La carrera por la independencia energética frente a Rusia ofrece sorpresas. España y sus vecinos europeos llevan meses cerrando nuevos contratos de gas, llenando sus almacenamientos y buscando más proveedores para afrontar un invierno marcado tanto por la crisis de precios energéticos como por los problemas de suministro. Pero, con noviembre a la vuelta de la esquina, las reservas de gas están hasta arriba, los metaneros hacen cola porque no hay espacio para guardar su cargamento, el precio se desploma en España y Enagás retrasa su operativa. ¿Sobra gas?
La respuesta de los expertos en el sector que están afrontando esta anomalía es dudosa: “Ahora mismo sí es evidente que hay más oferta que demanda, la semana que viene ya veremos”. El principal problema viene marcado por la caída de la demanda. Los meses de septiembre y octubre están siendo tan cálidos que favorece a la caída del consumo doméstico. La industria ha desplomado su consumo y la alta producción eléctrica de las renovables está facilitando una menor necesidad de la producción de electricidad con gas.
El consumo de gas convencional (industria y hogares) ha caído un 32% en lo que llevamos de octubre, según datos que comparten desde el Grupo ASE. El dato es ligeramente mejor que el de septiembre (-38%), pero se trata de un hundimiento superior al registrado durante los peores meses de la pandemia (abril de 2020, con una caída del 24%).
El consumo industrial es el más afectado, con un descenso del 40,8% en septiembre. Cerca de 400 plantas de cogeneración han estado paradas en el mes de septiembre por los altos precios del gas. La industria en España consume un 60% del total del gas y, con las nuevas medidas del Gobierno, se espera que muchas de ellas vuelvan a su actividad de forma paulatina entre octubre y noviembre.
Enagás avisa de retrasos
La carrera de España para comprar más gas continúa pese a que se consuma mucho menos. Las reservas están al 93% (máximos históricos) la importación de gas natural licuado (GNL) sigue a la velocidad esperada con descargas de buques con un aumento en septiembre del 42% frente a 2021 y, en lo que va de 2022, con un crecimiento del 58%.Es más, en la actualidad hay barcos metaneros haciendo cola en los puertos. Una situación que ha llevado al operador del sistema, Enagás, a lanzar una nota de operación sobre este inesperado atasco.
“Se está produciendo un desacoplamiento entre los aprovisionamientos programados por el conjunto de los usuarios en el mes de octubre y el conjunto de demanda y exportaciones de GN y GNL, más allá de la flexibilidad que puede aportar la capacidad de almacenamiento subterráneo y en tanques, a pesar de la elevada capacidad de esta última y de la versatilidad que genera su gestión conjunta. Esta situación no es un hecho aislado del Sistema Gasista Español, sino que se repite en otros países de nuestro entorno”, explica en su comunicado.
Reuters informaba este martes que cerca de 35 buques cargados de GNL están “a la deriva” frente a España y alrededor del Mediterráneo, con al menos ocho buques anclados solo en la Bahía de Cádiz. La agencia se basa en la información dada por comerciantes, analistas y fuentes en terminales de GNL familiarizados con la situación. Reuters añade que, si la acumulación no se elimina pronto, esos barcos pueden comenzar a buscar puertos alternativos fuera de Europa para descargar su carga.
Desde el sector comentan a Vozpópuli que el hecho de que hayan barcos esperando es que hay más oferta que demanda y, sobre todo, que los slots (los permisos para la descarga en puertos de barcos de gas natural) están "por la nubes". Esta situación dispara los precios para la operación por lo que las empresas prefieren esperar al siguiente. El otro factor que determina esta situación es la falta de infraestructura de regasificación en el norte de Europa y, al no poder descargar, se bloquean puertos como el de España, Italia o Croacia.
Enagás habla de una situación puntual que sucede en toda Europa. “Consecuencia de lo anterior, se están registrando episodios sostenidos de muy altos niveles de ocupación en los tanques de todas las plantas de regasificación del Sistema que está previsto que se mantenga, al menos, hasta la primera semana de noviembre-2022, pudiendo impactar en la fecha actualmente programada de las diferentes operaciones logísticas”, detalla en su nota.
El gas y la luz se ponen ‘baratos’
El precio del gas en España se ha movido por debajo de los niveles anteriores a la guerra en Ucrania. Durante la primera quincena de octubre, el índice de referencia español (Mibgas) se ha movido por debajo de 80 euros/MWh y esta semana, por primera vez desde la puesta en marcha del mecanismo del tope del gas, cotiza en 27 euros (diez veces más que en el mes de agosto).
Un escenario que ha contagiado el precio de la electricidad como reflejan los primeros datos. En lo que llevamos de octubre (hasta el 17), el precio diario del mercado mayorista español se ha situado en 142,92 e/MWh. Añadido el sobrecoste por el mecanismo de tope al gas para generación eléctrica (64,78 €/MWh), asciende a 207,69 €/MWh y baja un 32,5% respecto a septiembre.
Según explican los analistas de Grupo ASE, el descenso del precio del gas en España (MIBGAS) modera el importe del ajuste de compensación que en septiembre fue de 102,56 euros/MWh y en agosto de 153,34 euros/MWh. La enorme capacidad de importación de gas natural y el gran rendimiento de la regasificación española, que representa un tercio de toda la capacidad europea, aumenta la oferta de gas.
Esto provoca que el MIBGAS registre un fuerte descuento sobre el TTF holandés, el mercado de referencia en Europa, que cotiza en estos momentos por encima de los 130 euros/MWh. La sensación del sector es que el consumo volverá con fuerza por la esperada bajada de las temperaturas, la reducción de la actividad tanto eólica como solar en la producción de electricidad y un aumento de la actividad de la industria. Si a ello se suma que el almacenamiento tiene que mantenerse al máximo, no es de extrañar que lo que se vive estos días pueda ser un espejismo.
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