Los datos que maneja la Comisión Europea es que sus empresas dependen en cerca de un 90% de los materiales que vienen de China para el despliegue placas en la región paraproducir energía fotovoltaica. Una dependencia peligrosa para los planes de Bruselas a corto plazo que lastra a gigantes eléctricos europeos como Iberdrola y Enel. Ambas partes se han citado para que una industria manufacturera fotovoltaica en Europa sea una realidad cuanto antes.
El último congreso de Solar Power Europe, el principal lobby de energía solar europeo, sirvió para abordar este asunto. Iberdrola, Enel, Lightsource bp, Akuo Energy, BayWa, Wacker Chemie, SMA Solar Technology, Meyer Burger, Fronius y Von Ardenne mantuvieron un encuentro con la comisaria Kadri Simson y Barbara Glowacka. Las dos máximas mandatarias de la Comisión Europea en temas energéticos aprovecharon el último congreso de este lobby del 7 de marzo para debatir una solución para esta dependencia.
"Fue un debate sobre las necesidades regulatorias para promover el despliegue y la fabricación de energía solar en la Unión Europea y para trasladar el respaldo europeo al despliegue de esta energía", explican desde Bruselas. Un entendimiento clave para cumplir con su hoja de ruta. Los objetivos del plan REPowerEU y del Pacto Verde contemplan instalar 600 gigavatios (GW) de capacidad solar fotovoltaica, duplicar la tasa de despliegue de bombas de calor y producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030.
Europa quiere que la energía solar sea la mayor fuente de energía en 2030. Y no sólo es China su mayor riesgo. Estados Unidos quiere captar este tipo de industria gracias al famoso 'Plan Biden'. Una estrategia que seduce mucho a las empresas por sus bondades fiscales, su impulso a la inversión y sus ayudas a la actividad de todas aquellas tecnologías que ayuden a descarbonizar. Una estrategia estadounidense que busca aprovechar, entre otras cosas, la lentitud de la burocracia europea.
Un hecho que temen los operadores del Viejo Continente. Como recuerdan las propias empresas, Europa tiene encima de la mesa varios proyectos para fabricar componentes relacionados con los paneles solares en Europa. Iberdrola y Exiom anunciaron la intención de fabricar módulos en Asturias. La suiza Meyer Burger produce módulos solares en Alemania. La italiana Enel, matriz de Endesa, pretende fabricar células y paneles en Sicilia.
La comisaria Kadri Simson compartía después de la reunión que "2022 fue, sin duda, el año de la solar en la UE. Con un récord de 41 GW de capacidad adicional desplegada, la participación de la energía solar en la generación de electricidad ha aumentado del 5,7 % al 7,3 %. Me he reunido con los directores ejecutivos de la industria de la energía solar para discutir el camino a seguir".
2022 has certainly been the year of #solar ☀️ in the #EU.
With a record 41 GW of additional capacity deployed, the share of #solarenergy in the ?? electricity generation has jumped from 5.7% to 7.3%.
Today, I met with CEO-s from Solar power industry to discuss the way forward. pic.twitter.com/eXdQtMQn17— Kadri Simson (@KadriSimson) March 7, 2023
Bruselas mira al 75%
Los objetivos que se manejan desde el sector todavía están lejos de cumplirse. Otro 'lobby' del sector como el Consejo Europeo de Fabricantes de Energía Solar (ESMC) apuntaba en 2022 que su objetivo es lograr que el 75% de la capacidad fotovoltaica instalada se produzca en el continente, alcanzando al menos 35 GW de capacidades de producción fotovoltaica europeas en 2025 y 100 GW en 2030.
El ESMC pone encima de la mesa la necesidad de crear un vehículo financiero estratégico especial de al menos 5.000 millones de euros en forma de garantías crediticias estatales con el fin de desbloquear el capital financiero para el desarrollo, la aplicación y la ampliación de la industria de fabricación fotovoltaica.
Una ambición que todavía está lejos de los planes de Bruselas pero que casa con sus nuevos principios: ser más independiente del exterior. La Comisión tiene como respuesta al plan de Estados Unidos la Ley de Industria Cero Neto. Una hoja de ruta diseñada para impulsar la fabricación de tecnologías "estratégicas", incluyendo infraestructuras solares y de otras energías renovables, en tierra europea.
Esta normativa apunta que los países de la Unión Europea deben contar con suficiente capacidad productora de energía limpia para cubrir al menos el 40% de sus necesidades de generación. Ahora su trabajo es encontrar, cuanto antes, rutas rápidas que logren reducir la dependencia de China sin que Estados Unidos le adelante por el camino.
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