El Gobierno no ha cortado sus lazos con Explosivos Alaveses tras su venta a la alemana Rheinmetall, sino todo lo contrario. La adquisición de la española ha contribuido a una revalorización bursátil sin precedentes del otrora emblema de la Alemania nazi, que ha pasado a ser el destinatario de crecientes contratos del propio Estado español sobre municiones de alcance, granadas, morteros y espoletas, entre otras herramientas de proyectiles para el Ejército de Tierra, Aire y Marina.
Durante los nueve meses en que se ha prolongado el proceso de absorción, mediado por informes de Defensa y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la desde esta semana rebautizada como Rheinmetall Expal Munitions ha sumado más de 50 millones de euros solo en contratos con el Gobierno de España, por los 13,5 millones que había facturado en total en nuestro país en su ejercicio fiscal 2022. Casi tan llamativo es que, por lo general, Expal se hizo con estas adjudicaciones del ministerio de Defensa de Margarita Robles bien bajo procesos negociados sin publicidad o en licitaciones abiertas como única ofertante en un mercado al alza.
Rheinmetall triplica su valor tras la invasión rusa a Ucrania
"El potencial crecimiento fruto de las nuevas políticas activas de defensa en el entorno europeo tiene un plazo de maduración y materialización difícil de concretar, aunque las expectativas son netamente positivas", auguraba ya Expal en sus cuentas de 2022.
Envalentonada por las demandas del Bundestag ante la amenaza rusa, Rheinmetall avanzó sobre la española activando en noviembre un proceso de compra por 1.200 millones de euros: se veía capaz de duplicar las ventas de Expal -200 millones en 2022- e incluso, más que triplicarlas, tras aprovechar posibles sinergias con sus trabajadores y mercados.
De los 1.300 empleados que tiene Expal en todo el mundo, unos 800 trabajan en sus plantas en España (Burgos, Oviedo, Cáceres, Murcia y Albacete) y los demás se reparten fundamentalmente entre puntos de EEUU e Italia. Según han prometido desde Rheinmentall, la compañía no solo no recortará plantilla en nuestro país sino que la aumentará; de hecho, su objetivo es cerrar el ejercicio fiscal 2023 en torno a los 400 millones de facturación.
Según han prometido desde Rheinmentall, la compañía no solo no recortará plantilla en nuestro país sino que la aumentará; de hecho, su objetivo es cerrar el ejercicio fiscal 2023 en torno a los 400 millones de facturación, por los 200 millones del 2022. Desde el estallido de la guerra en Ucrania ante la Rusia de Putin, la capitalización de Rheinmetall ha escalado de 4.000 millones de euros más de 11.000 millones.
El mercado se ha creído las previsiones de los germanos: para muestra, el propio recorrido bursátil de la antigua fabricante de ametralladoras y antitanques del Tercer Reich que hoy tiene detrás un variado repertorio de accionistas, entre ellos, el mayor fondo de inversiones del mundo, el americano Blackrock, con un 5%.
Desde el estallido de la guerra en Ucrania ante la Rusia de Putin, la capitalización de Rheinmetall ha escalado de 4.000 millones de euros a más de 11.000 millones hasta hacerse un hueco en el selectivo alemán Dax. La compra de Expal fue recibida por los inversores con un alza de la cotización de la teutona al cabo de una semana equivalente a la compra de la española.
La operación fue igualmente satisfactoria para los anteriores propietarios de Expal, los responsables del fondo con sede en Nueva York Rhone Capital, creado por Robert Agostinelli, cercano al expresidente del Gobierno español, José María Aznar. El private equity que dirige en España el expresidente de Aena, José Manuel Vargas, había irrumpido en Expal en 2018 tras hacerse con cerca de la mitad de la matriz, Maxam, por unos 300 millones de euros. La operación con los alemanes ha allanado el camino a Rhone para sanear el balance de Maxam y avanzar en la venta total del grupo previo bonus a su cúpula directiva de once millones de euros durante el ejercicio 2022.
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