Alemania pasa a cobrar una importancia capital en la estrategia de Iberdrola tras la entrada en servicio a pleno rendimiento del parque eólico marino Wikinger, cuya inauguración oficial se está desarrollando a lo largo de este lunes. La instalación, en la que Iberdrola ha contado con la colaboración de otras empresas españolas, cuenta con una capacidad instalada total de 350 meagwatios, a los que se unirán los cerca de 500 megawatios de otros dos proyectos adjudicados y en los que la compañía está trabajando: Baltic Eagle y Wikinger Süd.
Hasta ahora, Iberdrola cuenta con cinco mercados de referencia, clave para el desarrollo de su plan estratégico: España, Reino Unido, EEUU, México y Brasil. Alemania se sumará a este grupo gracias a la puesta en servicio de Wikinger, un parque con 70 aerogeneradores, capaz de aportar energía renovable a 350.000 hogares, lo que equivale al 20% de la demanda de energía del estado de Mecklemburgo-Pomerania, donde se ubican tanto Wikinger como las otras dos infraestructuras en las que trabaja Iberdrola.
Al acto oficial de inauguración, que se produce en las oficinas de Iberdrola-Wikinger en el puerto de Sassnitz, han acudido el director general de Negocios de la compañía, Francisco Martínez Córcoles; el ministro de Energía, Infraestructura y Digitalización del estado de Mecklemburgo-Pomerania, Christian Pegel, y el consejero delegado de 50Hertz (la gestora de la red eléctrica de Alemania), Boris Schucht.
Un imperio renovable en el Báltico
La entrada en servicio del proyecto Wikinger, a finales del pasado año, supuso la entrada de Iberdrola en el mercado eléctrico alemán y, además, la primera vez que una instalación de este tipo es diseñada y operada al cien por cien por una empresa española. La apuesta de la compañía por este país no se quedará ahí puesto que Iberdrola se acaba de adjudicar dos proyectos más, también de eólica marina, en aguas germanas: el Baltic Eagle (de 476 megawatios de capacidad total instalada) y Wikinger Sud (10 megawatios).
Las tres instalaciones conformarán el mayor complejo de eólica marina del Mar Báltico, con una capacidad instalada de 836 megawatios y una inversión total de 2.500 millones de euros.
El proyecto de Wikinger ha supuesto, además, importantes contratos para otras empresas españolas. Así, Navantia ha tenido una doble participación en el parque, ya que ha sido la encargada de construir la subestación marina en su planta de Puerto Real y, también, se ha encargado de fabricar 29 de las 70 cimentaciones que dan soporte a los otros tantos aerogeneradores del parque (en este caso, en el astillero gallego de Fene), suministrados por Siemens Gamesa.
Más de 1.500 MW adjudicados
Las turbinas tienen una altura de 165 metros, con un rotor de 135 metros de diámetro. La longitud de las palas alcanza los 77,5 metros.
Por último, los 280 pilotes, de 40 metros de longitud que soportan las cimentaciones de los aerogeneradores también tienen firma española ya que han sido producidos por la asturiana Windar.
En paralelo, Iberdrola desarrolla en la actualidad otro gran proyecto de eólica marina: East Anglia, en las aguas británicas del Mar del Norte, que tendrá 714 megawatios de capacidad y una inversión de 2.500 millones de euros. Además, el grupo presidido por Ignacio Galán cuenta con dos parques más de eólica marina adjudicados: el de Saint-Brieuc, en la costa de la Bretaña francesa; y el de Vineyard, en EEUU.
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