España nunca ha exportado tanta carne de cerdo a China como en los últimos años. Las ventas se dispararon en 2019 tras la propagación de la peste porcina africana en el gigante asiático. China, gran potencial mundial del cerdo, tuvo que sacrificar millones de animales y cerrar granjas. Para tapar ese agujero, tiró de ganaderos extranjeros y exprimió su relación con los españoles. En el último año, sin embargo, ha recortado las importaciones tras superar lo peor de la peste. El nuevo escenario inquieta a la industria cárnica y, según la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), provocará una bajada de los precios en España.
La ganadería española se ha convertido en la protagonista del debate político de las últimas dos semanas tras la entrevista de Alberto Garzón en The Guardian. El ministro de Consumo defendió el modelo "sostenible" de la ganadería extensiva frente a las macrogranjas que exportan carne de "mala calidad". Garzón no se refirió en ningún momento al conjunto del sector, pero sí enfadó a asociaciones ganaderas, la oposición y políticos del PSOE.
Más allá de la polémica, las exportaciones españolas de carne se encuentran en uno de sus mejores momentos. En 2020, en plena pandemia, alcanzaron los 9.842,5 millones de euros, es decir, el 20% de las ventas agroalimentarias. Entre enero y noviembre del año pasado, España exportó 2.019.716 toneladas de carnes y preparaciones frente a los 1.766.799 de 2020. China ocupa un lugar preferente para los ganaderos españoles, sobre todo, por el porcino.
De las orejas al 'pack' completo
La relación la ganadería española con China se intensificó en la primera década del 2000. Los chinos descubrieron un "manjar" en los despojos del cerdo español: las orejas, las manitas, el morro… "No sabíamos que les gustaban tanto. Íbamos a exportar jamón, pero preguntaban por las orejas", recuerda Miguel Ángel Higuera, director de Anprogapor.
De esta forma, España fue ganando peso en las importaciones chinas de porcino. No fue un proceso rápido. Según explica Higuera, las autoridades chinas visitan y auditan cada granja antes de decidir si pueden exportar al gigante asiático. En 2018, antes de que la peste porcina en China impactase en el mercado internacional, España le envió 336.389 toneladas de carne de cerdo.
La peste porcina africana (PPA) es una vieja conocida en nuestro país. Se consideró una enfermedad endémica desde 1952 hasta su erradicación en 1986. España sufrió después dos brotes: uno entre 1997 y 1998 y el otro entre 2001 y 2002, ambos erradicados con éxito. Hoy, España está declarada como país libre de este tipo de peste.
En China apareció por primera vez en agosto de 2018, en un matadero de la provincia de Liaoning, en el noroeste del país. Desde ahí se extendió rápidamente por 32 provincias por falta de control sanitario. Según el Ministerio de Agricultura, la peste porcina africana es una enfermedad "altamente contagiosa" causada por un virus de la familia Asfarviridae. Algunas cepas pueden provocar cuadros agudos con niveles de mortalidad y morbilidad próximas al 100%. Origina lesiones hemorrágicas en la piel y en los órganos internos por lesiones de los endotelios vasculares (las células que recubren el interior de las venas y arterias).
La peste porcina, explica Higuera, mata a los animales e inutiliza la granja para el consumo humano. Otro problema a tener en cuenta es que las personas podemos transmitir la enfermedad a los cerdos, pese a que no nos ocasione síntomas. En China, según el director de Anprogapor, supuso "pérdidas de producción altísimas" y una "crisis bestial de desabastecimiento". En total, dejaron de producir "20 millones de toneladas" de carne de cerdo, un "40% de su cabaña" porcina.
Para tapar el agujero, el Gobierno chino intensificó las importaciones de los grandes productores mundiales, como Estados Unidos y Brasil en América, y España, Alemania, Francia, Dinamarca o Países Bajos en Europa.
Las cifras del Ministerio de Agricultura reflejan un gran salto de los envíos a China a partir de 2019. A cierre de ese año, España había exportado al país asiático 659.519 toneladas de carne y preparaciones de porcino, frente a los 336.389 de 2018. En 2020, las exportaciones volvieron a duplicarse: 1.390.079 toneladas.
Higuera insiste en que, pese al aumento de los envíos españoles, nuestra carne de cerdo significó "una gotita de agua" para lo que necesitaba China. "Los chinos no han comido gracias a España, ni de lejos", sostiene.
Ritmo más bajo
En cualquier caso, ya hay indicios de que la 'burbuja' china se desinflará en los próximos ejercicios. Y no es ninguna sorpresa. A medida que el motor asiático supera lo peor de la peste, irá recuperando su plena capacidad productiva. En 2021, China ya bajó el ritmo de las importaciones. Hasta noviembre -último mes del que se disponen cifras- los asiáticos recibieron 1.208.526 toneladas de carne de porcino. Los envíos siguen muy por encima a los registrados antes de la peste de 2018, pero ya no crecen al ritmo de los ejercicios 2019 y 2020. "Este año volveremos al equilibrio de exportaciones", prevé el director de la asociación cárnica.
¿Qué supondrá para las granjas españolas que China les compre menos cerdo? Desde Anprogapor estiman que una caída de las ventas al país asiático provocará una bajada de los precios de la cadena en España. "La producción de las granjas [españolas] es súper estable y si la oferta y la demanda cambian, repercute en los precios", añade Higuera.
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