Una actualización del plan presupuestario con medidas fiscales para dejar el déficit en el 3,1% y hacer un ajuste estructural del 0,5% del PIB. Esto es lo que ha prometido el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, al Parlamento Europeo para evitar la congelación de fondos estructurales que se están planteando las autoridades comunitarias por el desvío del déficit en el año 2015.
Tal y como ha dicho el ministro, la suspensión de los fondos estructurales se debe levantar si el país afectado demuestra que está tomando medidas eficaces contra el déficit. "Y ése es el caso de España", ha dicho Guindos, tras asegurar que una "buena prueba" de esto es que el Gobierno ha puesto en marcha iniciativas por valor de 10.000 millones de euros aún estando en funciones.
Entre estas medidas, el ministro ha citado la recuperación de los mínimos obligatorios en el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, el cierre del grifo del gasto en el mes de julio y la intensificación de la lucha contra el fraude para mejorar los ingresos. Todas estas medidas garantizarán que el déficit se quedará en el 4,6% fijado por Bruselas a final de año, o incluso por debajo.
Guindos: "La congelación de fondos no sería una humillación, pero sí afectaría al ánimo y la moral de los españoles"
Y la acción seguirá en 2017 con un Presupuesto con medidas fiscales para dejar el saldo en el 3,1%. "España es el ejemplo más claro de que se puede volver a crecer gracias a las reformas", ha dicho el ministro, tras asegurar que la congelación de los fondos sería "incoherente y contraproducente" en estos momentos y lanzaría una señal "contradictoria" en Europa.
La suspensión de los fondos, unos 1.200 millones de euros, afectaría a sectores muy variados de la economía, a muchos proyectos cofinanciados por el Estado y las CC.AA. y supondría un "estigma innecesario" con efectos económicos perversos sobre España. Además, generaría un efecto "desmoralizador" sobre un país que ha hecho esfuerzos muy importantes contra la crisis. "No diría que sería una humillación, pero sí afectaría al ánimo y la moral de la población española", ha dicho.
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