Blablacar está de enhorabuena. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha publicado este verano un nuevo catálogo de actuaciones en materia de ahorro energético que se incorporarán a su sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE).
Y entre las nuevas fichas hay una dedicada al coche compartido.
Una ficha que sigue el modelo parecido que se acaba de tumbar el Consejo de Estado francés, porque se sobre estimaba los supuestos ahorros energéticos que se podían obtener a través de esta plataforma. Un hecho que ha puesto en guardia algunos afectados del sector del transporte y comercializadoras.
En ambos países se facilita que las comercializadoras eléctricas, muchas de las cuales han creado sus propios intermediarios -sujetos delegados- para la gestión de estos certificados que les permite llegar a acuerdos bilaterales con empresas de coche compartido, básicamente con Blablacar.
En lugar de pagar sus obligaciones al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, las eléctricas pueden pagarle más baratos los CAE, algo que cuadra si los ahorros que se generan con estas actuaciones encajan con las cifras que se aporta.
En Francia este asunto desató cierta polémica. El Consejo de Estado francés puso en duda su validez. Además, medios como Reporterre han revelado que TotalEnergies, la eléctrica aliada con Blablacar, tuvo un papel fundamental en la redacción del modelo, que se diseñó este modelo de ahorro para recibir estas ayudas.
Esta decisión, adoptada el pasado 25 de junio, anuló el decreto que se utilizaba para financiar las bonificaciones que recibía Blablacar, que a cambio bonificaba con cien euros a los nuevos usuarios de vehículos compartidos.
Un estimación particular
El modelo francés hacía una estimación de ahorros que después se consideró 'generosa': una suma fija a largo plazo que sobreestimaba los ahorros generados con el uso del coche compartido de empresas como Blablacar. El Consejo de Estado lamentó que su Ministerio no aportase ningún estudio independiente que respaldase sus hipótesis y las consideró “un error manifiesto de apreciación”.
Según Reporterre, Blablacar y TotalEnergies ofrecieron datos a la administración basándose en sus propios estudios, y la eléctrica llegó a presentar enmiendas ante el Consejo Superior de Energía francés sugiriendo la misma estimación de ahorro que apareció finalmente en el decreto.
Salían ganando ambas partes. Blablacar generaba certificados que podía vender, con un margen neto del 66% -los usuarios sólo ingresaban un tercio de las bonificaciones-. Además, generaban nuevos clientes para su plataforma, atraídos por un bono de cien euros. Por su parte, TotalEnergies le generaba ahorros significativos frente a la alternativa.
En España, el modelo es muy parecido y puede incluso llegar a ser protagonizado por los mismos agentes. En España, TotalEnergies cuenta con su propia filial dedicada a los CAE, GreenFlex, y, con la aparición de la nueva ficha, Blablacar podrá venderle estos certificados siguiendo la fórmula de ahorro establecida por el Miteco.
Blablacar y la fórmula del Ministerio
El Ministerio ha elaborado su propia fórmula, que introduce un consumo medio de referencia asociado al vehículo del pasajero no utilizado al compartir coche, de 0,496 kilovatios hora (kWh) por kilómetro, elaborado por el propio Miteco a partir de datos de IDAE y de la DGT.
Este consumo de referencia apunta que cada pasajero de coche compartido ha dejado en casa un coche de combustión interna. Sin embargo, aunque en los datos que debe aportar Blablacar se incluye una respuesta clara del usuario sobre qué medio de transporte hubiese utilizado en caso de no haber compartido coche, Miteco deja claro que “se incentivará a todos los usuarios por igual, sin distinguir si hubieran ido en coche, tren, avión o autobús”.
Diferencia con el autobús
Y el impacto sobre el autobús es muy relevante. Según datos de la alianza Viajamásenautobús, en España el número usuarios de autobús cayó de 45 a 30 millones entre 2009 y 2019. El principal causante de este desplome es la irrupción del coche compartido, que ofrece viajes punto a punto y asequibles frente a las complejas concesiones que tiene el autobús.
Si no ha seguido cayendo es sólo porque los incentivos de gratuidad -con un coste de casi 90 millones de euros al año- y los descuentos Verano Joven -que ha tenido un coste para el contribuyente de más de 50 millones de euros. Una compensación que ha ayudado a llenar las arcas de los concesionarios, con Alsa al frente.
Ahora llegará el impacto en España de la nueva medida 'sostenible', que podrá tener para Blablacar un impacto retroactivo desde enero de 2023. En Francia, la medida supuso triplicar las cifras de usuarios del coche compartido, en parte porque mucha gente que ya compartía coche de manera informal se registró en la plataforma para hacerse con los cien euros prometidos.
BlaBlacar lo considera un "conocimiento" del coche compartido
BlaBlacar explica en un comunicado que la incorporación del modelo carpooling al sistema CAE "supone el reconocimiento del coche compartido como una alternativa modal que, más allá de sus externalidades positivas en lo social y económico, también genera ahorros de energía al optimizar la ocupación de vehículos que ya están en la carretera."
La compañía señala que el sistema CAE sigue la estela de otros países europeos que ya lo han implantado hace años, como Francia, Italia, Bélgica, Reino Unido y Dinamarca. El más avanzado es el mercado francés, donde el sistema se instauró hace más de 15 años y también incluye al carpooling entre las actuaciones que ahorran energía.
Para su puesta en marcha en España, BlaBlaCar ha cerrado un acuerdo con Delcae, sujeto delegado y por lo tanto agente acreditado por el Ministerio de Transición Ecológica, para la emisión y compra de sus CAE a BlaBlaCar, generados a través de la actividad de su plataforma y sus usuarios, y posterior venta a comercializadoras y operadores de energía.
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