El Gobierno vigilará que la reducción del IVA en algunos alimentos beneficie "íntegramente al consumidor", lo que se traduce en que deberá reflejarse en una bajada de precios en los supermercados. Así lo recogió el Ejecutivo en el BOE del pasado 28 de diciembre, en el que, entre otras medidas, aprobó la bajada del IVA que grava productos como la leche, el queso, los huevos, la harina y las frutas o verduras. En concreto, el Ministerio de Agricultura será el encargado de comprobar que, efectivamente, los precios de los lineales bajan progresivamente desde esta semana.
La norma del Ejecutivo apunta a que esta reducción del IVA no podrá "dedicarse total o parcialmente al margen de beneficio empresarial". El organismo encargado de vigilarlo será el Observatorio de la Cadena Alimentaria, dependiente del ministerio que dirige Luis Planas, y que sustituyó al Observatorio de Precios de los Alimentos en diciembre de 2013.
En concreto, este organismo público monitoriza regularmente los precios, estudiando su estructura básica y los factores que causan su evolución (de crecimiento a disminución), como pueden ser los precios de la energía o de las materias primas. En él están representados la Administración General del Estado, las administraciones locales y autonómicas, las organizaciones agrarias y, además, las patronales sectoriales (distribución, pesca, carne, frutas o pescado) y las organizaciones de consumidores.
El seguimiento "sistemático" de los precios de este observatorio permitirá al Ejecutivo realizar un análisis detallado del impacto de la bajada del IVA en los supermercados, con el objetivo claro de que permita mitigar la inflación. Lo hará, detalla el Gobierno en el Real Decreto, "independientemente de las actuaciones que corresponda realizar a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) en el ámbito de sus competencias".
La medida de reducción del IVA fue finalmente la consensuada por PSOE y Unidas Podemos para tratar de bajar los precios de los supermercados, que han batido su registro récord en los últimos meses. De hecho, en noviembre la tasa de los alimentos y bebidas no alcohólicas se situó en el 15,3%, solo una décima inferior a la de octubre (15,4%) y prácticamente la más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994.
Las empresas pedían bajar el IVA
La bajada temporal del IVA para controlar los precios fue la propuesta que hicieron a la vicepresidenta Yolanda Díaz las propias empresas de distribución, hace casi cuatro meses, alegando que sería la forma "más efectiva" de bajar los precios de los productos.
Para cadenas como Mercadona, DIA, Eroski o El Corte Inglés, la rebaja de los tipos impositivos es "una buena noticia que contribuirá a limitar el impacto de la inflación el conjunto de la población, con un impacto directo y positivo en el bolsillo de los consumidores", aseguraban hace unos días en un comunicado conjunto las patronales Aces, Asedas, Aecoc, Fiab y Anged. E insistían: "La cadena agroalimentaria está desde hace meses está realizando un esfuerzo extraordinario para amortiguar el fuerte impacto que, sobre los costes de producción y distribución de alimentos, ha tenido la escalada de la energía y de las materias primas".
Los alimentos beneficiados por esta rebaja son limitados. De media, cuentan fuentes del sector, son unas 1.200 las referencias afectadas por el cambio del IVA en una tienda grande, con un surtido amplio. Las empresas lamentan, no obstante, "la exclusión de artículos como el pescado, la carne o los yogures de esta rebaja", siendo productos destacados en las cestas de la compra españolas.
¿Cuándo se verá reflejada esta rebaja en el PVP (precio de venta al público)? "Se verá seguro en el IPC, pero cómo vayan a evolucionar los precios depende de los costes. Hay que dar tiempo a ver el impacto", reseñan las mismas fuentes.
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