El Gobierno ha tardado cerca de tres meses en informar a los inversores del riesgo que supone la guerra en Ucrania para la economía española. Tras omitirlo en las presentaciones publicadas por el Tesoro Público en los meses de febrero, marzo y abril, el informe del mes de mayo incluyo por primera vez alguna referencia al conflicto. En dos de las 83 páginas del ‘Spanish Treasury Chart Pack’ (Paquete de Gráficos del Tesoro Español), menciona como “aspectos clave en 2022” sobre los que actuar las tensiones geopolíticas, los precios de la energía, las cadenas de valor y la inflación.
En concreto, ante estos riesgos fundamentales, señala tres acciones: prestar especial atención a las cuestiones derivadas de la crisis ucraniana, garantizar la estabilidad financiera en el contexto de las sanciones financieras, y medidas para amortiguar el impacto de los precios de la energía. Acto seguido, el Tesoro detalla las medidas adoptadas por el Gobierno el pasado mes de marzo para atajar la crisis, como el tope al precio del gas, la subvención de 20 céntimos en los carburantes, las ayudas al sector del transporte, o los 10.000 millones en créditos ICO.
También ha actualizado el escenario macroeconómico, que hasta la presentación del Programa de Estabilidad el pasado 29 de abril seguía contemplando un crecimiento del 7% este año pese al impacto que la guerra y la escalada de los precios energéticos estaban teniendo en la economía, abocando a la mayor parte de los organismos económicos a realizar fuertes revisiones a la baja. Ahora el repunte del PIB que incluye el informe a los inversores es ya del 4,3% para este año y del 3,5% para 2023, en línea con el documento presentado a Bruselas.
Después de enviar el Plan a Bruselas
Hay que recordar que en el documento de febrero, publicado en los prolegómenos del conflicto, el Tesoro Público no sólo no hizo mención al riesgo que supondría un conflicto entre Rusia y Ucrania para la recuperación de España, sino que mejoraba la perspectiva económica para este año en cerca de un punto porcentual. Esto ocurrió por el efecto de rebajar el crecimiento de 2021 a cerca de un 5% (frente al 6,5% defendido en anteriores presentaciones pese a las advertencias de los distintos expertos y analistas y del propio Instituto Nacional de Estadística) y mantener intacto el PIB esperado para 2022.
De esta forma, no ha sido hasta la actualización obligada del Programa de Estabilidad cuando ha dado cifras ‘reales’ de las perspectivas económicas de España a los inversores, en las que ya no se contempla la recuperación de la economía hasta bien entrado el 2023, frente a otros países europeos que ya han vuelto a los niveles prepandemia. De hecho, seremos el último país de la UE en salir de la crisis iniciada con la pandemia y agravada por el conflicto en Europa, según las últimas proyecciones publicadas por la Comisión Europea.
Además, resulta llamativo que el Tesoro ha omitido en su página de inicio otra de las presentaciones que publicaba mensualmente para los inversores, denominada ‘Presentación Kingdom of Spain’. La última vez que actualizó este documento fue en febrero, mes en el que se produjo la escalada bélica y la invasión de Ucrania. En aquel momento, lejos de mencionar cualquier potencial impacto, el Tesoro aseguraba que "la mejora de las perspectivas económicas es visible en una amplia gama de indicadores", entre otros el "sólido" desempeño del mercado laboral". Sobre el curso de la recuperación, mencionaba que "la respuesta política a la pandemia ha permitido un fuerte repunte y el Plan de Recuperación impulsará el crecimiento potencial".
Menos crecimiento y más inflación
Igual que el Gobierno, los diferentes organismos económicos ya han revisado a la baja el crecimiento estimado para este año y el próximo, y al alza la inflación media. El último en hacerlo ha sido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que estima un crecimiento del 4,1% en 2022, 1,4 puntos menos que en la última estimación realizada en diciembre; y una inflación media del 8,1%, frente al 3,2% que pronosticaba hace seis meses. Si se cumplen las nuevas previsiones del organismo, esta variación de los precios estará sólo siete décimas por debajo de la media de la OCDE (8,8%) y más de un punto por encima de la media de la Eurozona (7%).
De hecho, España acabará el año con la inflación más alta de las grandes economías del euro, por delante de Alemania (7,2%), Italia (6,3%) y Francia (5,2%). Para 2023, las proyecciones de la OCDE tampoco son del todo positivas: España crecerá un 2,2% (retrasando la recuperación total del PIB al 2024) y seguirá con una inflación del 4,8%, frente al 1,5% que auguraba hace seis meses. De hecho, entre las grandes economías del euro, seguirá siendo la más afectada por la subida de precios. Para atajarla, este jueves el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado la primera subida de tipos para julio y una adicional en septiembre.
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