conocedoras del proceso, dicha ampliación nunca estuvo en la hoja de ruta de las entidades, pues consideraban que tenían capital suficiente y capacidad para poner diferentes instrumentos financieros en el mercado para financiar la operación. No obstante, sí es cierto que el BCE les recomendó hacer la ampliación de capital.
Una boda sin resolver
Unicaja y Liberbank estuvieron a punto de cerrar su fusión el pasado año pero el desacuerdo en la ecuación de canje echó todo por tierra. Unicaja quería que fuera un 60% para su entidad y un 40% para Liberbank, pero la caja asturiana quería más, hasta el 43% del banco resultante.
Las conversaciones también se complicaron cuando Abanca decidió lanzar una contraopa por Liberbank, que no llegó a buen puerto, tras el ultimátum de la CNMV. Ese 'susto' hizo reaccionar a ambas partes y saldaron la 'due dilligence', tal y como expusieron al organismo que dirige Sebastián Albella.
De haberse producido la 'boda', tal y como la bautizó Credit Suisse, la entidad resultante se hubiera convertido en la sexta más grande de España por activos, con más de 92.000 millones de euros, por delante de Bankinter.
Además, ambas redes de sucursales contaban con sinergias muy buenas y sumarían 1.886 oficinas en total, 1.182 de la caja andaluza y 684 de la asturiana.
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