La pandemia ha alterado el día a día de Luis Garicano. Realiza menos viajes a Bruselas y Estrasburgo, donde ocupa un escaño de eurodiputado por Ciudadanos. Pero mantiene su 'hiperactividad' habitual. El economista reflexiona en Vozpópuli sobre el enorme desafío que afronta el Gobierno ante la llegada de los fondos europeos. Y alerta del riesgo de que el 'maná' comunitario acabe financiando proyectos como los del fallido 'Plan E' de Zapatero.
Pregunta.- ¿Cómo valora el optimismo del Gobierno sobre la economía? Su previsión es, de lejos, la más elevada. ¿Va a ir España tan bien como dice Sánchez?
Respuesta.- Hay razones importantes para dudarlo, sobre todo por la pérdida de solvencia de gran parte de nuestro tejido empresarial. Hemos visto este jueves un estudio muy importante del Banco de España, usando datos muy concretos empresa a empresa, que dice que aproximadamente el 70% de las empresas del sector hostelero podrían estar en una situación de insolvencia. Así es muy difícil pensar en una gran recuperación. Cuando un país tiene una carga de deuda muy grande no puede crecer y no puede invertir.
P.- La llegada de los fondos europeos y su canalización al tejido productivo es clave para que la economía despegue de verdad. ¿La planificación que está haciendo el Gobierno avanza en el sentido correcto?
R.- Tengo muchas dudas, no hay un organismo realmente técnico que sea capaz de invertir una cantidad tan grande de dinero. Es, realmente, la Comisión de Fondos Europeos, que es el Consejo de Ministros; no hay una gobernanza o un grupo de expertos independientes que puedan evaluar los planes y definir qué hacer y qué no. Sin una gobernanza y sin una buena capacidad de decisión, es difícil invertir bien.
P.- El Gobierno tiene previsto enviar su plan definitivo en torno a marzo. ¿Cómo está yendo la interlocución con Bruselas, para intentar definir el plan definitivo y lograr el visto bueno de la Comisión Europea?
R.- La realidad es que están hablando mucho. Es verdad que hay una interlocución bastante fluida entre el Gobierno y la Comisión, pero creo que todavía faltan cosas bastante importantes. Sabemos que en Europa se están exigiendo cambios en algunas dimensiones que el Gobierno, de momento, no está dispuesto a hacer. Quizás, las dos dimensiones más importantes sean la reforma de las pensiones y las reformas laborales. El Gobierno ni tiene mayoría parlamentaria para sacarlas, ni quizá mucho de sus ministros tienen voluntad de hacer esas reformas.
No hay una gobernanza o un grupo de expertos independientes que puedan evaluar los planes y definir qué hacer y qué no
P.- ¿Puede este hecho entorpecer la llegada de los fondos, al ser condición 'sine qua non' la realización de esas reformas?
R.- Sí, ahí va a haber un tira y afloja, en el que el Gobierno va a intentar pedir tiempo, dar lugar a que en el diálogo social se llegue a acuerdos. Pero la Comisión va a querer saber qué reformas va a haber. Muchos en el Gobierno piensan ‘al final no nos van a denegar el dinero y con una reforma cosmética salimos de esta’, pero yo creo que Bruselas quiere más que una reforma cosmética, porque Europa se quiere asegurar que somos solventes y que no volveremos en 2023 o 2024 a pedir otro rescate. Eso requiere asegurar la solvencia de las cuentas públicas.
P.- ¿Hay riesgo real de que los fondos sirvan para financiar otro 'Plan E' como el de Zapatero? Salvando las distancias, entonces se gastó también mucho dinero público, y sirvió para crear mucha rotondas y pocas fábricas.
R.- En España, lo fácil siempre es invertir en ladrillo, ese es el riesgo. La gente, sobre todos los políticos, ve más fácil pagar una carretera, un puente o un edificio que a las personas que están dentro de ese edificio investigando, o mejorar la educación. Por ejemplo, el Gobierno holandés ha puesto en marcha un programa de inversión en educación durante la pandemia. Ese tipo de inversión nunca la vemos en España, y sí inversiones como la del Plan E. Lo terrible es que con este tipo inversiones pasan los años y nada cambia en la economía productiva. Seguimos sin capacidad de innovar ni crecer.
La mayoría que respalda al presidente del Gobierno no es reformista, sino inmovilista y populista, no quiere hacer reformas
P.- Hablando de innovar, ¿será capaz el Gobierno de sacar adelante una reforma de las pensiones o del mercado de trabajo que contente a Europa? No es fácil teniendo una 'ala dura' en el Consejo de Ministros que se opone.
R.- La mayoría que respalda al presidente del Gobierno no es reformista, sino inmovilista y populista, no quiere hacer reformas. Sánchez debería coger la mano que le tienden Cs y otros partidos para intentarlo. De momento, no lo veo posible.
P.- ¿Tener un Gobierno con dos bloques enfrentados en un lastre para España?
R.- Sin duda. Cuando vemos lo que ha ocurrido en Italia con Draghi, comprometido a sacar al país del estancamiento, es difícil imaginar a España dando pasos decididos hacia reformas y cambios que necesitamos hace años, en materia de educación, de empleo.
P.- ¿Se imagina una solución a la italiana para resolver los problemas de España? Ayudaría a salir de esta crisis política y económica la elección de un perfil de consenso?
R.- No tenemos esa tradición. Nuestro sistema política es muy reacio y cerrado. Vistos los precedentes, no creo que suceda.
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