Miguel Ángel Gil Marín gana tiempo. El consejero delegado rojiblanco avanza en negociaciones con el fondo americano Ares, principal accionista extranjero, para alargar dos años más su compromiso con el club. Se trataría de una forma de preparar el terreno para una salida sigilosa y que permitiría a Gil mantener el rol de cabeza visible hasta mediados de 2026, lo suficiente para poder estrenar la Ciudad Deportiva.
Un hito que se ha visto amenazado por la delicada situación del club, con una deuda neta de 592 millones y un roto operativo de hasta 100 millones. Al inicio de la temporada y con el Aleti nuevamente eliminado de la Copa de Europa en Fase de Grupos, el consejero delegado llegó a plantearse la venta de sus acciones ante sus dificultades para seguir avalando al club. Prueba de su interés de irse desligando del Atleti es la rebaja de su exposición a la deuda colchonera en un 78% desde la pandemia, precisamente cuando los problemas económicos se dispararon.
Gil Marín se sentó hace meses con varios bancos de inversión para hacer números y explorar una potencial venta del club, como publicó este medio. Pero las conversaciones no cristalizaron lo suficiente como para encargar un mandato oficial, como recuerdan fuentes próximas a la banca de inversión. Tampoco ha habido hasta el momento mayores avances en las conversaciones con los interesados en comprar, entre ellos, el magnate polaco Maciek Kaminski, que se vio con el CEO en el mismo Metropolitano.
Ares, de tres a cinco años en el Atlético con Gil Marín
La principal alternativa pasa ahora por retener al fondo Ares como socio de referencia. Fuentes conocedoras indican que Gil Marín y Ares negocian ampliar de tres a cinco años el compromiso del fondo para mantenerse en el accionariado, en el que desembarcó a mediados de 2021. Y las conversaciones están bastante avanzadas. Fuentes oficiales del club aseguran que en este momento no se contempla un aumento de la participación accionarial de Ares.
Al arrancar un mayor compromiso temporal de Ares, el mandatario rojiblanco cerraría la puerta a una venta de urgencia, si bien este extremo no se puede descartar, como el propio presidente colchonero, Enrique Cerezo, llegó a reconocer en una entrevista la semana pasada en Abc. "Si hay algún interesado en comprar el Atlético, se le escuchará", afirmó el histórico socio de los Gil.
El propio MAG podría cambiar el rumbo de nuevo si la oferta de alguno de los interesados supera los 1.000 millones, como advierten distintas fuentes financieras. Algunas informantes de banca de inversión consideran que el ejecutivo atlético tendría predisposición a la venta de su participación si algún inversor pone sobre la mesa una cantidad que valore al club en unos 1.300 millones de euros, que es la valoración que ha conseguido Gil.
Ares se reserva un derecho de tanteo sobre las acciones de Gil Marín en el Atlético de Madrid
Una operación en la que Ares tendría que participar, al menos indirectamente. Y es que el fondo americano alberga un derecho de tanteo sobre las acciones de Gil Marín. El private equity viene de levantar 3.700 millones para invertir en deporte, siendo el Atlético de Madrid su principal apuesta en el mundo del fútbol.
El principal accionista de este gigante de la inversión es el magnate Tony Ressler, dueño de los Atlanta Hawks, además de cofundador del fondo Apollo que ha prestado dinero para los nuevos Santiago Bernabéu y Camp Nou.
En España, los representantes de Ares tienen un socio en el presidente de Prisa y accionista de referencia de Indra, Joseph Oughourlian, quien asistió a la presentación en sociedad de los primeros como nuevos propietarios del Real Zaragoza. Oughourlian ostentaría un 5% de las acciones del club aragonés además de la presidencia del Lens en Francia, cargo que asumió tras una Joint Venture allí de la mano, precisamente, del Atlético de Madrid de Gil Marín.
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