Una diferencia de más de 16 puntos de tributación. Es la que separa el dato que ofrece la estadística de los impuestos que pagan las empresas que maquilla Hacienda para acusar a las multinacionales de contribuir poco del cálculo ortodoxo. Se trata de la Estadística de Cuentas Anuales Consolidadas del Impuesto sobre Sociedades que elabora la Agencia Tributaria (AEAT) desde 2018, cuya última edición, referente a 2020, ha publicado este jueves, y que por cómo se elabora, deja especialmente mal a la banca, para la que el Gobierno de Pedro Sánchez prepara un nuevo impuesto.
La Estadística concluye que los grupos bancarios, un total de 36, tienen un tipo efectivo del 3,5%, cuando el cálculo ortodoxo obtiene un tipo del 19,98%. En el caso de las energéticas, para las que el Gobierno también prepara impuesto, están adscritas a la categoría Industria (incluye Energía) y Agricultura, que reúne a 1.452 grupos, con un tipo medio efectivo del 4,31%. El total de grupos, 6.221, tributan de media a un 5,07%.
Esta cocina se basa en un parámetro de medición que se inventó la AEAT en 2018, el beneficio agregado, por el que no descuenta las pérdidas de las sociedades en el grupo en el cálculo, lo que le permite elevar el resultado en 8.410 millones y así rebajar el tipo efectivo.
Denomina a este tipo sobre beneficio, en oposición al ortodoxo, que se calcula sobre base imponible, que arroja una tributación de la banca del 19,98%. Por su parte, las categoría en la que engloba a las energéticas, sube aquí su tipo al 18,72%, y el total de grupos, al 19,67%.
Gracias a una cuidada estratagema, Hacienda puede sostener el mantra de que las multinacionales, y muy especialmente, la banca, pagan muy pocos impuestos, un relato que inició paradójicamente Cristóbal Montoro y que María Jesús Montero ha asumido con entusiasmo.
Cuarto indicador que idea
Este tipo sobre beneficio agregado es el cuarto indicador sobre lo que pagan las multinacionales que pergeña la AEAT. De hecho, el que solía ofrecer con el fin de que muestre una tributación baja, sobre resultado contable, no lo proporciona en esta estadística, ya que sale más alto que el nuevo que ha ideado, sobre beneficio agregado. El resultado contable son los ingresos menos gastos, en los que no incluye lo tributado fuera ni las bases negativas.
Este tipo sobre beneficio agregado también lo ha importado la AEAT a una estadística que facilita sobre la obligación de las multinacionales de declarar País por País o country by country report que promueve la OCDE, que le lleva a una muy laboriosa elaboración de un dato que las empresas no dan ni el Informe pide, de nuevo el beneficio agregado, a partir de los datos de cada filial en cada país, en el que Hacienda no descuenta las pérdidas.
Ha trasladado así su propia metodología al País por País de manera forzada, según trasladan fuentes empresariales a Vozpópuli. Y es que esta obligación a cumplir con la OCDE ponía en peligro el mantra de la baja tributación, ya que recoge lo que pagan las empresas en Sociedades a nivel mundial, mientras que en las estadísticas que elabora la AEAT, como la de Cuentas Consolidadas, sólo incluyen la contribución en España, con lo que obtiene unos tipos más bajos.
Impuestazo a banca y energéticas
Estas estadísticas vienen construyendo el relato y preparando el terreno para las subidas a multinacionales españolas, ahora focalizadas por sectores, en los impuestos a banca y energéticas anunciados este verano y que tramita el Congreso.
El impuesto a las energéticas gravará un 1,2% el importe neto de la cifra de negocios de 2022 y 2023, y el de la banca, la diferencia entre las comisiones e intereses netos cobrados y pagados de los mismos ejercicios. El primero, prevé recaudar 2.000 millones de euros al año.
En el caso de las energéticas, afectará a las que tuvieran una cifra de negocio de más de 1.000 millones en 2019, la gran mayoría, grupos consolidados españoles y extranjeros, a los que sólo se gravará cuando tengan más de un 50% de actividad energética y por su actividad en España y en operaciones con terceros.
A la banca se le incluye con los mismos criterios si su diferencia bruta entre comisiones e intereses pagados y cobrados supera los 800 millones. Se gravará un 4,8% la misma diferencia, neta, para recaudar 1.500 millones al año. Es decir, un total de 7.000 millones entre 2023 y 2024.
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