De nuevo estamos ante una empresa que nace en un garaje. En concreto, el número 367 de la Avenida Addison en Palo Alto (California), que actualmente forma parte de un museo privado; y que se considera, de forma simbólica, el lugar en el que nació el Silicon Valley que conocemos hoy en día.
William Reddington Hewlett (1913-2001) nació en el estado de Michigan, pero su familia pronto se trasladó a California. Pasa su juventud en San Francisco y consigue ser admitido en Stanford gracias a sus aptitudes, si bien ayudó su condición de huérfano (perdió a su padre en 1925). Allí se licenció en ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, y además se doctoró en el prestigioso MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). Es en Stanford donde conoce a David Packard (1912-1996) que también nació lejos de California, concretamente en Colorado.
Un inciso: David Packard fue, durante algo más de dos años, subsecretario de defensa por expreso deseo del entonces presidente Richard Nixon. Desde entonces estuvo involucrado con diferentes presidentes, tanto demócratas como republicanos, como consejero en temas de defensa en diferentes periodos hasta el fin de la Guerra Fría; y entre 1990 y 1992, fue miembro del consejo de asesores del presidente en ciencia y tecnología.
Volviendo el pasado, David, tras graduarse en 1934, marchó al estado de Nueva York como empleado de General Electric en 1936. Por suerte, en menos de dos años regresó a Stanford para ampliar sus estudios de ingeniería eléctrica. 1938 y 1939 fueron años clave en la vida de David y Willians: en el primero David se casa y ambos se unen para crear un oscilador de audio, trabajando en el garaje del recién casado, y en el siguiente quien se casa es William y es el año en el que nace Hewlett-Packard.
El oscilador de audio HP200A, una creación propia de unos ingenieros de sonido, se crea antes de que existiera la empresa, pero llama la atención de Bud Hawkins, ingiero jefe de sonido de Disney, que les encarga ocho para probar equipos de grabación y sistemas de altavoces que se utilizarán para mostrar la película Fantasía, que se lanzará en 1940, en doce teatros, en “sonido estereofónico”. Este primer cliente los lleva a formalizar la compañía el 1 de enero de 1939 con una inversión de 538 dólares (unos 12.000 dólares actuales).
Pronto decidieron usar sus apellidos como nombre pero el orden se decide por una moneda lanzada al aire.
Los ingresos que obtuvieron gracias a la venta de su exitoso oscilador electrónico permitieron a Hewlett y Packard poner a punto otros dispositivos electrónicos más complejos, como un radar, un analizador de espectro o un analizador de distorsión armónica. En 1940 dejan el garaje y se mudan a un local alquilado en Palo Alto, pero la llegada de la II Guerra Mundial dispara los pedidos y en 1942 construyen su propio edificio. Ese año sus ingresos ya superan el medio millón de dólares. Su trayectoria como empresa de comprobación y medición parecía asegurada, y nada auguraba que tuvieran nada que ver con la impresión o la informática.
Su mayor éxito no tardó en llegar, gracias a la miniaturización de los componentes electrónicos, que le permitió ser el líder en calculadores
Aparte del éxito de sus productos, Packard y Hewlett también eran conocidos por "la gestión caminando". Incluso cuando la empresa creció, era habitual en ellos visitar tantos departamentos como era posible, sin citas programadas y hablando con los trabajadores de línea y gerentes para entender cómo estaba operando la compañía. Crearon un lugar de trabajo informal, fomentando el uso de nombres de pila entre los trabajadores, incluso para ellos mismos; y fueron pioneros en respaldar la idea de que los empleados, los clientes y la comunidad no están por debajo de los accionistas.
HP ya fue famosa, en los años 50, donde la segregación racial y el machismo eran la tónica general, como una de las mejores compañías para trabajar para mujeres y minorías. También se convirtió en uno de los principales contribuyentes a organizaciones benéficas.
El giro tecnológico de Hewlett-Packard
Aunque la prehistoria de HP ya está descrita, lo cierto es que no entenderíamos lo que ha llegado a ser esta compañía sin su giro tecnológico. Esto se da fundamentalmente por su interés en expansionar sus negocios. Para ello, como otras compañías (ya contamos aquí el caso de Inditex) que eligieron ese camino en lugar del endeudamiento bancario, deciden salir a bolsa y obtener de ese modo la financiación necesaria. Esto se produce el 6 de noviembre de 1957.
Con esos fondos hacen la primera compra de su historia, y adquieren en 1958 F. L. Moseley Company, un productor de grabadoras gráficas de alta calidad, que establece la base del negocio de impresión de HP. Y se internacionaliza, estableciendo una fábrica en Alemania en 1959.
En 1962 ya es una de las 500 mayores empresas del país. Su mayor éxito no tardaría en llegar gracias a la miniaturización de los componentes electrónicos, que le permiten ser el líder en calculadores. La HP 9100A, introducida en 1968, fue la primera, aun de escritorio. En 1972 saca al mercado la HP-35, la primera calculadora científica de mano. Sin embargo, no sería objetivo hablar sólo de los aciertos sin tener en cuenta uno de sus mayores errores. HP se introduce en el mundo de las computadoras en fecha tan temprana como 1966, con su HP 2116A. No obstante, en 1974, un joven ingeniero de la empresa, Stephen Wozniak, concibió un prototipo de ordenador personal que no consiguió ganar la atención de los directivos de HP. Wozniak dejó la empresa y se asoció con Steve Jobs para fundar Apple.
HP acusó ese error quedándose atrás en el mercado de PC, si bien aprovechó muy bien el negocio de las impresoras para ordenadores personales. La línea HP LaserJet Pinter, que empezó a comercializarse en 1984, fue uno de los mayores éxitos de la historia de la empresa.
Hace menos de diez años, HP se dividió en Hewlett Packard Enterprise, compuesta por la infraestructura de tecnología empresarial, el software y los servicios de HP (y que salió a bolsa en 2015 con el ticker HPE, diferenciada de HP). Mientras, HP Inc. contiene los sistemas personales e impresión de HP y retiene el logotipo. Los descendientes de Hewlett y Packard siguen siendo grandes accionistas de ambas.
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