La afiliación continúa siendo una de las asignaturas pendientes de los partidos políticos y de los sindicatos. Aunque en los últimos años se ha registrado un leve goteo al alza propiciado por la inflación de elecciones así como por la irrupción de la izquierda en La Moncloa y por el interés del PSOE en restaurar la figura de las centrales sindicales de clase, España es uno de los países de la UE en que menos adeptos consiguen estas organizaciones y sobre todo que paguen sus cuotas. Según los datos de la Agencia Tributaria, obtenidos de las deducciones fiscales a que tienen derechos las personas que abonan sus cuotas, los partidos sólo tienen 248.852 afiliados -una quinta parte de los afiliados de los que presumen- mientras que el conjunto de las centrales sindicales alcanzan 1.900.364.
En términos relativos, estas cifras de la declaración de la renta realizada en 2020 (corresponde al ejercicio fiscal de 2019, últimos datos publicados) sólo representan el 1,2% y el 9% respectivamente de los contribuyentes por IRPF. Se trata de un porcentaje similar respecto a los ciudadanos con derecho a voto y a la población activa laboral. Un año antes ese porcentaje era del 1,3% en el caso de los partidos y llegaba al 9,2% en las centrales. El importe declarado que Hacienda constata por estas cuotas es de casi 5,2 millones de euros en el caso de los partidos mientras que los sindicatos en su conjunto alcanzaron los 267 millones.
En ambas situaciones, la recaudación, que no tributa como ingresos en el balance de estas organizaciones, es claramente insuficiente para sobrevivir, sobre todo en los partidos. Por ejemplo, sólo el PSOE preveía en sus presupuestos de aquel año unos ingresos por afiliación de 7,5 millones con unos ingresos totales por todos los conceptos de 55 millones mientras que el PP estimaba tres millones de caja por cuotas de afiliados dentro de un presupuesto de ingresos totales de casi 38 millones. Lo que es evidente es que dependen de las subvenciones públicas y de las donaciones, a veces con poca transparencia.
Información distinta a la de los partidos y sindicatos
Estas cifras no tienen nada que ver con las informaciones aportadas por los partidos y las centrales ya que suelen mezclar afiliados en alta y baja, militantes e incluso simpatizantes para engordar la estadística. Lo que nunca aclaran es el número real de afiliados que efectivamente pagan sus cuotas. Es evidente que los datos de Hacienda tienen más viso de reflejar la realidad, ya que no se entendería que haya afiliados a estas organizaciones que decidan no optar a la desgravación fiscal a que tienen derecho. Por ejemplo, el PSOE dice tener más de 200.000 militantes que contribuyen a su economía; el PP facilita más de 850.000 afiliados entre militantes y simpatizantes, incluidas las Nuevas Generaciones; Podemos señala disponer de 40.0000 contribuyentes, que aportan una donación contributiva, de los 500.000 afiliados de que dispone; Vox menciona tener unos 60.000 afiliados; y Ciudadanos identifica unos 6.000 contribuyentes de 25.000 afiliados.
Todas las cifras están muy lejos de los datos de que dispone Hacienda y muy lejos también de la estadística que facilitaban las propias organizaciones antes de la gran crisis iniciada en 2007
Por su parte, UGT reconoce disponer de más de 950.000 afiliados mientras que CCOO alcanza los 935.000, el CSIF (sindicato de funcionarios) unos 200.000, y USO más de 120.000. Falta por computar el resto de partidos y de organizaciones sindicales. Todas las cifras están muy lejos de los datos de que dispone Hacienda y muy lejos también de la estadística que facilitaban las propias organizaciones antes de la gran crisis iniciada en 2007. Por ejemplo, sólo entre los dos sindicatos de clase superaban los 2,5 millones. Lo que es evidente es que tanto los partidos como las centrales siguen atravesando una profunda crisis de confianza, incluso de sus simpatizantes y seguidores, en parte porque España es uno de los países con menos tradición de afiliación y también por la alta temporalidad e inestabilidad del empleo.
Más militantes, menos sindicados
Según los datos de Hacienda, cada uno de los 249.000 afiliados a los partidos (unos 4.000 más que en el año anterior) aportó en ese ejercicio una media de poco más de 21 euros anuales frente a los 19 euros del ejercicio precedente (la cuota media de 2016 llegó a 22 euros con 173.000 contribuyentes). Las aportaciones no se deducen ahora de la Base Imposible ya que la reforma del IRPF de 2015 modificó la estructura anterior que beneficiaba a las rentas altas (en 2011 alcanzó los 16 millones de euros) ya que los afiliados podían desgravar de sus impuestos hasta el límite establecido de 600 euros favoreciendo a quienes tenían tipos marginales máximos. Desde ese año, la deducción es del 20% de las cantidades aportadas con ese límite de hasta 600 euros y se practica sobre la cuota resultante (a título de donativo). Es decir, la deducción máxima neta es de 120 euros
La información de Hacienda desmiente que los sueldos más bajos sean los que más nivel de afiliación acaparen
En cuanto a los sindicatos, la media de cada una de las aportaciones declaradas fue de 141 euros frente a los 136 del año anterior, pero el número de afiliados bajó en unos 2.500 respecto al año anterior. Las cuotas se consideran un gasto deducible de los rendimientos del trabajo, es decir, bajan la base imponible (la reducción real va del 20% al 35% de las cantidades aportadas). En todo caso, la información de Hacienda desmiente que los sueldos más bajos sean los que más nivel de afiliación acaparen.
Por ejemplo, el 43% de los afiliados (más de 800.000) tiene unas rentas imputadas superiores a 30.000 euros anuales (sólo los que se encuentran en el tramo de ingresos entre 30.000 y 60.000 euros representan el 37% de los afiliados totales). Además, hay otros casi 500.000 (25% del total) que declaran rentas entre 21.000 y 30.000 euros mientras que otros 400.000 (21%) se encuentran en el tramo de entre 12.000 y 21.000 euros de ingresos. Por tanto, sólo 213.000 afiliados a los sindicatos (11% del total) tienen ingresos inferiores a 12.000 euros. En cuanto a los importes, las rentas inferiores a 12.000 euros sólo aportan el 9% de todas las cuotas satisfechas a las organizaciones sindicales (con una media de 100 euros por persona) mientras que los que ganan más de 30.000 euros contribuyen con el 47% de las cantidades que recaudan. Por su parte, los que se encuentran entre 12.000 y 30.000 euros abonan el 44% de las cuotas.
Las cuotas se mantienen
Aunque tienen poca incidencia en sus presupuestos, las cuotas de afiliación a los partidos y los sindicatos apenas se han movido en los últimos años. Incluso, se han tenido que adaptar a las convulsiones del mercado laboral y de la situación económica. El PSOE tiene una cuota mínima de 36 euros al año (se realizan mediante el abono de seis euros durante seis meses posiblemente para evitar bajas) mientras que los estudiantes, desempleados y jubilados pagan media cuota. La tarifa del PP es de 20 euros al año; la de Podemos se basa en un sistema de donaciones al proyecto que no se especifica; la de IU es de 60 euros al año (cinco euros mensuales) y existe una cuota reducida de tres euros mensuales para estudiantes, amas de casa, parados y pensionistas; la de Vox es de 108 euros al año (nueve euros mensuales); y la de Ciudadanos alcanza los 120 euros (10 euros al mes) y la mitad para los jóvenes, parados y jubilados.
En cuanto a las cuotas de los sindicatos, los afiliados a CCOO las abonan según sus ingresos: 13,50 euros al mes (162 euros al año) para los que tienen ingresos superiores a 24.000 euros; 12,10 euros al mes (145,20 euros anuales) para los que ganen entre 14.000 y 24.000 euros; 7,15 euros mensuales para los que ganen entre 7.000 y 14.00 euros; y tres euros para los que tengan ingresos inferiores a 7.000 euros. Los pensionistas pagan entre tres y 10,05 euros al mes según su prestación, y existe una cuota de militante voluntaria de 16,90 euros al mes (unos 203 euros al año). Por su parte, UGT tiene una cuota ordinaria de 13 euros al mes (156 euros al año) así como una reducida de 9,10 euros para afiliados con ingresos de trabajo o desempleo igual o inferior a 1,5 veces el salario mínimo. CSIF cuenta con una cuota de 10,50 euros al mes que se reduce a la mitad si el afiliado es demandante de primero empleo o jubilado.
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