Economía

Gascó (Diaphanum): "La enfermedad de la banca española se atacó con ibuprofeno"

Rafael Gascó cuenta en una entrevista con Vozpópuli su punto de vista sobre la situación de la banca, el futuro del sector y repasa los dos años y medio de trayectoria de la firma que dirige 

Rafael Gascó tiene tras sus espaldas más de diez años de experiencia liderando equipos de banca privada. Su reconocimiento viene de haber dirigido sido uno de los pilares fundamentales de ese área en Banca March y de ser el número uno de AndBank, en su etapa como consejero delegado. 

En 2016 tomó la decisión de comenzar su proyecto profesional, una firma de asesoramiento independiente que se adelantaba a la normativa europea MIFID II. Nace así Diaphanum, un nuevo concepto de banca privada sin atadura ni productos propios. 

¿Qué tal va la firma?

Estamos cerca de los 1.200 millones de euros en captación en dos años y ya tenemos a más de mil clientes. La perspectiva de lo que tenemos por delante es inmejorable. Diaphanum sigue un modelo en donde el cliente nos paga, deposita su dinero donde le da la gana y en el país que quiera, siempre que sea dinero oficial y declarado. Tenemos una estructura ágil y sin producto propio.

Ustedes se adelantaron a MIFID II. Ahora la banca tiene que pasar la primera gran prueba de fuego con esta normativa, que es la famosa carta anual donde se detalla por primera vez cuánto han cobrado en comisiones y se separa de la rentabilidad del fondo. ¿Cómo ve el futuro de la banca es este sentido?

Hacer asesoramiento en un banco es muy difícil. Hay que hacer una propuesta. Cada vez que cambia el fondo hay que hacer otra y almacenar ésta durante cinco año. Además, hay que realizar el control de riesgos y un largo etcétera... es imposible que un banco pueda ofrecer este servicio personalizado a cada uno de sus clientes. Por eso, se han lanzado a la gestión discrecional de carteras, pero es un producto enlatado. El problema es que por las bajas rentabilidades, la banca está subiendo un nivel el perfil de riesgo de sus clientes, y claro, hay veces que una persona conservadora se pasa a moderada y se encuentra con caídas del 5% anual. 

Aparte de eso, cómo la gestión discrecional no necesita de grandes profesionales del mercado, se bajan los costes y ya casi no hay bonus para los banqueros. Están cada vez más frustrados porque no pueden asesorar. Habrá mucho movimiento en este sector. Sin duda, es un momento interesante porque MIFID II ya ha llegado. 

¿De verdad hay tanta frustración en el sector?

Empezamos a encontrar a muchos profesionales que se plantean qué hacer con su vida. Ahora montan sus propias eafis. Bueno, ahora eaf, que les han quitado la 'i' de independiente. Y bueno, esas eaf, se montan su propia gestora para crear un fondo y gestionarlos ello. Dudo mucho que puedan competir con BlackRock o JPMorgan.

Los agentes financieros antes asesoraban, ahora no. Ahora tienen que vender la oferta comercial de ese banco. Su valor se ha reducido a cero, igual que su valor añadido. Se va a producir un deterioro de la oferta, en lo que valor añadido se refiere.

Y a ustedes como les afecta todo esto. ¿Cuál es su plan de futuro?

Nuestra idea es seguir apostando por el crecimiento más que por la rentabilidad. Queremos llegar a los 1.400 millones de euros gestionados en 2019. Nuestro equipo ya esta formado por 45 profesionales. Hemos incorporado a mucho banquero senior, con experiencia y que estaba desencantado en su anterior trabajo. Queremos entrar en Sevilla, Valencia y Cataluña. Estamos mirando muchas cosas y no descartamos seguir creciendo con operaciones corporativas. 

Antes hablaba de la banca, ¿cómo ve el sector en España más allá de MIFID II y los fondos?

Lo veo en situación de estrés. En el mundo había dos modelos de banca antes de la crisis. El anglosajón tenía un agujero de 60.000 millones de dólares y se hizo una operación acordeón. Se bajaron las acciones a cero. Llegó la FED, puso un gestor que vendió las acciones e iba recuperando el dinero, y solucionó el balance de la banca, fue una solución quirúrgica. 

En España, se usó ibuprofeno. Aquí lo que se hizo fue dotar provisiones durante 5.000 años y limpiar el balance poco a poco. El BCE presta dinero a los banco al 0%, compra deuda al 3 o al 4%, se hace el carry forward, y se consigue un 3% sobre balance... Luego los bancos, que si venden una cartera a Cerberus, otra a Blackstone, pero al final a los accionista no le pusieron el valor de las acciones a 0. Como digo, es atacar una enfermedad con ibuprofeno. La digestión es larga y complicada. 

Encima el entorno de tipos 0, ayudó en un principio, pero a la larga el negocio financiero con estos tipos es complicado. 

¿Que opina de que el BCE quiera volver a inyectar liquidez? 

Es una mala noticia. Eso quiere decir que los banco necesitan más ayuda para ampliar el balance. Llevan enchufandoles dinero cinco o seis años. Muy torpe se tiene que ser para que en ese tiempo no limpies tu empresa. De todas formas, tiene su parte positiva, porque ayuda a que todo siga su camino.

Ya por último, ¿Qué opina de la OPA fantasma de Abanca?

Pues tu sabrás más que yo de ese tema [rie]. Yo lo único que sé lo sé por la prensa. Pero claro, desde un punto de vista técnico, está claro que los bancos pequeños tienen que crecer. Necesitan crecer, porque ahora hay un concepto muy europeo que es el de sistémico. Cuando eres un banco sistémico el BCE no te deja caer, o por lo menos no bruscamente y para conseguirlo tienes que tener cierto tamaño y eso sólo se consigue con operaciones como esta, o como la de Unicaja con Liberbank, que parece que va muy bien. 

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