Economía

La hija de Amancio Ortega protege su fortuna por las dudas sobre la vacuna

El vehículo de inversión en el que participa Sandra Ortega opta por una estrategia conservadora para el próximo trimestre ante el riesgo que suscita aún la covid-19

Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega y una de las mayores fortunas del mundo, no quiere arriesgarse y opta por una postura conservadora en sus inversiones de cara a los próximos meses por temor a la tercera ola y a un retraso en la implementación de los planes de vacunación. Así lo detalla la carta anual de la sicav Soandres Inversiones, en la que ella participa. 

"Soandres seguirá optando por una estrategia conservadora, vigilando de cerca los diferentes datos macroeconómicos y relativos al virus. Si bien las medidas de estímulo desplegadas han sido extraordinarias y el anuncio de la vacuna ha generado cierto optimismo en los mercados, las dudas con respecto a la velocidad a la que se puedan distribuir las dosis necesarias para alcanzar inmunidad sigue sin dar suficiente certeza en cuanto a plazos para la recuperación completa de la economía mundial", expone el vehículo de inversión en documentos oficiales remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). 

Por estos motivos, dicha sicav ha decidido centrar su estrategia en activos de crédito y de renta variable de compañías en crecimiento y de mayor calidad. El vehículo cuenta con un capital de 322 millones de euros, de los que 305 millones están invertidos en el extranjero. En España, la hija de Amancio Ortega apenas tiene 620.000 euros de inversión. 

Sandra Ortega cuenta con un patrimonio de unos 5.600 millones de euros. Una cifra elevada pero que aún guarda mucha distancia con la de su padre, que asciende hasta los 57.000 millones de euros. No obstante, la empresaria ha sabido sacar partido a sus negocios, tal y como se refleja en su sicav Soandres de Activos, gestionada por JPMorgan. 

Bankinter también señala un posible retraso

La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, advirtió en la presentación de resultados de la entidad de que el ritmo de "las vacunas no va a ir tan rápido y que la pandemia no va a terminar tan rápido como pensábamos". 

En este contexto de optimismo generalizado, los banqueros están intentando sosegar los ánimos y expectativas de la población pues son conscientes del enorme esfuerzo que queda aún por delante. 

Por ejemplo, el consejero delegado de CaixabankGonzalo Gortázar, considera que la entidad ha salido bien parada de la crisis que ha provocado la covid-19 en 2020 pero teme un repunte de insolvencias en 2021. "Ya hemos escalado el Everest y ahora vamos a por el K2", ha dicho Gortázar como paralelismo a la situación actual. 

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