Hasta seis puntos menos de tributación. De pagar una media de un 24,08%, rozando el tipo nominal en España, a un 18,42%. Y de sostener que unas pocas, 23 grupos, pagan sólo un 2,5%, a que sea en realidad un tipo medio del 7,5% el de las que pagan menos. Es el resultado de la cocina de los datos que están obligadas las empresas a proporcionar a la Agencia Tributaria desde 2017 en el llamado Informe País por País o Country by Country Report. Gracias a una cuidada estratagema, Hacienda puede sostener el mantra de que las multinacionales pagan muy pocos impuestos, un relato que inició paradójicamente Cristóbal Montoro y que María Jesús Montero ha asumido con entusiasmo.
Esta cocina consiste en la muy laboriosa elaboración de un dato que las empresas no dan ni el Informe pide, el beneficio agregado, a partir de los datos de cada filial en cada país, en el que Hacienda no descuenta las pérdidas, lo que le permite elevar el resultado antes de impuestos en más de 20.000 millones, y así rebajar el tipo efectivo.
Es decir, si una empresa tiene tres filiales en Italia y dos de ellas ganan 1.000 cada una y la tercera pierde 1.000, las empresas comunican un resultado de 1.000, descuentan las pérdidas, pero Hacienda cuenta 2.000. O dicho de otra forma, si un ciudadano tiene hipotecas, para el Fisco esto no cuenta, contabilizaría su patrimonio como si no existieran. Este planteamiento, fuera de la lógica, es llamativo en el terreno tributario, cuando en el Impuesto sobre Sociedades los grupos contribuyen restando pérdidas, y llevaría a que dos grupos con 100 millones de beneficios cada uno y uno de ellos con pérdidas tuvieran que tributar los mismo.
Esta cocina de la AEAT no es nueva, ya la realiza para sus estadísticas propias sobre tipos efectivos en el Impuesto sobre Sociedades, pero sorprende que la utilice en un informe que elabora para adaptarse a esta declaración que promueve la OCDE haciendo uso de un concepto que no pide, que no regula la Orden Ministerial por la que se aprobó el Modelo 231 y que las empresas no dan en otros ámbitos. Traslada así su propia metodología al País por País de manera forzada, según trasladan fuentes empresariales a Vozpópuli. Su elaboración a partir de las 14.753 filiales de los 124 grupos que declaran el Modelo se presume ardua.
Y es que esta obligación a cumplir con la OCDE ponía en peligro el mantra de la baja tributación, ya que recoge lo que pagan las empresas en Sociedades a nivel mundial, mientras que en las estadísticas que elabora la AEAT sólo incluyen la contribución en España, con lo que obtiene unos tipos más bajos. Así lo hace tanto en la que obtiene unos porcentajes lo más reducidos posibles, sobre resultado contable bruto, en la que realiza la misma operación que con el País por País: ignora los resultados negativos pero sí incluye las rentas obtenidas en el exterior y susceptibles de haber tributado en otros países. Tampoco contiene lo pagado en el exterior la estadística sobre base imponible que sí descuenta las pérdidas y como tal sale más elevada.
Hacienda, claro está, elige en España destacar la del resultado contable, la más baja. De la misma forma hace con el País por País: en la nota que ha difundido se fija en el tipo efectivo pagado, que combina los pagos fraccionados de un ejercicio y la cuota diferencial del anterior, en lugar del tipo efectivo devengado, formado por la suma de los pagos fraccionados y la cuota diferencial del mismo año fiscal. El pagado sale más bajo, del 16,68% de media, frente al 18,42% del devengado. El 16,68% que resalta en sus comunicados sería en realidad un 21,8% si se descontaran las pérdidas.
A la 'vanguardia' de la OCDE y la UE
Un cambio de metodología como sería descontar las pérdidas elevaría el tipo de los 12 grupos que pagan entre un 10% y un 15% del 14,87% al 32%, por ejemplo, aunque los 15 grupos que pagan entre un 5% y un 10%, con un 7,71% de media, bajarían a un tipo del 6,8% dada la heterogeneidad de situaciones y lo reducido del número de grupos en cada horquilla. Eso sí, rebajaría el número de grupos con un tipo inferior al 15%, otro mantra para Hacienda, ahora 58 de 124.
España aplica desde enero un tipo mínimo del 15% sobre base imponible para empresas españolas, adelantándose así al proyecto de tasa global a multinacionales que impulsa la OCDE y que ahora parece ralentizarse por la guerra de Ucrania. La Comisión Europea pretende adaptar el proyecto a los Estados miembros, pero la oposición de Polonia lo ha paralizado de momento. Las estadísticas que buscan obtener tipos bajos permiten a Hacienda argumentar que esta medida tiene efecto, cuando la que promueve la OCDE se aplicaría sobre resultado contable, es decir, sería más estricta. España lo aplica a grupos consolidados y empresas con más de 20 millones de facturación. La OCDE, a empresas de más de 750 millones.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación