Economía

La saga familiar que hizo del Santander un gigante de la banca

El origen del Banco Santander se remonta a mediados del siglo XIX. La familia fundadora logró crear una multinacional financiera a base de absorber rivales durante décadas

Para poder esbozar la historia del Santander hay que viajar hasta sus inicios: el 15 de mayo de 1857, la Reina Isabel II firma el Real Decreto que autoriza la constitución del banco, que nacía para financiar operaciones de importación y exportación en el puerto de la ciudad, por iniciativa de seis comerciantes que iban turnándose en el cargo de presidente. Fue emisor de moneda hasta 1874, fecha en la que el Banco de España asumió el monopolio. En enero de 1875, se reinventa de “banco de emisión” a “sociedad anónima de crédito”, no abandonando su condición de banco comercial hasta el presente.

A comienzos del siglo XX se fundan en España el Banco Hispanoamericano (1900), el Banco Español de Crédito (1902), conocido luego como Banesto; y el Banco Central (1919), que durante décadas fueron competencia del Santander, hasta que acabaron formando parte de él. En 1909, llega Emilio Botín López, bisabuelo de Ana Patricia Botín, a la presidencia; y al suprimirse la presidencia rotatoria, se convierte en el primer presidente con cargo fijo de la historia del banco, que preside hasta su muerte en 1923. Este 'primer Emilio' contrajo matrimonio con María Sanz de Sautuola, hija de Marcelino Sanz de Sautuola, co-descubridor de las cuevas rupestres de Altamira. Un inciso: murió sin que la élite científica de entonces tomara en serio aquel descubrimiento, menospreciado especialmente por la paleontología francesa, la más prestigiosa de la época. En cualquier caso, la fama de este personaje llevó a que al 'segundo Emilio' se le nombre también con su segundo apellido: Emilio Botín-Sanz de Sautuola. Él no llegó a la dirección general hasta 1934 y a la presidencia en 1950, cargó que ostentó hasta 1986. Pero no nos adelantemos.

Expansión del Santander

La expansión del Banco de Santander comienza en 1923 por la región. Pero es con la llegada del abuelo de la actual presidenta al mayor cargo ejecutivo, en 1934, cuando la obsesión por crecer se convierte en prioritaria. En 1946 el pez chico se come al grande, ya que absorbe al Banco Mercantil, entonces el de mayor número de sucursales en la región. Posteriormente, adquirió otros bancos españoles como el Banco Continental, la Banca Jover y el Banco Comercial Español. En 1984, el Ministerio de Economía y Hacienda le adjudicó el Banco de Murcia y el Banco Comercial de Cataluña, como consecuencia de la privatización de los bancos del Grupo Rumasa, constituyéndose el grupo Banco Santander. Pero de nuevo nos hemos adelantado: En 1947 el Santander abre la primera oficina de representación en América, en La Habana (Cuba), a la que siguieron otras en Argentina, México y Venezuela, y también un despacho en Londres. En 1957, al cumplir los 100 años de existencia, se había convertido en la séptima entidad financiera de España.

La década de los 1960 del siglo pasado supone tres hitos para la historia del banco: adquiere el Banco del Hogar Argentino, primera filial en América Latina, en 1965 crean el Banco Intercontinental Español (posteriormente conocido como Bankinter) y el 'tercer Emilio', más conocido como Emilio Botín, y padre de la actual presidenta, entra en el Consejo de Administración en 1960, dos años después de haber comenzado a trabajar en los servicios centrales del banco. En 1964, con 30 años, ya era director general y miembro de la comisión ejecutiva del consejo; en 1971, fue elegido vicepresidente segundo; en 1977, asumió el cargo de consejero delegado, y el 19 de noviembre de 1986, la presidencia. La retirada de su padre también afectó a su hermano Jaime Botín, que se hace con la presidencia de Bankinter.

Emilio Botín, en su época de presidente del Banco Santander.

Tras la llegada de Emilio Botín al frente de la entidad, el Banco pasa a denominarse Banco Santander, perdiendo la preposición “de”, que le daba un acento local que ya no se correspondía con su realidad, puesto que ya había entrado a formar parte del selecto club de los “siete grandes” de la banca española; si bien era uno de los más pequeños, muy lejos del tamaño de los grandes bancos madrileño: el Central, el Banesto y el Hispano Americano, algo menor que el Bilbao y muy similar al Vizcaya. Sólo superaba con claridad al Popular.

Emilio Botín tendría una presidencia agresiva con compras en el extranjero, reorganizaciones de negocios, alianzas internacionales, y una campaña nacional para captar clientes cuyo quizás máximo exponente fue la “Supercuenta Santander” en 1989: ofrecía un interés del 11%, cuando la práctica habitual era no remunerar estas cuentas con más de un 1% para así primar los depósitos a plazo fijo. No obstante, la llegada al número uno en España no llega hasta 1994, cuando gana la puja y adquiere Banesto, intervenida unos meses antes. Los siguientes años se centra en expandirse por Latinoamérica y en enero de 1999 se fusiona con el BCH (que a su vez procedía de la unión entre el Banco Central y el Hispano Americano). Curiosamente, esos cuatro bancos -Santander, Banesto, Central e Hispano Americano- ya se habían unido, en los años 70, para crear el sistema 4B de medios de pagos que aún usamos muchos. Durante los dos primeros años de la fusión, el 'tercer Emilio' comparte presidencia con José María Amusátegui.

Impacto de la crisis financiera

En 2007, celebran su 150 aniversario, siendo el duodécimo banco del mundo por capitalización bursátil, el séptimo por beneficios y la entidad con la mayor red de distribución minorista del mundo occidental: 10.852 oficinas. Sin embargo, su sobredimensionamiento (había aumentado su presencia en el mercado estadounidense, británico, holandés, italiano, portugués, latinoamericano… justo antes de la mayor debacle financiera global en 75 años) hace que la crisis del año siguiente y la posterior del euro les afecte mucho más. Esto hace que, en el mercado nacional, no adquiriera ninguna de las cajas de ahorros que se privatizaron en aquellos años y se conformara con completar la absorción de Banesto. En septiembre de 2014 fallece Emilio Botín y, siguiendo la tradición, le sustituye su primogénito, en este caso Ana Patricia Botín, que ya tenía experiencia tras presidir Banesto.

La familia siempre ha defendido no cambiar la sede social santanderina, por mucho que el banco se expanda, y que la mejor política es estar de parte del gobierno de turno. La actual presidenta parece seguir esa tradición.

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