Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países del G20, reunidos este domingo en Sídney, acordaron acelerar el crecimiento de la economía global en un 2 por ciento durante el próximo lustro. "A pesar de que la economía mundial está lejos de lograr un fuerte crecimiento sostenible y equilibrado, vamos a desarrollar políticas ambiciosas pero realistas con el objetivo de mejorar el PIB colectivo en más de un 2 por ciento, una trayectoria que implica implementar las políticas actuales durante los próximos 5 años", reza el comunicado.
Para lograr este objetivo, el G20 ha establecido el 'Plan de Acción de Brisbane', que incluirá acciones concretas en los países que conforman el G20 en materia de creación de empleo, incremento de la inversión, mejoras en las políticas comerciales y promoción de la competencia, entre otras políticas macroeconómicas.
El tesorero australiano, Joe Hockey, anfitrión de la cita, calificó como "ambicioso" pero "tangible" el acuerdo alcanzado entre los países que representan al 85 por ciento de la economía mundial.
"Las políticas podrían repartir más de 2 billones de dólares (1,45 billones de euros) en actividades económicas reales y decenas de millones de nuevos puestos de trabajo", aseguró Hockey al indicar que "las reformas estructurales son duras, pero no hay otra opción". Para la cita de jefes de Estado y primeros ministros, que tendrá lugar en la ciudad Brisbane el próximo mes de noviembre, cada país deberá llevar un detallado plan de crecimiento económico.
"Hay un reconocimiento adecuado de que un mayor movimiento en la política monetaria en los países desarrollados tendrá un impacto (positivo) en las economías emergentes", dijo el tesorero australiano.
El secretario general del Tesoro Público español, Iñigo Fernández de Mesa, declaró a Efe que este acuerdo conjunto se trata "de una indicación para el crecimiento del 2 por ciento en cinco años sobre lo que se está creciendo ahora, es a más". El alto cargo español agregó que lo importante "son las reformas para alcanzar ese objetivo y la adopción de medidas".
Los bancos centrales mantienen sus compromisos
Esta proyección está en línea con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recientemente consideró que la implementación de una serie de reformas agresivas podría aumentar el crecimiento mundial en un 0,5 por ciento anual.
El G20 indicó que si bien la reducción de estímulos monetarios pueden "conducir a una excesiva volatilidad" y dañar el crecimiento, su "respuesta principal será fortalecer y perfeccionar los marcos de política estructural y financiera macroeconómicas internas". "Algunas economías tendrán que reconstruir sus mecanismos reguladores fiscales que han sido erosionados en el espacio político", cita el comunicado final.
Además, subraya que todos los bancos centrales "mantienen el compromiso de que los ajustes de la política monetaria seguirán siendo calibrados de manera cuidadosa y comunicados claramente, en un contexto de intercambio permanente de información al ser conscientes de los impactos en la economía mundial".
Entre los participantes a la cita en Sídney del G20 también se cuenta a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, además del ministro de Economía de España, Luis de Guindos, aunque faltan, entre otros, los titulares de México y Brasil.
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