El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha participado esta martes en el panel Shaping the Integrated Energy Future, que ha tenido lugar en el marco de la reunión anual del Foro Económico Mundial en la localidad suiza de Davos.
Galán ha defendido que hay que actuar con urgencia y contar con un marco estable para las energías renovables. Asiduo a esta cita anual en la pequeña localidad suiza durante más de 15 años, el presidente ha insistido en que hay que acelerar la transición energética con urgencia, porque “las medidas que ralenticen la transición a las energías limpias tendrán costes muy importantes”. En países como España podrían equivaler a casi el 8% del PIB.
Galán ha explicado que la respuesta a esta situación energética es la transición hacia una economía electrificada con energías verdes, lo que significa un desarrollo masivo de las energías renovables, una mayor inversión en redes inteligentes, un incremento del almacenamiento y una aceleración del desarrollo del hidrógeno verde en los usos energéticos difíciles de electrificar. “La transición no solo reducirá la dependencia exterior a los combustibles fósiles y los costes energéticos, sino que contribuirá a mejorar la seguridad energética, ya que las fuentes serán locales e infinitas, tendrá beneficios ambientales y contribuirá al desarrollo industrial y del empleo”, ha comentado.
Por ello, ha perseverado en que la transición es inevitable, pero “aún no lo suficientemente rápida. Hay que acelerar el cambio, lo que requiere una sólida voluntad política”. El presidente ha recordado que las inversiones en energías limpias tienen largos periodos de amortización y los inversores necesitan señales sólidas para dirigir su capital a los entornos más favorables. “Tenemos tecnología, el apoyo de la sociedad y, como empresas, estamos dispuestas a desempeñar nuestro papel, invirtiendo y comprometiendo todos nuestros recursos humanos y tecnológicos, pero necesitamos claridad, estado de derecho y una regulación atractiva”, ha comentado.
Trayectoria de Iberdrola
Asimismo, Ignacio Galán ha puesto de manifiesto que se necesitan procedimientos administrativos más sencillos para los proyectos de energías limpias, considerándolo proyectos de interés público. Galán considera que la trayectoria de Iberdrola durante los últimos 20 años avala que el compromiso con la lucha contra el cambio climático no solo beneficia al medio ambiente sino también a los accionistas y a la sociedad en general.
En los últimos 20 años, Iberdrola ha multiplicado por seis el tamaño, convirtiéndose en la primera empresa de la bolsa española, con una capitalización cercana a los 70.000 millones de euros, la mayor compañía eléctrica de Europa y una de las cuatro mayores del mundo.
Como resultado de este crecimiento, Iberdrola mantiene 400.000 puestos de trabajo de los proveedores en todo el mundo, tiene 40.000 empleados y aporta más de 30.000 millones de euros a PIB de los países.