La Junta General de Accionistas de Indra se convocó con el objetivo de cerrar la crisis de gobernanza que se abrió el pasado verano, cuando la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales y algunos accionistas destituyeron, por sorpresa, a varios consejeros, a los que acusaron de poner palos en la rueda a los directivos del grupo.
La realidad ha discurrido por un camino distinto al concebido inicialmente y la paz está muy lejos de cerrarse en la compañía tecnológica y de defensa. Tal es así que el presidente, Marc Murtra, y el consejero delegado, Ignacio Mataix, llegarán a la asamblea de socios muy cuestionados, tal y como explican a este periódico fuentes del Consejo.
La génesis de este conflicto se encuentra en el momento en el que Moncloa decidió destituir como presidente a Fernando Abril-Martorell para designar a Murtra, hombre de confianza del entorno del PSC.
Entonces, las presiones de los consejeros ‘rebeldes’ –los contrarios al cambio de ‘capitán’- provocaron que Murtra fuera designado como ‘presidente no ejecutivo’, en un intento de mantener el equilibrio de poderes en la compañía y de no dejar sin voz a los accionistas minoritarios en el Consejo.
Dentro de Moncloa, se produjeron movimientos para que el cese de los cinco vocales estuviera seguido por la concesión de poder ejecutivo a Murtra, pero la polémica que provocó ese movimiento –que inquietó incluso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores-, unida a las dudas que genera entre algunos accionista la capacidad del presidente para liderar la compañía hicieron que SEPI abortara ese plan.
Desde fondos de inversión como Amber Capital han trasladado a otros accionistas su malestar por la fuga de talento de la compañía. No entienden que se prescindiera de la figura de Abril-Martorell, como tampoco que no se designara a un directivo de un perfil más alto cuando la anterior consejera delegada –en Indra hay dos-, Cristina Ruiz, presentó su dimisión por razones personales.
Cisma en la directiva
Dentro del órgano de gobierno de Indra, se asume desde hace un tiempo que no existe una buena sintonía entre Murtra y el otro consejero delegado del grupo, Ignacio Mataix, que asumió su función en 2021 después de ejercer como consejero ejecutivo y director general de Tecnología y Desarrollo.
Los fondos de inversión saben que Murtra ha buscado apoyos durante las últimas semanas para promover la sustitución de Mataix, pero, en conversaciones privadas, han manifestado que, en caso de que el consejero delegado sea 'fulminado', lo lógico es que Murtra también dimita de sus funciones.
A juicio de algunos accionistas minoritarios, durante la etapa en la que Murtra ha encabezado la compañía no se ha definido un plan estratégico consistente, lo que ha provocado que su acción no haya remontado en bolsa pese al momento decisivo que vive la industria de defensa, con las tensiones militares internacionales como telón de fondo.
Sea como sea, todo lo que suceda en en la Junta de Indra del próximo día 28 de octubre será observado con lupa. En principio, el orden del día recoge el nombramiento de cinco nuevos consejeros ( Virginia Arce, Olga San Jacinto, Felipe Fernández, Coloma Armero, Axel Arendt y Belén Amatriain), que se unirán en este órgano a otros vocales tan cercanos al PSOE como Miguel Sebastián, que representa los intereses de la SEPI.
La duda es si algún accionista -como ocurrió en junio- solicitará a última hora la introducción en la reunión de un punto adicional en el orden del día que pueda provocar más cambios en la gobernanza del grupo. Las aguas bajan revueltas, según reconoce un accionista.
Las maniobras de Moncloa
La duda que se plantea dentro del grupo es si las maniobras de Moncloa para moldear su Consejo han mejorado su dinámica o si, por el contrario, la han empeorado.
Desde luego, los movimientos han provocado una fuerte polémica. Hay que tener en cuenta que son varias ocasiones las que la oposición parlamentaria ha elevado la voz durante esta legislatura y la anterior por las maniobras del Ejecutivo para controlar las empresas de la SEPI (Correos, RTVE, Paradores...) y otras instituciones, así como para ganar influencia en empresas cotizadas como Prisa o la propia Indra. Esta última ha hecho saltar las alarmas en estamentos como la CNMV, cuyo presidente ha dudado públicamente de la estrategia del Ejecutivo sobre esta sociedad.
A este respecto, cabe recordar que Moncloa designó hace unas semanas como vocal del supervisor de los mercados a Mariano Bacigalupo, marido de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
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