El Gobierno decidió en abril apostar por la subvención a la gasolina y no por un recorte de los impuestos para afrontar el alza de los carburantes. No estaba dispuesto entonces a que el Ministerio de Hacienda perdiera una de sus principales vías de ingresos en plena crisis. Y le ha funcionado su decisión. Entre mayo y junio, los dos primeros meses de vigencia de la subvención, el Estado ha recaudado 1.900 millones de euros sólo con el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH).
Una cifra que supone un incremento del 10% frente a lo que recaudó este impuesto especial en el mismo período de 2021. Una tasa que grava que se recauda principalmente en la factura de la gasolina, el gasóleo y el gas natural. Tres productos que han disparado su precio durante la crisis de Ucrania y donde el Gobierno no ha querido reducir su carga impositiva, a diferencia de su decisión en verano de 2021 de reducir del 5 al 0,5% el impuesto especial sobre la electricidad.
Según los últimos datos de recaudación del mes de junio que publicó la Agencia Tributaria, la recaudación con el Impuesto Especial de Hidrocarburos se elevó hasta los 950 millones de euros en junio, un 3% más que hace un año, mientras que en mayo se situó en 944 millones, un 17,3% más. Sólo en el primer semestre de 2022 se ha incrementado un 13% las ganancias de Hacienda por esta tasa. Un total de 6.104 millones de euros frente a los 5.399 millones del primer semestre de 2021.
Hacienda ya lo ha compensado
Esta recaudación ya cubre el coste de subvencionar el carburante que ha estimado el Gobierno durante estos meses. En un primer lugar, Hacienda anunció que se elevarían hasta los 1.423 millones de euros la factura que tendría que pagar el Estado por su ayuda de 20 céntimos por litro de carburante durante los meses de mayo, junio y julio.
Tras su anuncio de ampliarlo hasta finales de año, desde el Ejecutivo se cifró el aumento de esta factura en 4.038 millones de euros. En total, según sus previsiones, el coste de la subvención es de 5.461 millones de euros, cuando en la primera mitad ya ha recaudado 6.104 millones sólo con este impuesto especial.
"Restricciones de movilidad en 2021"
La Agencia Tributaria afirma en sus informes de recaudación que este incremento se debe a que en 2021 había restricciones a la movilidad y a que en marzo y abril impactó el paro del transporte, pero el alza se viene produciendo a pesar de que es un impuesto que grava los litros consumidos y en el que impacta la contracción de la demanda por el alza de precios, a diferencia del IVA: "El dato de mayo de 2022 fue ya cercano al de 2019, aunque hay que tener presente que los precios ahora son muy superiores a los de entonces, lo que limita la capacidad de crecimiento de estos ingresos", explica el organismo en su informe de mayo.
“El crecimiento en junio ha sido más bajo de lo esperado (3,1%, 13,1% acumulado), aumento incluso inferior a la tasa registrada en abril afectada por la huelga de transportistas (los ingresos quedan por debajo incluso de los de junio de 2019). Una razón pueden ser los precios, pero estos ya estaban en niveles muy altos en los meses anteriores. Adicionalmente, podría haber razones de calendario al caer la fiesta de comienzos de mayo en fin de semana, pero también es cierto que hubo un día laborable más este año”, afirma en su última publicación de junio.
Otras alternativas
El IVA, por su parte, que es el otro impuesto que grava a los carburantes, crece en total un 22,1% hasta junio. Por la naturaleza del impuesto, ad valorem, es decir, que se aplica sobre el valor del bien, si sube el precio, aunque baje el tipo, la recaudación se mantiene. Es el motivo de que la subida del precio ya se ha comido la rebaja del IVA de la luz que lleva casi un año en vigor y lo hará con la que acaba de entrar en vigor si la excepción ibérica no funciona.
Los conductores españoles han podido disfrutar en sus desplazamientos de verano de los descuentos estatales de 20 céntimos por litro y en los próximos informes de la Agencia Tributaria se reflejará el resultado de esta campaña. Una medida que irá ofreciendo sus cifras hasta, de momento, el 31 de diciembre.
La entrada en vigor de esta medida produjo en abril aglomeraciones, problemas informáticos y cierre de estaciones, un caos que se habría evitado si en lugar de esta bonificación se hubieran rebajado los impuestos, según trasladaban las empresas y expertos a los que ha consultado Vozpópuli.
A esto se suma que el método elegido, que ahoga a las gasolineras pequeñas con los anticipos, supone además una llamada a recurrir a prácticas fraudulentas, dos extremos que tampoco se contemplarían con una bajada del IVA y del Impuesto de Hidrocarburos. Claro está que el impacto publicitario que tiene la medida como subrayado de que corre a cargo del Estado también quedaría diluido con una reducción de impuestos.
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