Grifols es el gigante de la sangre en España. Este imperio sanitario familiar, que vive esta jornada en el foco mediático, es el tercer mayor productor del mundo de plasma sanguíneo y otros hematoderivados. Es por eso que a los herederos de Josep Antoni Grifols, el fundador de esta centenaria compañía, les apoden en algunas publicaciones económicas como ‘los vampiros’ del Ibex. Aunque también tiene hueco en la información política por sus relaciones con el independentismo.
La compañía fue el único gigante del Ibex 35 que no movió su sede social de Cataluña en 2017 en el envite independentista a diferencia de CaixaBank, Banco Sabadell o Naturgy. Su sede se mantuvo en el barcelonés municipio de Sant Cugat del Vallès y la compañía se convirtió en un referente para los movimientos independentistas que, por aquel entonces, pasaban factura mediática a los ‘traidores’.
Los Grifols están relacionado con el independentismo por su hechos y por sus palabras. Víctor Grífols Roura, máximo ejecutivo de la compañía familiar durante 30 años y actual Presidente de Honor, quiso animar en un evento público en 2014 al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, en plena preparación de la consulta del 9-N. “Tiri endavant, no s’arronsi” (“siga adelante, no se arrugue”) una frase que aplaudió con fuerza el propio Mas que cubría sus espaldas en aquel encuentro.
La relación era tal que se publicó que Artur Mas acabaría en una filial de Grifols si perdía las elecciones de 2015. Una información que publicó el diario Economía Digital y que la propia compañía tuvo que salir a desmentir a la CNMV ante el impacto que tuvo. "Ante las informaciones repetidamente difundidas en algunos medios de comunicación sobre el supuesto destino del Sr. Artur Mas en la filial de Grifols de Canadá en el caso de perder las próximas elecciones, la compañía comunica que dichas informaciones son absolutamente falsas y carentes de fundamento", afirmaba entonces Grifols.
Grifols mira a Irlanda y Estados Unidos
En Cataluña está su sede y el hogar de la dinastía empresarial, aunque su negocio está más lejos. Pero, desde 2015, su sede fiscal está en Irlanda. Como recoge el diario El Confidencial el propio Víctor Grifols defendía ese año en la presentación de sus resultados las ventajas operativas que les permite esta sede fiscal como “el inglés y que un trayecto en avión de Irlanda a los Ángeles es como un vuelo doméstico”.
Porque mayor parte del negocio de Grifols se encuentra ‘al otro lado del charco’ Grifols es un referente del negocio sanguíneo en España, pero el 63% de sus 6.064 millones de euros anuales que facturó en el último año completo llegaron desde Estados Unidos y Canadá.
Grifols se sitúa como una de las empresas que tienen mayor dependencia del mercado americano de todo el Ibex 35 y los cerca de 7.000 millones de valoración del mercado se deben a ser un referente de este negocio en el país donde se sitúan las grandes firmas de inversión.
La familia recurre a externos
El hijo de Josep Antoni, Víctor Grifols Lucas, fue el encargado de decidir internacionalizar el negocio sanitario de esta familia catalana. Su hijo, Víctor Grifols Roura, ha dirigido la compañía desde 1987 hasta 2017, un año en el que su cesión de poderes a su hijo y a su hermano coincide con el referéndum independentista del 1 de octubre.
La empresa está dirigida ahora por el suizo Thomas Glazmann. Un ejecutivo que es el segundo intento en menos de dos años por parte de la familia en que un externo tome las riendas de su dinastía. El informe de Gotham City avisa que el directivo suizo y toda la empresa familiar cuenta con un serio problema.
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