El "España va como una moto" que dijo en su momento Pedro Sánchez se ha terminado convirtiendo en un foco de crítica constante para el Gobierno. Ahora, pese a que defender el supuesto buen estado de la economía se haya convertido en su mantra, el Gobierno ha reconocido que los españoles somos cada vez más pobres y tenemos menos capacidad de gasto.
Así lo han admitido desde el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el 'Informe Económico Anual de la Industria de la Alimentación y Bebidas', elaborado en conjunto por el ministerio y la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y presentado oficialmente este martes.
Durante la presentación del mismo han asegurado que "la inflación penaliza el consumo en alimentación dentro del hogar, con descenso del gasto per cápita". Concretamente, estamos hablando de que en los dos últimos años, desde 2021, el gasto medio en alimentación y bebidas ha caído un 3% por persona, incluso pese a la inflación desbocada de los últimos meses.
Lo preocupante es que esta disminución del gasto no se debe a una reducción de los precios, sino a que la necesidad por los altos precios ha llevado a recortar el consumo en algo tan básico como es la alimentación
De enero a noviembre del año 2023, los españoles destinaron una media de 1.410 euros por persona. Tan solo dos años antes, en 2021, la media esos mismos meses fue de 1.453, es decir 43 euros más cada español. Lo preocupante es que esta disminución del gasto no se debe precisamente a una reducción de los precios, que haya llevado a que nos cueste menos la cesta de la compra, sino a que, como ha reconocido el propio Gobierno, la necesidad por los altos precios ha llevado a recortar el consumo en algo tan básico como es la alimentación.
Ya en 2022 habíamos visto una reducción del gasto en alimentación, pasando de esos 1.453 de media en 2021 a 1.428 euros por persona un año después. Por su parte, del año 2022 al '23, el gasto medio per cápita se redujo un 1,2%; además, el consumo total, entre enero y noviembre del pasado año, se redujo un 10%, hasta los 22.310 millones de kilos.
El peor dato de gasto desde 2015
Además, la inversión que los españoles han realizado para el consumo de alimentos y bebidas es la menor desde el año 2015, el primer año del que han ofrecido datos. Ese año, cada español gastó una media de 1.482 euros cada año. Desde entonces, y hasta que se inició la pandemia, el gasto se ha mantenido en torno a los 1.500 euros por persona.
En cualquier caso, la situación entonces era diferente, ya que en ese momento los precios sí estaban más bajos, por lo que la reducción del gasto se producía en aquellos años porque los precios eran más bajos y no por una necesidad de apretarse el cinturón, como está ocurriendo en los últimos años.
Hundimiento de la producción
Aparte de que el gasto en alimentación ha disminuido, también lo ha hecho la capacidad de producción.
La inflación, la sequía y la compleja situación geopolítica han provocado una caída del 2,6% de la producción de alimentos y bebidas en España, hasta los 162.459 millones de euros, según citado informe.
"El impacto de la inflación junto a factores climáticos adversos y un contexto global inestable hace retroceder la producción del sector, pero seguimos siendo el primer sector industrial de España", ha explicado el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, durante la presentación de los datos ante los medios.
En consonancia con el dato de la reducción de la producción, está el del estado del tejido empresarial. Según la FIAB, el número de empresas que forman la industria alimentaria ha caído en 2023 por debajo de las 30.159 registrada en 2022, lo que supone un descenso del 6%, hasta las 28.335, ya que se vieron obligadas a cerrar 1.824 compañías, la mayoría pymes. Aunque han argumentado que se trata de un "proceso de concentración de las compañías", desde FIAB sí han mostrado su preocupación por el sufrimiento de las pequeñas empresas.
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