El del automóvil es un sector que ya venía resintiéndose en los últimos años. Sin embargo, en este 2024 la frenada está siendo cada vez "más seca". Si tenemos en cuenta los datos de España, es cierto que nuestro país sigue siendo uno de los diez mayores fabricantes automovilísticos a nivel mundial, pero también lo es que el volumen de turismos salidos de las fábricas españolas en 2023 se situó por debajo de los 2,5 millones por cuarta vez consecutiva.
Además, si nos atenemos a los datos más recientes el ralentí es más notable. En España, el mercado automovilístico cayó un 6,5% en agosto (52.322 turismos matriculados) y, al paso que van, las matriculaciones acabarán el año por debajo del listón del millón de vehículos por quinto año consecutivo. Con este panorama, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ya ha corregido a la baja su previsión de cierre de 2024 al pasar de un millón a 980.000 automóviles.
Países líderes a nivel mundial
A nivel global, en 2023 se produjeron alrededor de 93,6 millones de vehículos a motor, lo que supuso un aumento del 10% en comparación con el año anterior y una cifra que se sitúa muy cerca de los valores registrados entre 2016 y 2018.
China lideró la clasificación mundial de vehículos a motor producidos el año pasado (con aproximadamente 30,2 millones),y lo hizo con una diferencia de más de 19 millones del segundo mayor fabricante automovilístico, Estados Unidos. Japón, por su parte, completó el podio. En conjunto, estas tres naciones fueron responsables de más de la mitad de la producción global del sector, lo que no sorprende si se considera que algunas de las empresas más relevantes nacieron dentro de sus fronteras.
Por su parte, Alemania y España fueron los dos países europeos del ranking de los diez principales productores del sector de automoción mundial, con el sexto y octavo puesto, respectivamente (Francia ocupa el puesto 12).
Señales de alarma en Europa
Y es que, la industria automotriz desempeña un papel importante en la economía europea: empleó a 13,8 millones de personas, aportó el 8% del valor agregado de la industria y ostentó un superávit comercial de 117.000 millones de euros en 2023. Sin embargo, este legado está amenazado. El sector está experimentando su transformación más significativa en más de un siglo, impulsada por el énfasis en los vehículos de cero emisiones, el cambio de la demanda hacia los mercados emergentes y la integración de tecnologías digitales.
En este sentido, no es un secreto que la demanda de vehículos eléctricos (VE) no ha dejado de crecer en la última década, alcanzado un nuevo máximo en 2023. En concreto, se vendieron más de 14 millones de coches de este tipo en el planeta, con una parte importante de ellos comercializados en China. De hecho, la compañía china BYD es la líder cuando se habla de coches eléctricos, con una participación en el mercado del 21,1%, seguida por Tesla que se quedó con un 16,01%.
Si miramos datos más recientes, entre enero y julio de este 2024 se han vendido 8,4 millones de vehículos eléctricos, lo que representa un incremento del 21% en comparación con el mismo período de 2023, con China manteniéndose como el líder indiscutible en este mercado, con 5 millones de unidades vendidas hasta julio, lo que supone un aumento del 31% en comparación con los 7 primeros meses de 2023.
En este mismo período, en Norteamérica las ventas de VE también han mostrado un crecimiento sólido, aunque más moderado en comparación con el país asiático. En concreto, en Estados Unidos y Canadá se han vendido un millón de vehículos eléctricos hasta julio de 2024, un 10% más.
Por su parte, los mercados emergentes, aunque aún pequeños, están comenzando a adoptar vehículos eléctricos a un ritmo acelerado, lo que sugiere un cambio en el panorama global de la movilidad eléctrica; en concreto, sus ventas han crecido un 31% en lo que va de año, aunque todavía representan una porción más pequeña del mercado global.
En contraste, el mercado europeo, que incluye a la Unión Europea (UE), la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) y el Reino Unido, ha mostrado señales de estancamiento, con unas ventas que se han mantenido estables y sin mostrar crecimientos acumulados en los siete primeros meses de este año en comparación con el mismo período de 2023. Por países, mientras Francia y el Reino Unido han logrado aumentar sus ventas, con el mercado francés creciendo un 6% en lo que va de ejercicio, Alemania ha experimentado una caída significativa en su facturación de VE, lo que se atribuye, en gran parte, al fin de los subsidios que habían impulsado el mercado en años anteriores.
Salidas a un futuro incierto
Malos datos para Europa con un mercado global que vira hacia la movilidad ecológica con los VE y los automóviles definidos por software. En este sentido, se estima que para 2035 cerca del 70% de las ventas totales de vehículos ligeros corresponderán a automóviles eléctricos. Además, según la ‘Perspectiva de vehículos eléctricos’ 2024, publicada por la Agencia Internacional de la Energía (IEA), se prevé que casi uno de cada cinco vehículos en la UE será eléctrico para 2030, lo que conllevará una reducción de las emisiones contaminantes.
La ralentización en la adopción de los coches eléctricos, unida al auge de los baratos vehículos electrificados fabricados por firmas chinas, está presionando sobremanera a la industria automotriz del Viejo Continente. Este escenario podría complicarse aún más para Europa sino es capaz de enfrentar otros desafíos claves que van desde los altos costos de producción y la fragmentación de la cadena de suministro hasta los rápidos avances tecnológicos de los competidores globales, pasando por una posible política arancelaria de la UE a los VE chinos.
En este sentido, el reciente informe de la UE titulado "El futuro de la competitividad europea", dirigido por Mario Draghi, analiza el estado actual de la industria automotriz y describe un conjunto integral de propuestas necesarias para garantizar que la región siga manteniendo su ventaja competitiva, a través de una acción coordinada en materia de infraestructura, reforma regulatoria, costes competitivos en materia de salarios y energía, desarrollo de capacidades e innovación. Según Draghi, "es necesario un planteamiento global que abarque todas las fases" de la producción automovilística, desde la investigación y la extracción hasta los datos, la fabricación y el reciclado.
Volkswagen lanza la alarma y golpea a la élite europea
Pero, hasta que eso ocurra, la realidad es que las automovilísticas europeas están teniendo muchas dificultades para mudar su piel de combustión por una eléctrica, y los problemas ya se están haciendo notar a nivel empresarial. De momento, Volkswagen solo ha sido la primera (pero no será la última) afectada. Hace apenas diez días el grupo automotriz alemán informaba que no descartaba cerrar algunas de las fábricas en Alemania, despidiendo así forzosamente a parte de su equipo, ante la necesidad de reducir costos.
De manera similar, Stellantis comunicó en junio sus planes para clausurar las fábricas en Luton y Ellesmere Port, ubicadas en Reino Unido, debido a la inesperada lentitud de la demanda de eléctricos; la matriz de Citroën y Fiat alertó que si el gobierno británico no aplicaba estímulos a la compra de los vehículos electrificados, cerraría sus instalaciones en ambas ciudades. Por su parte,Renault paró en marzo la producción en la fábrica de Flins-sur-Seine, tras 72 años de actividad, iniciando una reconversión hacia la "economía circular"; el fin de la fabricación de vehículos de la firma en dicha fábrica coincidió con el aviso de fallos en la fabricación de los modelos eléctricos Zoé y Megane IV.
Por otro lado, el fabricante sueco VOLVO ha renunciado a su plan de vender el 100% de sus vehículos electrificados para 2030. Ahora, la empresa espera que los eléctricos e híbridos supongan un 90%-100% del total de sus ventas para finales de la década.
Esta misma semana también llegaban malas noticias al sector con BMW, al reconocer que tendrán que llamar a revisión 1,5 millones de vehículos en su sistema de frenado, lo que ha propiciado una revisión a la baja de sus perspectivas para 2024. ¿El reflejo en bolsa? Caídas de doble dígito para el valor, que afectaron negativamente a todo el sector automotriz europeo.
A todo ello hay que añadir otro gran problema para los fabricantes en forma de multas millonarias si no cumplen con los objetivos climáticos de la UE. En concreto, la industria podría enfrentarse a sanciones de hasta 15.000 millones de euros si no se aceleran las ventas de los VE fijadas por Europa: para 2025 estas firmas deberían reducir las emisiones de sus vehículos de 116 a 94 gramos/km.
¿Es momento de vender en bolsa?
Por su parte, las casas de análisis ya han reaccionado también. La última ha sido Berenberg, que espera que el sector automovilístico europeo se mantenga volátil en medio de la desaceleración del impulso de los VE, las tensiones comerciales con China y las incertidumbres regulatorias. El bróker reduce su perspectiva de beneficio operativo automotriz OEM 2024-26 en aproximadamente un 10% en promedio. Además, señala que aunque los aranceles de la UE a las importaciones chinas ofrecen un "alivio temporal", son "demasiado bajos para tener un impacto significativo en la evolución de la cuota de mercado de los vehículos eléctricos europeos a largo plazo".
¿Esto quiere decir que los inversores deban de olvidarse del sector? Pues a juzgar por lo que podemos ver en el consenso de Reuters, no parece que los analistas piensen eso:
De los 8 principales valores del sector europeo, 6 cuentan con recomendación de compra y, de ellos, 5 tienen además un potencial de doble dígito a medio plazo: Stellantis (48,8%), Renault (48,2%), Mercedes (42,7%), Volkswagen (42,1%) y Volvo (21,6%).
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