Economía

El Gobierno descarta que la inflación afecte ya este año a la llegada de turistas

Las previsiones del Ejecutivo apuntan a que, pese a la subida de precios en el sector y la contención de gasto esperada, seguirán llegando viajeros a España "a corto plazo"

El Gobierno descarta que la inflación afecte a la llegada de turistas a España. Al menos, en los meses que restan hasta final de este año. Las previsiones que maneja el Ejecutivo son más optimistas que las del propio sector turístico, y apuntan a que las cifras de viajeros a final de año no estarán demasiado alejadas de las registradas en 2019.

En concreto, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo prevé que nuestro país cierre el año 2022 con una llegada de turistas internacionales que, según sus cálculos, superará el 80% de las registradas en 2019, año récord. Asimismo, las previsiones del Ejecutivo son optimistas respecto al gasto de estos viajeros: llegará a los 87.000 millones de euros, un 95% de la cifra registrada en 2019, y similar a la de 2017. Como se desprende de estos cálculos, a cierre del año España habrá recibido menos turistas internacionales que en el último año prepandemia, pero ingresará más por ellos.

Según explicó el Secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, durante su comparecencia este miércoles en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo del Congreso, el Gobierno no está observando que "el contexto general de incertidumbre ni la crisis inflacionista estén corrigiendo la tendencia de recuperación o la intensidad de la demanda a corto plazo", ha dicho, insistiendo en que las previsiones que maneja el Ejecutivo están hechas "con la debida cautela".

En esta línea, la perspectiva del Gobierno es que los turistas internacionales sigan aterrizando en nuestro país de forma similar a la de este verano, cuando llegaron a España el 90% de los turistas internacionales del último verano prepandemia. A cierre del ejercicio, España arrojará una recuperación todavía incompleta respecto a 2019 por el impacto de la variante Ómicron a comienzos del año.

Con todo, en los ocho primeros meses del año, de enero a agosto, España ha recuperado el 83% de los turistas internacionales, una cifra que asciende hasta el 92% si hablamos de gasto.

Para muestra, lo que ocurrió en agosto: según los datos del INE, en este mes llegaron 8,8 millones de viajeros extranjeros a nuestro país, un 12,8% menos que en el mismo mes de 2019; no obstante, el gasto total de estos viajeros alcanzó los 11.258 millones en este mes, solo un 3,8% por debajo de los 11.765 millones del agosto de 2019. Asimismo, en pleno contexto de subida de precios generalizada -tanto en hoteles como en restaurantes- el gasto medio por turista ha crecido de forma relevante. Como también recoge el INE, el gasto por turista en este mes fue de 1.276 euros, 114 euros más que el mismo periodo prepandemia, cuando fue de 1.162 euros. 

Más turistas pero menos peso del turismo

Pese a las perspectivas positivas en cuanto a la llegada de turistas internacionales, las previsiones apuntan a que el peso del turismo en la economía a cierre de año será todavía menor que en 2019. Según las cifras que maneja la patronal Exceltur sobre el PIB turístico, el sector no recuperará todavía en 2022 su aportación a la economía lograda 2019.

Así, la previsión de Exceltur realizada este mes de octubre es que el PIB turístico ascienda a cierre de año a cerca de 154.000 millones de euros, representando así un 11,8% del total del PIB, en base a la última previsión del Banco de España. De este modo, el peso del turismo en la economía caería aún más de medio punto respecto a 2019, cuando alcanzó el 12,4%.

2022 arrojará un PIB turístico cerca 1.000 millones menor que en 2019. El escenario "recoge una moderación en la senda recuperación estimada para los últimos tres meses del año", por el esperado "enfriamiento de las economías y consecuente erosión de la capacidad de consumo turístico de hogares y empresas". No obstante, para los empresarios del sector turístico esto se verá -y se está viendo- compensando en buena parte por las "inusitadas ansias viajeras" tras los años de pandemia y el ahorro acumulado.

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