Economía

La guerra hipotecaria se recrudece con 'robos' de clientes y precios más bajos

Otoño será una estación clave para la banca, en la que esperan engordar sus carteras de créditos para mejorar los ingresos por comisiones ante el descalabro del negocio tras la crisis 

Vienen mal dadas para la banca y el sector ya se ha puesto en guardia para poder hacer crecer los ingresos por comisiones una vez la pandemia se estabilice. A la clásica guerra de precios en la hipotecas se ha sumado recientemente una nueva artimaña que están empezando a utilizar las entidades españolas, pero que las extranjeras llevan haciendo mucho tiempo en nuestro país: el 'robo' de clientes de buen perfil.

Este 'hurto' se basa en asumir los préstamos hipotecarios de los clientes de otras entidades a cambio de una mejora de las condiciones. La forma más común es la subrogación, que es una operación que permite trasladar una hipoteca a otra entidad para modificar su interés o su plazo.

El número de bancos que ofrecen esta opción se ha multiplicado desde el pasado mes de mayo: Bankia, ING, MyInvestor, Deutsche Bank y Caja de Ingenieros son algunos de ellos, tal y como expone Helpmycash.

Otras entidades van más allá, como Banco Santander y OpenBank. Las firmas de Ana Botin ofrecen a los clientes contratar un nuevo préstamo con una mejora de condiciones para cancelar el que tenían firmado previamente. 

Esta operación suele salir más cara que la subrogación, pues hay que hacer frente a los gastos de cancelación correspondientes, pero conviene hacer cuentas porque en ocasiones puede ser más interesante a largo plazo, explican desde el mismo comparador. 

Caída del euríbor 

Cabe destacar que la venta de hipotecas en España se contrajo un 25%, aunque en junio hubo una ligera recuperación. Es por eso que ahora se centra más la guerra en la captación de hipotecas en curso que en nuevos clientes. 

Otro elemento a tener en cuenta en esta nueva batalla es el euríbor a 12 meses, que ha vuelto a tocar mínimos, por lo que los márgenes en nuevas operaciones se acortan aun más y los créditos vivos a interés variable también pierden rendimiento. Este indicador se sitúa en el -0,352%, similar al alcanzado en el verano pasado a raíz de la mala perspectiva económica.

Todo parece indicar que los tipos de interés seguirán en negativo al menos hasta el 2023, o eso es lo que se desprende de las palabras de los máximos dirigentes del Banco Central Europeo, que ante la llegada de la pandemia han tenido que atrasar cualquier subida hasta que la economía europea se recupere de esta emergencia sanitaria.

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