Gaffney Cline & Associates (GCA), consultora especializada en el sector energético, emitió un informe técnico sobre la planta del Castor en el que destaca que “el proyecto es robusto desde un punto de vista técnico”, y la construcción se ha realizado con “altos estándares”.
Así consta en el folleto de emisión de los project bonds (bonos emitidos para financiar un proyecto concreto y cuya garantía es ese proyecto en cuestión), de ACS, colocados en julio por 1.400 millones de euros, noticia que adelantó Vozpópuli. El párrafo citado está en la página 10 del folleto, pero hay mucho más.
El informe técnico de 50 páginas, recogido íntegramente en el apéndice 1 del extenso documento preparado para la emisión, subraya que “el proyecto ha superado la mayoría de los principales puntos de riesgo sin incidentes. Aunque hay algunos riesgos latentes, estos son de una naturaleza relativamente menor. No se prevé que tengan un impacto significativo en la fecha prevista o en los costos, y que la solución a tales riesgos restantes sería relativamente sencilla.”
A partir de ahí, viene una retahíla de aclaraciones sobre la capacidad de transporte que deberá tener el proyecto, siempre inferior a los límites testados.
Y añaden que “las instalaciones han sido diseñadas para una vida de 25 años y las estructuras subacuáticas, de 50” (página 8 del informe técnico y 239 del folleto). "Los materiales y el equipo se han seleccionado de acuerdo con los estándares de la industria o incluso más allá". Ha sido testado "de acuerdo a proyectos similares en el Mar del Norte, un área cuyo entorno medioambiental extremo requiere estándares de construcción y diseño muy altos".
Aparecen desde el primer día
Sin embargo, estos riesgos de naturaleza menor han comenzado a aparecer desde el primer día. Una circunstancia que acarrea graves riesgos financieros sobre el proyecto que, de momento, ha sido parado. Esta medida significará revisiones técnicas estructurales y, además, un posible retraso en la obtención de ingresos por parte de ACS, lo que podría poner en riesgo la estructura financiera del megaproyecto aunque, de momento, todo esto son conjeturas.
Por cierto, el asesor global asegurador de esta emisión es Willis y el asegurador en caso de terremotos, el Consorcio de Compensación del Seguro.
¿Y las próximas?
La incertidumbre sobre el Castor podría poner en riesgo no sólo la emisión de ACS, ligada directamente a este desarrollo, sino la aparición de más colocaciones de esta naturaleza.
En los últimos tiempos se ha escuchado como premisa aceptada que las empresas iban a volcarse en los mercados de capitales para financiarse, ya que la financiación crediticia estaba cerrada o, al menos, muy complicada.
La colocación de papel estaba siendo sencilla y los project bonds emergían como una opción más que interesante a medio plazo. Pero la crisis que le ha estallado a ACS puede lastrar futuras emisiones. Como ocurre con los grandes escándalos corporativos, resulta que las auditorías estaban inmaculadas o, en este caso, el informe técnico.
Los bonos no han sufrido de momento
De momento, el bono de ACS no ha sufrido. Desde julio, se ha revalorizado desde un nominal de 100 a 105,7, al cierre de este jueves, según datos de la agencia Bloomberg. Eso sí, los gestores subrayan que se trata de un activo muy poco líquido, manejado en solitario ahora mismo por Bankia, “el único operador sobre el valor”, decían en una gestora de fondos con carteras de renta fija corporativa.
¿Por qué no se está desplomando el bono, si su garantía corre el riesgo de ser paralizada? La casa consultada apunta varios factores: en primer lugar, la citada poca liquidez del activo, Además, la garantía del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por el 20% del importe de la emisión, el furor actual sobre España, y que incluso muchos gestores internacionales puedan no haberse enterado de la crisis aún.
En cualquier caso, el valor en Bolsa tampoco lo sufre. ACS fue este jueves el tercer mejor valor del Ibex, con un 0,86% al alza, fijando nuevos máximos desde principios del pasado año. La compañía subía este jueves, al calor de otra noticia como es la emisión de deuda contra bonos de Iberdrola, algo que en teoría es una buena señal al mercado, aunque recoge las fuertes presiones de Natixis, dueño real de esos títulos de la eléctrica, reacio a refinanciar a la constructora.
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