El cierre definitivo de la planta de Nissan en Barcelona, a finales del pasado diciembre, ha dejado en el aire miles de empleos no sólo de la propia planta; también en multitud de empresas proveedoras que llevaban décadas bajo el paraguas de la multinacional japonesa. Ahora, pendientes todavía del futuro de los trabajadores tras romperse las negociaciones -que parecían encarriladas para que la automovilística china GWM retomase la producción con sus coches eléctricos-, el Gobierno quiere el apoyo de Europa para ofrecer ayudas a los despedidos de las empresas proveedoras.
Así, España ha solicitado a Bruselas la ayuda del Fondo de Adaptación a la Globalización (FEAG) para asistir a los trabajadores despedidos de esas empresas proveedoras de Nissan, pero para que el dinero se desbloquee es necesario aún que tanto los Veintisiete como la Eurocámara den su visto bueno a la medida. La Comisión Europea ha propuesto una ayuda de 2,8 millones de euros para recolocar a las cerca de 500 personas que fueron despedidas del sector automovilístico en Cataluña como consecuencia de la decisión de Nissan de cerrar sus plantas de producción en esta comunidad autónoma para reducir su presencia en Europa.
"La UE demuestra su solidaridad con los trabajadores que se han visto afectados por reestructuraciones imprevistas", ha dicho el comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, en un comunicado para presentar la propuesta. El programa diseñado por las autoridades españolas incluye medidas con un coste de hasta 3,3 millones de euros, de los que el fondo europeo cubrirá, de salir adelante la propuesta de Bruselas el 85% del total.
El Servicio Público de Empleo de Cataluña (SOC) financiará el 15% restante y, este mes de enero, ha comenzado a prestar apoyo a los trabajadores que pueden optar a la ayuda. El objetivo de estos fondos es acompañar a los nuevos parados en su reciclaje y mejora de sus capacidades para poder retornar al mercado laboral con más facilidad y optar a nuevas posibilidades de empleo.
Así, la ayuda permitirá costear medidas para la orientación y el asesoramiento adaptados a las necesidades de los despedidos, para ayudarles en el desarrollo de nuevas capacidades y ofrecerles también apoyo si deciden emprender un negocio propio.
En concreto, se prevén programas para ayudar en la redacción de currículos, prácticas para las entrevistas de trabajo, aprender nuevas capacidades a través de la formación profesional, asistir a los desempleados en la búsqueda de empleo y la financiación para la creación de una empresa, por ejemplo con hasta 5.000 euros para los costes de establecimiento.
También pueden beneficiarse de una tutoría personalizada a lo largo de todo el proceso de creación de la empresa. Además, las contribuciones a los costes de desplazamiento o a los gastos de los trabajadores con responsabilidades familiares son posibles para facilitar la participación en las medidas de apoyo. Los trabajadores que comiencen en un nuevo empleo pueden recibir una bonificación y beneficiarse del seguimiento en el nuevo puesto de trabajo
Pendientes del Hub
Mientras tanto, los trabajadores de la planta de Nissan, que ya dejaron sus puestos a finales de diciembre, siguen con la esperanza de recolocarse en alguno de los proyectos surgidos para dar continuidad a las plantas que Nissan ha dejado en Barcelona y que a punto estuvo de cerrarse con la china GWM que hubiera mantenido casi la totalidad de los empleos al mantener una actividad productiva en las lineas de montaje de Nissan.
Ahora, es la propuesta del hub de descarbonización la que ha recibido el aval definitivo de la comisión de reindustrialización de Nissan para instalarse en las plantas, que baraja al mismo tiempo reservar una parte de Zona Franca a otro proyecto sin descartar tampoco introducir algún uso logístico. La comisión ha celebrado una reunión que se planteaba como clave para confirmar la apuesta por el hub que lideran QEV Technologies y Btech, un proyecto que prevé invertir 800 millones de euros para producir vehículos eléctricos de diferente tipología y con marcas distintas, de los que entre 150 y 200 millones serían en ayudas públicas.
Tras el aval recibido, la comisión ha decidido iniciar conversaciones directas con los promotores para concretar detalles del proyecto industrial y del empleo que generará. De momento, éstos han avanzado que en una primera fase, en dos años, están en disposición de absorber a los cerca de 1.400 trabajadores que quedan por colocar de Nissan y creen que podrían llegar a los 4.000 empleos en cinco años.
Según han explicado a Efe fuentes de la comisión, integrada por la multinacional Nissan, las administraciones públicas y los sindicatos, la propuesta del hub no llenaría todo el centro de Zona Franca, el más importante de los tres de la compañía nipona, y quedarían libres entre 40.000 y 50.000 metros cuadrados para otro uso industrial, lo que haría posible la entrada en la fábrica de otro proyecto.
En este sentido, se ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de dedicar algún espacio, incluso en altura, a una actividad del ámbito logístico. Los sindicatos, los más reacios a aceptar esta actividad, se han abierto a valorar la propuesta siempre y cuando esté vinculada de alguna manera con el hub y garantizando condiciones laborales de igualdad para los trabajadores. Según los promotores del hub, desde las antiguos centros de producción de Nissan podrían salir 30.000 vehículos en 2023 y llegar a los 100.000 en 2025
Aunque hasta ahora se daba por hecho que el hub se quedaría también con el centro de Sant Andreu, han surgido dificultades que podrían hacer peligrar el proyecto, lo que podría acabar por derivar una parte de esa actividad al centro de Montcada i Reixac. Sin embargo, Montcada estaba destinada para el fabricante de motocicletas eléctricas Silence, que, si se confirma la entrada del hub en esa fábrica, podría tener que renunciar a ella y plantearse quizás ocupar una parte de Zona Franca.
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