El Gobierno tiene claro que no quiere agotar el Fondo de Reserva que él mismo diseñó para asegurar las pensiones. Por eso volverá a recibir un préstamo del Estado para financiar las extra de verano y Navidad, como ya hizo en 2017. En esta ocasión, el préstamo superará los 15.000 millones, aunque el Ejecutivo espera no tener que usarlo por completo. De hecho, sacará también casi 3.800 millones de la 'hucha de las pensiones', lo que dejará su saldo en poco más de 4.000 millones, menos del 7% de lo que llegó a tener en 2011.
Y es que el PP, desde que llegó al poder ese mismo año, se ha pulido nada y nada menos que el 93,6% del Fondo. Cuando se saquen los 3.800 millones previstos para 2018, la hucha se quedará solo con 4.269 millones, una cantidad que no da ni para pagar una de las pagas extra de las pensiones. Eso sí, hay que tener en cuenta que este instrumento fue precisamente diseñado para esto.
El Fondo de Reserva se creó en 1997 para hacer frente a los desequilibrios coyunturales entre ingresos y gastos de la Seguridad Social. La idea era ir depositando excedentes en los años buenos para tener algún sitio de dónde tirar cuando llegaran las vacas flacas. Las primeras aportaciones se hicieron en el año 2000 bajo el mandato de José María Aznar.
La hucha llegó a tener casi 67.000 millones de euros en 2011, justo cuando el PP llegó a La Moncloa
Desde entonces, los años dorados de la Seguridad Social permitieron hacer aportaciones cada ejercicio, hasta que la hucha llegó a tener casi 67.000 millones en 2011. En realidad no se hicieron aportaciones todos los años, el Gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero decidió saltarse esas aportaciones durante al menos dos ejercicios a pesar de la buena salud del sistema.
Pero en 2011 la situación cambió. En ese momento la crisis ya sacudía duramente a España y la Seguridad Social entró en número rojos. Los recursos dejaron de ser suficientes para sufragar las pensiones y el Gobierno empezó a tirar del Fondo de Reserva. En 2012 sacó 7.003 millones; en 2013, 11.648 millones; en 2014, 15.300 millones; 2015, 13.250 millones; y en 2016, 20.136 millones.
Poco a poco los fondos se fueron agotando, hasta que el año pasado el Gobierno decidió cambiar de estrategia para no agotar completamente la hucha. En 2017 utilizó solo 7.100 millones del Fondo y todo el préstamo de 10.192 millones, un préstamo que, en principio, la Seguridad Social tiene que devolver en 10 años.
3.800 millones en 2018
Y en 2018 más de lo mismo. Las cuentas contemplan una partida de 19.000 millones para ayudar a la Seguridad Social a financiar las pensiones. Más de 15.000 millones vendrán de otro préstamo del Estado, aunque el Gobierno espera no agotarlo. Y el resto, del Fondo: unos 3.800 millones. Esa nueva retirada dejará la hucha tiritando, con poco más de 4.000 millones.
A pesar de lo ocurrido estos años, el Gobierno asegura que no tienen intención de agotar la hucha, así que no le quedará más remedio que seguir tirando de deuda hasta que el déficit del sistema se resuelva. De hecho, espera volver a hacer aportaciones cuando sanee el sistema.
Para poder acabar con el déficit, el Ejecutivo tiene claro es que hay que seguir avanzando firmemente en la separación de fuentes para que la Seguridad Social financie solo las prestaciones contributivas, algo que podría hacerse en 10 años si hay voluntad política. De hecho, si se hubiera empezado a hacer diez años atrás, el Fondo tendría hoy más de 100.000 millones.
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