Una de las demandas históricas de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) es la fijación de los objetivos de déficit diferenciados para las comunidades autónomas. Es una opción que permite la Ley de Estabilidad Presupuestaria, pero que solo se utilizó en el año 2013. Pero ahora, el presidente del organismo fiscalizador, José Luis Escrivá, tiene la esperanza de que vuelvan a utilizarse.
¿Por qué cree que deberían fijarse objetivos diferentes en esta ocasión? La respuesta es muy simple: la situación de las comunidades es muy diversa y no tiene mucho sentido que se imponga la misma cifra a todas las regiones. Por poner un ejemplo, Canarias acabó el año pasado con un desfase de cuatro décimas, por debajo incluso del objetivo fijado para 2017 (0,6%) y Murcia, en cambio, con un desvío del 1,7%.
¿Qué significa esto? Que mientras que Canarias tiene asegurado ya el cumplimiento del objetivo de déficit de este año aún gastando más que el año pasado, Murcia tiene que seguir haciendo grandes ajustes para reducir en más de un punto su desfase. Y dos situaciones tan diferentes no pueden tratarse de la misma manera. Comunidad Valenciana y Extremadura son las otras dos comunidades con un gran esfuerzo pendiente.
¿Incentivos perversos?
Lo cierto es que ser más flexible con estas regiones que tienen que seguir ajustándose más que otras, también supone algunos problemas. ¿No se estaría premiando a las peores de la clase? Es cierto que esto podría generar incentivos perversos en el cumplimiento del déficit. Algunas comunidades podrían pensar que conviene relajarse en la consolidación fiscal para que Hacienda sea menos exigente.
Pero no es esa la fórmula en la que está pensando la Autoridad Fiscal. Ellos son partidarios de un sistema de reparto de objetivos que contemple criterios de equidad y diversos cálculos para garantizar un esfuerzo justo para cada comunidad. Reconocen que es una tarea complicada, pero creen que se puede hacer. Es más, están convencidos de que mejoraría considerablemente el cumplimiento del déficit.
La flexibilización de objetivos a algunas CCAA tendría que ir acompañada de un aumento del rigor en la aplicación de la Ley de Estabilidad
En la tesis que defiende la AIReF, la flexibilización de los objetivos para algunas comunidades tendría que ir acompañada de un aumento del rigor en la aplicación de la Ley de Estabilidad. Esto significa que, probablemente, estarían sometidas a un mayor control y el Gobierno tendría que utilizar con más brío las posibilidades que ofrece la ley para sancionar a las regiones.
Con objetivos diferenciados o sin ellos, la Autoridad Fiscal considera "factible" que las comunidades cumplan este año el objetivo global fijado del 0,6%. Así, las regiones pasarían de ser las incumplidoras y el gran problema de las cuentas españolas a las únicas capaces de llegar al objetivo, además de las entidades locales, que llevan años en superávit. El Estado y la Seguridad volverán a incumplir.
Cambios en los objetivos
De hecho, otro de los cambios importantes que reclama la Autoridad Fiscal es que el Gobierno empiece a plantear objetivos más realistas en materia de déficit, porque tiende a pedir equilibrio a los Ayuntamientos a pesar de que llevan años con superávit en sus cuentas. Tanto es así que la AIReF ya considera estructural este superávit.
A su parecer, esta fijación irreal de objetivos produce inconsistencias a nivel individual y global y a una mala aplicación de la norma. Por eso, quiere que los objetivos se calculen de otra manera: incorporando las necesidades de gasto, la suficiencia de ingresos y la regla de gasto al proceso. De esta forma, España conseguiría ganar rigor y credibilidad en materia de déficit.
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