Las pensiones son un auténtico quebradero de cabeza para el Gobierno. Las últimas medidas anunciadas así lo demuestran. A principios de semana el Ministerio de Economía anunció una limitación de las comisiones de los planes de pensiones para incentivar su contratación y el jueves Hacienda planteó una "prima fiscal" para los contribuyentes de más edad.
Lo cierto es que el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, no fue muy explícito. Dijo que en los Presupuestos de 2018 se bajaría el IRPF, se incluirían nuevas deducciones para familias con personas con discapacidad a su cargo y una especie de "prima fiscal" para los contribuyentes de más edad.
Montoro no dijo trabajadores, sino contribuyentes, pero algunas fuentes consultadas por este periódico aseguran que el Gobierno está pensando precisamente en rebajar el IRPF a los trabajadores que opten por prolongar su vida laboral en el momento de la jubilación. De esta forma, esos trabajadores seguirían contribuyendo al sistema, aunque menos o a través de otras vías, y el Estado se ahorraría un pensión.
Rajoy ya anunció una exención en el impuesto a las personas que decidiran seguir trabajando en lugar de jubilarse
Esto es importante si tenemos en cuenta que las pensiones son cada vez más altas y se llevan gran parte del Presupuesto. Y que muchos expertos consideran que el déficit de la Seguridad Social ya es de carácter estructural y que hay que tomar medidas contundentes para sanear el sistema.
De hecho, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, planteó una medida así en la campaña de las elecciones del 20 de diciembre de 2015, cuando se comprometió a exonerar del pago de IRPF a todos los trabajadores que decidieran seguir trabajando cuando llegaran a la edad de retiro. El Gobierno siempre ha sido partidario de incentivar la prolongación de la vida laboral de forma voluntaria y esta sería una buena vía para conseguirlo.
Otros expertos van más allá y reclaman cambios más radicales, como elevar de nuevo la edad legal de jubilación, cambiar radicalmente el sistema actual por otro basado en cuentas individuales o suprimir algunas prestaciones no contributivas como las pensiones de viudedad.
Hay que hacer reformas
Lo que está claro es que algo habrá que hacer. De momento, los expertos dicen que las dos últimas reformas del sistema evitarán su quiebra, pero sin resolver todos los problemas. De hecho, lo harán a costa de las pensiones de los españoles, que caerán nada más y nada menos que un 40% por la entrada en vigor de algunas medidas, como el nuevo índice de revalorización o el factor de sostenibilidad.
El Pacto de Toledo trabaja para presentar sus nuevas recomendaciones de reforma, pero este plazo parece un poco ajustado. Cuando el Gobierno reciba estas recomendaciones, tendrá que hacer una propuesta de reforma e intentar consensuarla con los grupos políticos, algo que parece difícil dado lo fragmentado que está el Parlamento. Toca negociar y mucho.
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