Se cumplen poco más de cuatro años desde que Donald Trump comenzó a elevar el tono de su cruzada contra Huawei, de la que asegura espía para el Gobierno chino en todo el mundo a través de sus dispositivos. Las dos líneas básicas de negocio de la compañía con sede en Shenzhen son los teléfonos móviles y las redes de telecomunicaciones. Ambas cuentan con el veto estadounidense. Las empresas del país tienen prohibido comprarle tecnología y Google no puede incluir sus aplicaciones básicas -Youtube, Drive, Maps, etcétera- en los celulares de la firma.
Una bola de nieve que se hizo cada vez más grande hasta alcanzar a Europa, donde los grandes operadores de telecomunicaciones han dejado de adquirir su tecnología en la parte 'core' de la red, aquella por la que pasan los datos más sensibles de sus clientes.
La consecuencia, cuatro años después, es que la facturación de la corporación se ha desplomado desde los 122.972 millones de dólares hasta los 92.379 millones de dólares; es decir, ha perdido una cuarta parte de los ingresos. Sin embargo, y a pesar de esta circunstancia, Huawei no da signos de debilidad. "En la compañía, directamente, nadie piensa ya en el veto. Nos dedicamos a trabajar, y punto", aseguraba hace unas semanas un directivo español de la empresa a Vozpópuli. Hace unos meses, y como si de toda una declaración de intenciones se tratara, en la última edición del Mobile World Congress alquilaron el stand más grande que se recuerda en la historia de la feria: su superficie era equivalente a dos estadios Santiago Bernabéu juntos. Un golpe sobre la mesa.
Innovación: los operadores necesitan a Huawei
El objetivo de Trump era expulsar a Huawei de las redes 5G, porque el mundo entero se comunicará a través de ellas, y con la asiática prácticamente presente en todas y cada una de las antenas el expresidente norteamericano no se sentía cómodo. La información es poder y Huawei tiene acceso a una cantidad de datos ingente -y sensible- de miles de millones de usuarios de telefonía móvil del mundo entero. Trump no ha conseguido su objetivo porque Huawei sigue siendo proveedor tecnológico de operadores de todo el mundo. Es ahí donde se encuentra uno de los motivos por los que la compañía china continúa, y continuará en el corto y medio plazo, siendo una empresa de referencia. "Su tecnología es imbatible. Son, con diferencia, el suministrador más avanzado de redes 5G. Nokia y Ericcson están lejos de su potencial en el área de innovación", explicaba hace unos días a este diario un directivo de un gran operador de telecomunicaciones. Si las telecos quieren ser competitivas necesitan a Huawei de socio.
El inmenso tamaño del mercado chino
Tras el veto, las ventas de móviles de Huawei se desplomaron en España. Bajaron por debajo del 1% de la cuota de mercado, cuando antes llegó a ser la compañía que más teléfonos vendía en nuestro país. Pero sigue lanzando equipos todos los años en España. El hecho de que en el mercado chino sean líderes les permite compensar las pérdidas y mantener el músculo en la innovación y expandir su catálogo de productos a lo largo de todo el mundo. No hay que olvidar que en china viven 1.412 millones de personas. Este mercado multiplica en más de cuatro veces el norteamericano y por más de tres el europeo.
El Gobierno apoya a la compañía
La dictadura china, que desde hace décadas gobierna con mano de hierro el país, es una palanca para Huawei. Como en el caso de cualquier empresa del país, el fabricante cuenta con su apoyo, pero el Gobierno de Pekín es consciente además de sus particularidades, peso internacional y sector de actividad. Si hay una empresa a la que pondría por encima del resto, esa es Huawei. Es clave sector capital en la guerra comercial que se vive, en la cual la tecnología tiene mucho que decir. Por eso es un activo que nunca dejará caer.
Diversificación del negocio
Tras el veto, la compañía se enfocó en otras áreas de negocio. Potenciaron la fabricación de dispositivos como tablets y ordenadores y también la parte de energía renovables. Se han hecho un hueco muy importante en la venta de baterías para placas solares en muy poco tiempo. Han utilizado parte de su experiencia en el desarrollo de las pilas de sus teléfonos para trasladarla al sector de las renovables.
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