El impacto de la pandemia en el mercado laboral se ha ido estrechando desde marzo del año pasado sobre los sectores más afectados por las restricciones, con la hostelería a la cabeza, que concentra la mitad de los trabajadores que siguen en un ERTE, cerca de 450.000, y una parte importante de todo el empleo destruido.
Aunque desde el estallido de la pandemia el sector hostelero ha aglutinado una parte importante de los empleos afectados, su peso sobre el total de perjudicados ha ido creciendo por las medidas aplicadas en cada una de las olas y que, pese al paraguas de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), no han podido evitar la destrucción de unos 300.000 empleos.
Así, en abril de 2020 -cuando se registró el máximo de los ERTE con 3,38 millones de trabajadores afectados por una suspensión total o parcial- el sector hostelero sumaba 932.516 trabajadores protegidos: 726.137 en servicios de comidas y bebidas, y 206.379 en servicios de alojamiento.
Suponían en ese momento el 27,5 % del total de trabajadores en un ERTE, seguidos del comercio con 659.202 empleados en un expediente, el 19,4 % del total.
En ese momento inicial, también era diferente el impacto por regiones en un parón total y generalizado de la economía impuesto por el confinamiento.
Tras el impacto de la segunda ola, la distribución de los afectados por un ERTE ya mostraba otra fase de la pandemia con el golpe más concentrado en el sector hostelero.
Cataluña, con 678.684 trabajadores en un ERTE, y Madrid, con 566.307, se situaban a la cabeza, seguidas de Andalucía (477.392) y Comunidad Valenciana (349.634).
Impacto de las olas de covid
En noviembre, tras el impacto de la segunda ola, la distribución de los afectados por un ERTE ya mostraba otra fase de la pandemia con el golpe más concentrado en el sector hostelero y con distinta afectación según las medidas que iba tomando cada comunidad autónoma.
A cierre de ese mes, Cataluña tenía el mayor porcentaje trabajadores en ERTE con el 26 % del total -196.359 personas de un total de 746.900 en toda España- es decir, uno de cada cuatro, tras el repunte en esta región que, desde mediados de octubre, endureció las medidas con el cierre de bares y restaurantes.
Y un año después, la foto de los ERTE vuelve a ser distinta con el impacto más concentrado aún en el turismo y la hostelería y en las comunidades con más peso de estos sectores.
A último día de febrero, de los 899.383 trabajadores en ERTE, la mitad, 442.473 eran del sector hostelero: 119.389 en servicios de alojamiento y 323.084 en servicios de bebidas y comidas.
Mirando el peso que suponen estos trabajadores sobre el total de afiliados en estos sectores, servicios de alojamiento tenía en febrero al 63 % de sus trabajadores en un ERTE, siendo el sector con mayor porcentaje de trabajadores bajo este modelo.
Le seguían agencias de viajes, con un 57 % de sus afiliados bajo este instrumento de protección, mientras que actividades de juegos de azar, transporte aéreo y servicios de comidas y bebidas también tienen entre el 40 % y el 50 % de sus trabajadores protegidos.
Por comunidades, también existe ahora una mayor concentración en las zonas con mayor actividad turística. Las Palmas es la provincia con más trabajadores en ERTE, casi un 16 % de sus afiliados, seguida de Santa Cruz de Tenerife, con un 13 %, y Baleares, con un 12,4 % de sus trabajadores en ERTE.
Más paro en la hostelería
Pero, pese a esta protección, el sector no se ha librado de la perdida de empleo: de los 400.117 trabajadores afiliados medios que se han perdido en el último año, 289.055 corresponden solo a hostelería.
En cuanto al desempleo, 762.742 personas se han sumado a las listas del paro desde febrero de 2020, hasta superar los cuatro millones por primera vez desde 2016.
En cuanto al desempleo, 762.742 personas (500.000 solo en el sector servicios) se han sumado a las listas del paro desde febrero de 2020, hasta superar los cuatro millones (4.008.789) por primera vez desde 2016.
El número de desempleados ha aumentado en mayor medida que ha descendido el de ocupados debido a que estar registrado en las oficinas de empleo es un requisito para acceder a diferentes ayudas, como el ingreso mínimo vital, explican fuentes del Ministerio de Trabajo.
Asimismo, se mantiene la duda de cuáles de los empleos que siguen en ERTE terminarán engrosando las listas del paro.
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