Economía

Hacienda prevé adelantar un año el pago del impuesto a los ricos y anticipa un alud de pleitos

Con este adelanto, deberá empezar a pagarse el próximo abril, con la Campaña de la Renta y Patrimonio, y no en 2024 como había anunciado el Fisco, que quiere ingresar los 1.500 millones que prevé ya en 2023

El Gobierno prevé acelerar el pago del impuesto a las grandes fortunas un año y que tenga que declararse ya el próximo abril. Así se desprende del Plan Presupuestario que ha remitido a Bruselas este sábado y así lo ha sugerido el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón. Un anticipación que también asume la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Esta decisión de Hacienda de recaudar ya el impuesto en 2023 anticipa un auténtico aluvión de pleitos por retroactividad, que se sumarían a los que ya prevén plantear la Comunidad de Madrid, Andalucía y otras regiones, entre otros.

El escenario 2 que plantea el Plan Presupuestario de prórroga de ayudas y aprobación de nuevas medidas, el más probable, incluye en los ingresos de 2023 los 1.500 millones de euros que Hacienda estima que va a recaudar el impuesto a grandes fortunas. Lo que el Ministerio ha anunciado hasta la fecha es que el impuesto se aplicará en 2023 sobre el patrimonio de los contribuyentes a 31 de diciembre de 2023, como el Impuesto de Patrimonio, y que se declarará desde abril de 2024 junto a Patrimonio en la Campaña de la Renta.

Si el Estado cuenta con ingresarlo ya en 2023, el pago se adelantará a la Campaña de la Renta y Patrimonio de 2022, que se celebrará la próxima primavera. El impuesto está por lo tanto en ambos casos vigente en 2023, pero se anticipa un año su devengo.

Este anticipo no supone además ni un euro de perdida de la recaudación potencial: los 1.500 millones que provienen de la Comunidad de Madrid y Andalucía no sufrirán merma, ya que el anuncio de Andalucía de supresión de Patrimonio tiene efecto desde 2022.

Todo esto se dirimirá en noviembre, según ha trasladado el secretario de Estado de Hacienda en su comparecencia de Presupuestos en el Congreso, una vez que la semana que viene se celebre el debate sobre la enmienda de sustitución que ha registrado Ciudadanos a la proposición de ley que crea los impuestos a banca y energéticas.

Y es que el Fisco ha decidido finalmente introducir el impuesto a grandes fortunas como una enmienda en esta proposición, junto con la subida del Impuesto sobre Sociedades a grupos consolidados. Esta posibilidad no gustaba en los ámbitos más técnicos del Ministerio de Hacienda, ya que consideraban que debería tramitarse como proyecto de ley, lo que sería más garantista al contar con informe del Consejo de Estado y otros organismos.

¿Es necesario que el impuesto esté aprobado antes de 31 de diciembre para que pueda estar en vigor en 2023? La postura más ortodoxa dice que sí, pero hay casos de subidas en el año en curso de impuestos periódicos como el de la Renta, además de Sociedades. Es decir, que si el impuesto va a estar en vigor en 2023 pero con devengo el 31 de diciembre de 2023 se podría aprobar un proyecto de ley que lo desarrollara en 2023.

Sin embargo, si el devengo va a ser el 31 de diciembre de 2022 sí debería estar aprobado antes y eso sólo lo permite que se introduzca como enmienda en la proposición de ley de banca y energéticas.

Sobre la recaudación del impuesto, los 1.500 millones que se prevé ingresar de Madrid y Andalucía, Gascón ha admitido que es "potencial", lo que ha subrayado, dado que depende de que estas dos comunidades no hagan nada. Si decidieran activar el Impuesto de Patrimonio, el impuesto no recaudaría nada.

La Comunidad de Madrid y Andalucía estudian neutralizar el impuesto a grandes fortunas haciéndolo deducible en el IRPF autonómico, como avanzó Vozpópuli. Es decir, entre las fórmulas encima de la mesa está reactivar el Impuesto de Patrimonio para que no lo cobre el Estado, con lo que no habría recaudación alguna para éste, y luego hacerlo deducible con el fin de retener a estos contribuyentes.

Los problemas de la subida de Sociedades

Todavía no se ha publicado el texto del impuesto, pero sí que se conocen bastantes detalles de un tributo que ya planteó ERC en noviembre de 2020 en una enmienda a los Presupuestos de 2021. Según anunció Hacienda el 29 de septiembre, el impuesto a grandes fortunas será temporal para 2023 y 2024 y afectará a una riqueza neta superior a los 3 millones de euros -con las mismas reglas que el Impuesto de Patrimonio, restando 300.000 euros de vivienda habitual-, con tres tramos: entre 3 y 5 millones, un 1,7%; entre 5 y 10, un 2,1%, y por encima de 10, al 3,5%.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, considera que "esta legislación evitará la doble imposición porque la cuota que se abone en las comunidades será totalmente deducible" respecto al Impuesto de Patrimonio. El potencial recaudatorio es de 1.500 millones y los contribuyentes afectados, 23.000, el 0,1%.

Este adelanto del pago del impuesto anticipa una avalancha de pleitos, pero es una fórmula que ya se ha hecho en otras ocasiones. Lo que plantea más problemas jurídicos es anticipar a 2023 el pago de la subida del Impuesto sobre Sociedades a grupos consolidados, que se preveía que se declarara directamente en 2024.

Si entra en vigor ya en 2023 sería a través de los pagos fraccionados, pero por su configuración contable no podría hacerse, según trasladan los expertos que ha consultado Vozpópuli. Esta medida prevé recaudar 2.439 millones de 3.609 grupos.

El escenario 2 del Plan Presupuestario prevé unos ingresos adicionales por impuestos en 2023 de cerca de 11.000 millones, de 9 décimas de PIB, entre los que se incluyen 4.000 por grandes fortunas y Sociedades y otros cerca de 7.000 millones por nuevas subidas de impuestos.

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