El fabricante norteamericano General Motors no dejará de lado los motores de combustión que tanto han marcado a la industria de Estados Unidos a lo largo de toda su historia a pesar de vivir una época marcada por todo lo que supone la llegada del coche eléctrico. Mientras muchos de los grandes fabricantes europeos ya han anunciado el fin del desarrollo de nuevos motores de gasolina o diésel, Norteamérica sigue su propio camino.
Así, y a pesar de estar también en pleno desarrollo de la tecnología eléctrica, General Motors ha decidido mantener su apuesta por estos motores a la vista de los muchos años que tienen por delante todavía e invertirá más de 900 millones de dólares en cuatro plantas de producción en Estados Unidos para la fabricación de nuevos motores V8 de gasolina.
Una inversión que se produce a pesar de que el mayor fabricante estadounidense de automóviles se ha comprometido a dejar de producir vehículos de gasolina y diésel para 2035, algo en lo que coinciden con los acuerdos tomados en Europa.
De esa cantidad, la mayoría, 854 millones de dólares, estará destinada a preparar las plantas de General Motors en Flint, Bay City, Defiance y Rochester para la producción de la sexta generación del motor de combustión Small Block V8. Los restantes 64 millones de dólares permitirán fabricar partes para vehículos eléctricos en las plantas de Defiance y Rochester.
Gerald Johnson, vicepresidente ejecutivo de General Motors para Manufactura Global, declaró en un comunicado que estas inversiones aseguran los puestos de trabajos en estas plantas durante los próximos años. Con el nuevo paquete de inversiones, desde 2013 la compañía ha destinado más de 37.000 millones de dólares a sus plantas de producción en Estados Unidos.
La gran automovilística también señaló que la inversión en motores V8 "subraya el compromiso de la compañía por seguir proporcionando una sólida gama de vehículos con motores de combustión a los consumidores, a la vez que sigue acelerando su transformación hacia un futuro exclusivamente eléctrico".
Nuevo V8 con sistema híbrido
Y es que a pesar de su firme apuesta por el motor de combustión y en especial por sus admirados V8, la firma norteamericana empezará a vender a finales de este año su primer Chevrolet Corvette híbrido, un deportivo de altas prestaciones que ha denominado E-Ray 2024 y que tendrá un precio inicial superior a los 100.000 dólares y será el único deportivo del mundo que combina un motor V8 con otro eléctrico.
La comercialización del biplaza E-Ray 2024 con el 70 aniversario del nacimiento del Corvette, uno de los vehículos más icónicos del fabricante estadounidense. El nuevo Corvette híbrido será un deportivo de tracción a las cuatro ruedas equipado con un motor de gasolina V8 de 6,2 litros y un motor eléctrico de 160 CV.
La batería de 1,9 kWh se recarga con las frenadas del vehículo y durante la conducción, pero no contempla carga mediante conexión a la red eléctrica. En total, el nuevo Corvette desarrollará una potencia de 655 CV y una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 2,5 segundos, lo que le convierte en el Corvette más rápido en la historia de este emblemático modelo.
El presidente de General Motors, Mark Reuss, afirmó en un comunicado que de la misma forma que la aparición en 1953 del Corvette "inició siete décadas de pasión", el E-Ray, "el primer Corvette electrificado y con tracción total, amplía la promesa de lo que Corvette puede ofrecer".
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