Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos del Gobierno, presentó esta semana junto a otros cuatro ministros de Economía europeos una carta para que, entre otras cosas, Bruselas tome el control del mercado del gas de forma unitaria. Una solicitud que llega después de poner en marcha un real decreto-ley de urgencia que castiga con fuerza a las eléctricas. Pero el problema es el gas y su escasez provoca que en los próximos meses el precio de la luz no tenga techo.
El descontrol de los precios energéticos tiene su origen en el gas y el actual estrés de esta materia prima que hay en el mercado. “Se respira preocupación por la escasez de oferta ante la creciente demanda de gas por la descarbonización”, explican los expertos del Grupo ASE. “China y Europa están endureciendo las restricciones a la generación con carbón. De hecho, China ha prohibido las importaciones de carbón de su principal proveedor, Australia. La demanda de gas crece muy rápidamente porque ofrece una solución a corto plazo: emite menos CO2 que el carbón y resuelve los problemas que provoca la intermitencia de las renovables”, añaden.
Una receta que dispara los precios de mercados eléctricos como el español. Los ciclos combinados de gas fueron los culpables de uno de cada cuatro megavatios que se generaron en España en el mes de septiembre, su aportación más elevada de los últimos doce meses. El escenario que choca con la desaparición de tecnologías como la eólica, que cayeron un 22,2% en el mes. La energía que llega por la fuerza del aire es clave para reducir la presencia del gas y evitar que los precios se vean impulsados por los altos precios de oferta de los ciclos combinados.
Un 214% por encima de la media
La situación llevó al mercado mayorista a una media de los 156,14 euros / MWh en el mes de septiembre, un 47,5% más caro que el de agosto, un 272% por encima del que marcaba hace un año y un 214% superior a la media de los últimos cinco años en este mes. Con la entrada de octubre, la tendencia sigue creciendo y este jueves se supera en alguna hora los 300 euros / MWh.
Los precios mayoristas afectan de forma directa al 40% de los hogares acogidos a la tarifa regulada, que está indexada a este mercado. El descontrol de los precios provoca que las medidas de protección del Gobierno de estos consumidores pierde fuerza cada día.
”La gran escalada de los precios energéticos que vive Europa este año ha rebasado toda previsión y no existe paralelismo histórico”, puntualizan estos expertos. “El actual nivel está llevando a que la industria de consumo más intensivo se vea abocada al cierre de producción. Ya se están produciendo parones voluntarios en plantas de fertilizantes o recortes en el sector del acero”, señalan.
Los analistas de Grupo ASE alertan de que, si la salida de esta crisis energética no proviene de la reacción de la oferta, el ajuste puede venir por la destrucción de la demanda y tener un alto coste económico a largo plazo. Las empresas que conforman el tejido productivo ya estaban debilitadas tras superar la reciente emergencia sanitaria y, aunque el Gobierno ha reducido en un 50% el coste eléctrico de distribución (término de peaje + potencia) hasta el 31 de diciembre, esa ayuda será insuficiente para que soportar el impacto de la subida si se prolonga.
¿Por qué no se bombea más gas?
Las previsiones para los próximos meses son poco esperanzadoras. Las cotizaciones del gas para el invierno rondan los 90 euros / megavatio hora (MWh), muy lejos de los 14 euros / MWh del año pasado. “La preocupación ante el retraso en la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream II, con la consiguiente falta de suministro ruso adicional, está generando una presión al alza mayor”, detallan los expertos de la asociación GasINDUSTRIAL.
Uno de los factores que determina este estrés del mercado del gas es que los productores no están siendo capaces de aumentar la oferta para atender este crecimiento. Ni siquiera, como sería natural, estimulados por su alto precio. A lo que se suma los conflictos diplomáticos de los grandes productores como sucede con Argelia y Marruecos. Un disputa que pone en riesgo el suministro de España aunque, como insisten desde el Gobierno a Vozpópuli, el gas argelino llegará "pase lo que pase" a las tuberías españolas.
Los productores no están siendo capaces de aumentar la oferta de gas para atender este crecimiento
El mercado del gas es muy complejo desde el punto de vista logístico y de producción. En el lado de la oferta, hay factores que impiden una caída sostenida de los precios. "Una es la baja cotización del gas y del petróleo en 2019 y 2020 desincentivó la inversión en nuevos proyectos. Hasta 2025 no podremos ver una nueva 'ola' de gas natural licuado porque la puesta en marcha un nuevo suministro requiere entre 3 y cinco años", recuerdan desde el Grupo ASE.
También afecta las grandes compañías abandonaron un sector demonizado. La descarbonización implica un alto riesgo para la inversión en nuevas plantas y mantenimiento. Las averías y operaciones de mantenimiento en las plantas de gas, como las que se han producido este verano en Noruega, Rusia o Australia, junto a la época de huracanes, suponen importantes interrupciones en el suministro, en un mercado con una oferta ya de por sí muy estrecha.
Los expertos del sector apuntan al segundo trimestre de 2022 como el punto en el que estrés del mercado del gas reducirá considerablemente y los precios de la electricidad caerán con fuerza. Unas predicciones que dependen de que Asia deje de demandar gas y que las energías renovables puedan dar un paso más en la generación.
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