La industria gasista considera que la propuesta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) relativa a las redes de transporte y distribución supone, en realidad, un cambio del modelo regulatorio, en lugar de una actualización retributiva, debido a los elevados recortes que incluye.
A nueve días de que finalice el plazo para presentar alegaciones a las polémicas circulares del regulador, Sedigás, la patronal del sector, insiste en que la CNMC no ha tenido en cuenta determinados elementos a la hora de determinar el nuevo marco retributivo. "No han medido bien los impactos", apuntó Marta Margarit, secretaria general del lobby, durante la presentación de un informe sobre el sector elaborado por PwC antes de conocerse el contenido de las circulares que pone de manifiesto el papel relevante del gas en la transición energética y su impacto positivo, tanto en la economía del país como en la reducción de emisiones de gases contaminantes.
Sedigás estima que los recortes propuestos son demasiado grandes para no haber tenido en cuenta la opinión de la industria, que no fue recibida por el regulador hasta que no se publicaron las circulares. "Un recorte tan grande se tiene que discutir", apuntó Margarit, aunque también recordó que la CNMC ha tenido que trabajar a contrarreloj, toda vez que recuperó las competencias a comienzos de enero.
La patronal incide además en que las cifras que incluye el regulador en las circulares no coinciden con las que se reflejan en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, uno de los aspectos que podría llevar al Gobierno a sentarse con la CNMC en la llamada comisión de coordinación.
Impacto aumentado en algunas empresas
Aunque en su borrador de circulares, el regulador plantea para los siguientes periodos regulatorios una rebaja del 17,8% en la retribución de la distribución del gas, así como un recorte del 21,8% para la actividad de transporte de gas y regasificación, el lobby gasista estima que el impacto será considerablemente superior para algunas de las compañías del sector afectadas por la propuesta. Las estimaciones hablan de que pueden registrarse impactos de hasta el 50% en el resultado bruto de explotación en las distribuidoras.
El informe que presentó Sedigas asegura que una mayor penetración del gas natural generaría unos ahorros para los consumidores de aproximadamente 900 millones de euros, de los que el 30% corresponderían a los usuarios domésticos y el resto, a industriales.
Adicionalmente, sin estimar en un espacio temporal, ve un desarrollo adicional de otros 1,2 millones de puntos de suministro y 18 terawatios/hora en industrial y servicios, cuya contribución neta al sistema se vería aumentada en más de 200 millones de euros anuales, mientras que los consumidores reducirían su factura energética en más de 630 millones de euros al año.
Acabar con el déficit histórico
El documento recuerda que la reforma del sistema gasista que se implantó en 2014, que supuso una reducción de la remuneración de todas las actividades reguladas del sector de 238 millones de euros cumplió con su principal objetivo, consistente en que el sistema dejara de ser deficitario. Es más, PwC considera que los superávit que se registrarán en los próximos años serían suficientes para eliminar definitivamente el déficit histórico en 2022 (o incluso antes si se registrara algún año con un consumo superior al previsto).
Una meta calculada con la previsión de un esquema retributivo como el actual pero que quedaría en entredicho si finalmente se hacen efectivos los recortes propuestos por la CNMC, toda vez que un buen número de inversiones en el sector quedarían en suspenso.
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