El consenso de los analistas apunta en una dirección opuesta a la del Gobierno: las presiones inflacionistas serán más intensas y persistentes de lo previsto. Las últimas previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) confirman que el Ejecutivo no cumplirá los objetivos marcados de moderar la subida de precios al 5%-6% a finales de este año, volviendo a situarse en el entorno del 2% en 2023, tal y como aseguró la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, a principios de mayo, tras la aprobación de las medidas energéticas.
El propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, durante un desayuno informativo celebrado este lunes, continuó dibujando un escenario de inflación controlada en el entorno del 2% en 2023 y 2024. Unas proyecciones que si bien eran compartidas hace dos meses, cada vez son menos populares. "Es muy difícil hacer estimaciones en el corto plazo", matizó en cualquier caso el ministro.
Funcas ha actualizado las previsiones mensuales del IPC hasta 2024 y espera que en diciembre de este año la variación anual del índice de precios de consumo (IPC) todavía continúe en el 6,1%. De esta forma, no será hasta el primer trimestre de 2023 cuando se ubique en el umbral de entre el 5% y el 6% que calculaban fuentes del Ejecutivo hace unas semanas. En cualquier caso, las tasas anuales continuarán próximas al 4% durante todo el ejercicio y, en el mejor de los casos, se situará en el 3%, según el servicio de estudios.
"El objetivo del 5-6% se cumpliría a inicios del 2023 en términos interanuales. Para ese año la media anual quedaría en el 4%, en doble del objetivo del BCE. Pero nuestra previsión es que algo similar ocurra para la eurozona en su conjunto", explica a Vozpópuli Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. El Banco Central Europeo (BCE) subirá los tipos en 25 puntos básicos el próximo mes de julio para conseguir que la inflación se sitúe en el 2%, aunque la autoridad monetaria asume que esto no ocurrirá hasta 2024.
Funcas espera que la inflación subyacente (que excluye la energía y los alimentos frescos y, por tanto, es menos volátil) también se mantenga alta durante todo el periodo analizado, con tasas anuales que superarán el 5,5% en la segunda mitad de este año y que seguirán próximas al 5% en el primer trimestre de 2023, para pasar al 4% en el segundo, y al 3% en el segundo semestre de año. Sobre la posibilidad de que esta subida se enquiste, Raymond Torres señala que "es complicado bajarla, pero no imposible". "Ya ocurrió en el pasado, por ejemplo en los 90, es cuestión de generar una dinámica de moderación de precios y salarios", explica el experto.
El Banco de España espera una moderación de las elevadas tasas de inflación en los próximos trimestres, pero también contempla "una mayor intensidad y persistencia del episodio inflacionista actual”. En este sentido, el supervisor teme que la inflación se desancle a futuro por encima del objetivo del 2%. "Las tasas de inflación subyacente en el futuro serán mayores de las vistas en las anteriores décadas, cuando fueron anormalmente bajas, y el riesgo al alza es que estén por encima del objetivo de la política monetaria", respondió Ángel Gavilán, director de Economía y Estadística del BdE en la presentación de las proyecciones la pasada semana.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) espera que España sea la decimoséptima economía con más subida de precios este año, escalando cinco puestos en el 'ranking' respecto a la anterior previsión realizada en diciembre de 2021. También asume que los elevados niveles de precios continuarán a lo largo de 2023 y sitúa la media del año en el 4,8%, frente al 1,5% que auguraba hace seis meses. El promedio de la subyacente también lo sitúa en el 4,5%, evidenciando una traslación cada vez mayor de los precios energéticos al resto de productos y servicios.
El Plan del Gobierno pierde fuelle
El Gobierno confiaba en relajar los precios con su Plan energético, que incluye rebajas fiscales a la luz, subvenciones a los carburantes y topes en el gas. Sin embargo, según el Índice de Precios de Consumo (IPC), en mayo los carburantes todavía eran un 29% más caros que hace un año, absorbiendo gran parte de la subvención de 20 céntimos/litro aprobada por el Gobierno para paliar los efectos de la guerra en Ucrania y en vigor desde abril. Asimismo, el precio de la electricidad sigue siendo un 30,2% superior al registrado hace un año.
Finalmente, el tope al gas se estrenaba este martes con una subida del 5% de la tarifa de la luz. El Banco de España ya calculó que esta medida 'estrella' en la que el Ejecutivo lleva trabajando dos meses reduciría la inflación media del 2022 en apenas medio punto, permaneciendo en el 7,2%. De esta forma, el impacto será menor que el esperado por el Gobierno, de en torno a un punto. En 2023, el impacto de esta medida en la tasa de inflación sería incluso positivo en una décima.
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