El precio de la gasolina en estos momentos ha terminado por dejar en nada la ayuda de los 20 céntimos que comenzó a darse en España el pasado 1 de abril. Por entonces, el precio estaba en 1,80 euros, pero ahora, con el litro por encima de los 2,20 euros en algunas estaciones de servicio, los españoles pagan sus repostajes más caros que antes, incluso con el alivio parcial de la ayuda.
Demostrada la ineficacia de la medida, toca mirar a los países del entorno de España. Francia o Italia han optado por una solución similar a la española, con un resultado parecido. Pero hay un país de la Unión Europea que ha tomado una vía diferente: Hungría. El gobierno de Viktor Orban fijó el precio máximo del combustible en 1,20 euros y cubre con dinero público la diferencia con los 1,77 euros que cuesta de media la gasolina allí.
Con esta medida, la recaudación de impuestos adicional que recibe el Estado por la subida de los combustibles se revierte en aliviar el bolsillo de los ciudadanos y evitar así que su poder adquisitivo se reduzca. Esta medida ha sido tan popular que el Gobierno húngaro ha necesitado imponer que únicamente aquellos que vivan en el país se puedan beneficiar del tope de precio. Desde que entró en vigor, miles de ciudadanos de países vecinos cruzaban la frontera para aprovechar los bajos precios. La Comisión Europea considera que la medida es discriminatoria y ha amenazado al Gobierno con sancionarle, pero todo parece indicar que Orban hará oídos sordos.
Esta medida sería aplicable en nuestro país. En España, el 52% de lo que pagas por un litro de gasolina se va en impuestos, mientras que en el caso del diésel, es el 48%. Esto implica que la subida de los combustibles supone de manera automática una mayor recaudación de impuestos. De hecho, el Estado recauda en estos momentos un 63,3% más de impuestos que hace un año: el 16 de junio de 2021, el litro costaba 1,36 euros y la recaudación era de 70,72 céntimos, mientras que justo un año después, el coste medio es de 2,15 euros, lo que implica una 'colecta' de 1,12 euros.
El Gobierno ingresa 41 céntimos más por litro de gasolina
El Gobierno está dando a los consumidores 15 céntimos por litro - los otros 5 los aportan las petroleras- mientras ingresa 41 céntimos más que el año pasado. Aún dando la ayuda, las arcas del Estado se llevan 26 céntimos por litro más que en junio de 2021. Si este ingreso extra lo aplicamos sobre el consumo medio de gasolina diario, que está en torno al 1,4 millones de litros, la recaudación sería, en un solo día, 375.000 euros superior.
¿Qué sucedería si el estado revertiese estos beneficios a los consumidores? Que en lugar de pagar 2,15 céntimos por litro, estaría pagando 1,55 euros, lo cual permitiría aliviar el gasto de los españoles, teniendo en cuenta los 20 céntimos que actualmente está recibiendo el usuario y que se resta de la columna de beneficios que tendría el Estado de no aplicarlo.
Esto significa que el Gobierno puede ir más allá de la ayuda de los 20 céntimos y fijar un tope máximo de la gasolina en 1,55 euros, de manera que estaría recaudando los mismos impuestos que el año pasado y al mismo tiempo permitiría que los españoles tuviesen más dinero en sus bolsillos.
Cierto es que la presión fiscal en España, pese a gravar el 50% del coste total, no es la peor de la Unión Europea ni mucho menos. Según los datos de la Comisión Europea, solo hay seis países que gravan un porcentaje menor del combustible. Tan solo Hungría, Chipre, Bulgaria, Rumanía y Eslovenia pagan menos.
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