Iberdrola y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) han hecho saltar por los aires unos cuantos registros con el préstamo que han suscrito este lunes por valor de 650 millones de euros, con el que el grupo energético financiará la construcción de su gran proyecto hidroeléctrico en Portugal. En concreto, se trata del mayor crédito obtenido de parte del organismo supranacional por parte de Iberdrola en su historia. Y, además, también es la mayor financiación del BEI a un proyecto desarrollado en suelo portugués.
Unas cifras que hablan a las claras de la magnitud de la operación, aunque no son las únicas. Sin ir más lejos, la cifra equivale al 6% del volumen de préstamos concedidos por el BEI en España, uno de los destinos más habituales de los programas de financiación de este organismo, durante el último ejercicio.
La inversión prevista por Iberdrola en el complejo, compuesto por tres plantas de generación de electricidad situadas en los cursos de los ríos Támega y Torno, en el norte de Portugal, ronda los 1.500 millones de euros, con lo que el porcentaje financiado por el BEI se aproxima al 45%, una cota que tampoco es habitual que alcance.
Ambas partes hicieron público este lunes la firma del préstamo, en la que estuvieron presentes el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y la vicepresidenta del BEI Emma Navarro, que ha tenido la oportunidad de rematar una operación iniciada antes de su llegada a la entidad supranacional. Navarro tomó las riendas de Román Escolano cuando éste abandonó el BEI, el pasado mes de marzo, al ser nombrado ministro de Economía por Mariano Rajoy, por entonces presidente del Gobierno.
Un complejo de tres centrales
Pocos meses ha tardado Navarro en poder cerrar una operación de considerable volumen, dado el compromiso del BEI con las políticas de la Unión Europea en materia medioambiental, poco después de que la Comisión, el Consejo y el Parlamento alcanzaran un acuerdo histórico para elevar los objetivos de implementación de las energías renovables en el territorio comunitario para 2030.
El proyecto de Iberdrola en Portugal se compone de dos grandes presas y una central de bombeo situada en altura, con un esquema que sorprendió a los ingenieros de Iberdrola por su gran parecido con uno de sus activos estrella en España: el complejo de Cortes-La Muela, en Valencia, que pasa por ser la mayor planta de estas características de Europa. La mayor de las presas se sitúa en la parte alta del río Támega (uno de los afluentes del Duero en su discurrir por tierras portuguesas), con una altura de 107 metros. A unos 10 kilómetros río abajo se sitúa el aprovechamiento de Daiovoes, con una presa de 78 metros.
Por encima de ellos, con un salto cercano a los 700 metros, Iberdrola construye la central de bombeo de Gouvaes, la mayor de las instalaciones del complejo, que dispondrá de cuatro turbinas reversibles de 220 megawatios. Contará con una potencia instalada de 880 megawatios, que permitiría satisfacer durante 24 horas la demanda eléctrica del área metropolitana de Oporto, en la que viven aproximadamente 1,3 millones de habitantes.
Lluvia de millones a las renovables
"Este acuerdo representa un nuevo paso en la implementación de las políticas energéticas de la UE y de los objetivos de acción climática", apuntó Navarro, de acuerdo con una comunicación conjunta del BEI e Iberdrola. De este modo, la vicepresidenta de la institución lanzó un claro mensaje de que no faltará dinero para la implantación de proyectos relacionados con energías renovables.
Como prueba, durante 2017, el BEI aportó 19.400 millones de euros a la lucha contra el cambio climático, una cifra que se incrementaba por octavo año consecutivo. Al proyecto de Iberdrola en Portugal ha ido a parar un equivalente cercano al 3,5% de esta cantidad.
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