El Gobierno rebaja su previsión de crecimiento al 4,3%, 2,7 puntos. Y lo hace después de más de un año sosteniendo que estimaba un crecimiento del 7% en 2022, muy por encima de todos los organismos y cuando el INE acaba de avanzar que el PIB sólo creció un 0,3% en el primer trimestre. Así lo ha anunciado la vicepresidenta primera para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en rueda de prensa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Se trata de una rebaja sólo superada por la que planteó el Ejecutivo el 1 de mayo de 2020 tras la irrupción de la pandemia y por encima de las de la crisis financiera. De cara a los próximos años, el Ejecutivo prevé un crecimiento del 3,5% en 2023, del 2,4% en 2024, y del 1,8% en 2025.
Es un trabajo "marcado por intensa incertidumbre por la guerra de Ucrania, que se suma a efectos de la pandemia en algunas economías y a los problemas de la cadena de suministros", ha explicado Calviño, que ha apelado a la "prudencia" y ha señalado que estamos ante una "crisis de alcance global y todos los organismos y gobiernos están rebajando previsiones de crecimiento y elevando las de inflación".
Calviño sin embargo ha destacado que todos los organismos prevén un fuerte crecimiento para España, el mayor entre las economías de la UE, y ha asegurado que la final de 2021 se había superado el crecimiento previo a la pandemia en términos de "PIB diario". Asimismo, ha considerado que la EPA confirma un buen comportamiento del mercado de trabajo, sobre todo en el sector privado, a lo que ha añadido la afiliación adelantada de abril.
El 9 de abril de 2021, Calviño rebajó sus previsiones para 2021 al 6,5% pero elevó las de 2022 al 7%. Ni la subida de la inflación que empezó a desbocarse en otoño ni el alza de los precios de la energía ni los retrasos en la cadena de suministros ni ómicron ni finalmente la guerra en Ucrania le llevaron a replantearse la cifra que parece que revisa porque está obligada a hacerlo. Antes del 30 de abril es preceptivo que remita a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad con el cuadro macro y el Plan Nacional de Reformas.
La tardanza en revisar sus previsiones colocó al Gobierno en una posición difícil porque cada vez se agrandaban más las diferencias entre sus cifras y las del resto de organismos económicos y servicios de estudios. La revisión a la baja suponía enmendarse a sí mismo y desbaratar todo el marco sobre el que descansan los Presupuestos de 2022.
Pero es que además al haberse pronunciado ya todos los demás, se ha encontrado con el compromiso de tener que armonizarse con el FMI -cuyo Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, por sus siglas en inglés) preside Calviño-,y con la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), es decir, de conciliar el 4,8% de uno con el 4,3% de la otra.
Por debajo de las previsiones de la AIReF se ha situado BBVA, con un 4,1%, y por encima, además del FMI, que coincide con Funcas, Banco de España, con un 4,5%. Unas previsiones que ahora podrían revisarse a la baja.
Para no desairar al Fondo y contar con el aval de la AIReF, era fundamental esperar a que se pronunciara el INE ayer con la EPA y sobre todo hoy con el avance del PIB del primer trimestre. Estos datos los tiene Calviño embargados desde ayer. Y es que el organismo que preside Cristina Herrero no exige al Gobierno una coincidencia total en la cifra para avalarla pero sí que sitúe en una banda próxima y un 4,8% la superaba. Sin embargo, una previsión gubernamental armonizada con los datos del INE es difícil de rebatir.
La EPA no ha sido positiva pero permitía sostener un crecimiento de cerca del 1%. Así como la corrección del IPC al 8,5% en abril desde el 9,8%. La gran incógnita era cómo iba a reflejar los sinsabores del primer trimestre el INE en el PIB. Y su previsión, lastrada por la guerra en Ucrania, los elevados precios energéticos y los paros en el transporte, ha sido una tasa 1,9 puntos inferior a la registrada en el cuarto trimestre de 2021, cuando la economía repuntó 2,2 puntos. El Gobierno ha coincidido finalmente con la AIReF en un 4,3%.
El aval de la AIReF
Y es que en la AIReF se vio mal que Calviño presentara un cuadro macro inalterado el pasado septiembre con el aval de la Autoridad Fiscal sólo dos días antes de que el INE rebajara casi dos puntos el PIB del segundo trimestre al 1,1%.
En un tono triunfal, Calviño no se movió entonces de su discurso de antes del verano, estimó que la economía recuperaría el nivel prepandemia antes de final de año y mantuvo en el 6,5% su previsión de crecimiento para 2021 y en el 7% la de 2022. La vicepresidenta adelantaba así en algo más de medio año la salida de la crisis respecto al resto de instituciones.
Sorprendió entonces la mención que hizo a que en realidad esta recuperación sería en términos de "PIB diario", un indicador desconocido hasta el momento. Hoy ha destacado el buen comportamiento de otros indicadores de transformación verde y digital. Sin embargo, según Calviño, no se recuperarán los niveles de PIB previos a la pandemia hasta el primer semestre de 2023, cerca de un año y medio más tarde que la media de la UE.
Mantiene su previsión de déficit
El Gobierno ha mantenido la previsión de déficit para el año 2022 en el 5% del PIB, en línea con la tasa de referencia recogida en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado para 2022, ante "el buen comportamiento de la recaudación en 2021, impulsada por la creación de empleo y el crecimiento económico", según ha avanzado Montero. El Ejecutivo no estima impacto de la rebaja de previsiones en los Presupuestos de 2022. Montero ha planteado una estimación de alza de recaudación del 7%, que en las Cuentas es del 8,1%, y ha dicho que crecerá por debajo del PIB nominal. La presión fiscal pasará del 39,1% al 38,3% y el gasto, del 50% al 47%.
De cara a los próximos ejercicios, el Ejecutivo prevé que en 2023 el déficit público bajará al 3,9%, frente al 4% estimado anteriormente; en 2024 se situará en el 3,3%, frente al 3,2% anterior, y caerá al 2,9% en 2025, por lo que para ese año España conseguirá salir del procedimiento déficit excesivo.
IPC del entorno del 6%
En cuanto a la deuda, el Gobierno estima que se situará este año en el 115,2%, en el 112,4% en 2023, en el 110,9% en 2024 y en el 108,7% en 2025.
El Gobierno no ofrece previsiones de inflación, pero estima que el deflactor del PIB se sitúe en el 4% y el indicador que más se le parece, el del consumo privado, en el 6,1% y 2,2% en 2023. Calviño ha augurado que el IPC estará en el entorno del 2% el año que viene.
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